Resultará interesante ver el desarrollo y desenlace de la primera comparecencia que aprueba el pleno del Congreso de Estado sin la autorización de la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, la cual se logró gracias a la reforma a la ley que avaló la pasada Legislatura porque para poder llevar ese ejercicio antes se requería que el mandatario en turno diera su consentimiento que, regularmente, nunca se obtenía.

 

 

De no existir algún cambio, el secretario de Seguridad Ciudadana, Alfredo Álvarez Valenzuela, deberá asistir a una comparecencia pública a más tardar el 27 de noviembre, fecha en la que podría ya haber dejado el cargo si es que un juez penal determina que el procedimiento abierto para juzgarlo por el presunto delito de acoso sexual agravado avanzará a otra etapa, pues sencillamente su permanencia en el gabinete lorenista será insostenible.

 

Pero en caso de que se concrete su presencia en el Poder Legislativo, es muy probable que Alfredo Álvarez salga bien librado durante su presentación de la estrategia que se aplica en Tlaxcala en materia de seguridad y los cuestionamientos que reciba por parte de los diputados.

 

El formato de la comparecencia parece el indicado, pues al funcionario estatal se le otorgarán 20 minutos para que explique su programa de trabajo, la política de seguridad pública que está en marcha y detalle algunos puntos que incluye su informe que le fue solicitado por los legisladores.

 

Los diputados que asistan a ese ejercicio podrán hacer el uso de la palabra hasta por tres minutos y estarán en posibilidades de formular sus preguntas que deberán ser contestadas por un lapso de tiempo que no exceda los cinco minutos por parte de Álvarez Valenzuela.

 

Habrá la posibilidad de contra réplicas, de ahí que en el papel esa dinámica luce muy bien. Si se cumple el objetivo de aclarar dudas y precisar la información oficial en materia de seguridad, la comparecencia formará parte de la nueva era legislativa y democrática del estado que necesariamente ayudará a generar las condiciones que se requieren para impulsar la transformación de la entidad.

 

Pero si ese ejercicio se convierte en un circo o una pantomima por parte de los diputados locales, la rendición de cuentas de los funcionarios estatales ante los legisladores perderá credibilidad y la sociedad terminará decepcionada de sus representantes populares porque observará que se convirtieron en paleros o en burdos simuladores que lejos de hacer preguntas inteligentes o exponer casos graves de inseguridad se dedicaron a lanzar cuestionamientos a modo y sin sentido.

 

Los ojos de los ciudadanos y las ciudadanas ya están puestos en sus actuales legisladores no sólo por el tema de la comparecencia de Alfredo Álvarez, sino por el asunto del llamado fondo moches que podría nuevamente autorizarse para el 2022.

 

Ante la tentación que existe por parte de un número importante de diputados locales de revisar y realizar recortes al Presupuesto de Egresos del siguiente año para volver a generar una bolsa de 500 millones de pesos a fin de que cada uno de los 25 legisladores pueda repartir 20 millones de pesos entre los 60 municipios para que se lleven a cabo diferentes obras de infraestructura, el secretario de Gobierno de Tlaxcala, Sergio González Hernández, deslindó de esa acción a la administración lorenista al considerar que tal medida era innecesaria porque el gasto previsto para el 2022 es global y atiende a todos los sectores y circunstancias que presenta la entidad.

 

El pasado lunes el diputado de Morena y presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso del Estado, Rubén Terán Águila, dejó entrever que el fondo moches podría aprobarse nuevamente por parte de unos legisladores que no quieren someterse al cien por ciento a las órdenes de la gobernadora Lorena Cuéllar, quien se opone tajantemente a esa bolsa porque fomenta la corrupción.

 

Si dos de los principales operadores del lorenismo ya han evidenciado que el fondo moches puede mantenerse en el 2022, no descarte que la mandataria estatal pierda esa batalla que al final traerá más consecuencias negativas para los diputados tlaxcaltecas, sobre todo para aquellos que quieran reelegirse o buscar otro cargo de elección popular.

 

Por el comportamiento de derrota anticipada que muestran Sergio González y Rubén Terán, es muy probable que el fondo moches se mantenga.

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