Sólo un milagro podría hacer que el actual presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Víctor Cid del Prado Pineda, pudiera lograr la reelección en el cargo.

 

 

Los diputados locales ya aprobaron la convocatoria renovar la presidencia y Consejo Consultivo de la CEDH, proceso en el cual busca participar el desgastado y trácala Víctor Cid del Prado, a quien en breve le documentarán una serie de irregularidades y un abierto activismo a favor del PRI que prácticamente enterraran sus aspiraciones.

 

Si bien el aún ombudsman ha intentado negociar y tener acercamiento con algunos diputados locales en funciones y con licencia como la morenista Ana Bertha Mastranzo Corona, el indefinido José María Méndez Salgado y la verde ecologista Maribel León Cruz, en los hechos no ha logrado el consenso requerido para obtener la reelección, debido a que su persona genera rechazo en la mayoría de los legisladores que no lo bajan de corrupto y de no representar dignamente a ese organismo autónomo.

 

Víctor Cid del Prado llegó a la presidencia del organismo en junio del 2017. Su designación fue muy cuestionada, ya que siempre se le señaló de haber copiado en su examen que realizó para acceder a su actual posición.

 

Su nombramiento se dio por el impulso que recibió de su amiga Anabel Alvarado Varela que fungía como secretaria de Gobierno en la actual administración que encabeza Marco Antonio Mena Rodríguez y al respaldo que le dieron los diputados locales del PRI y de otras fuerzas políticas que eran manejados por el triquiñuelas de Mariano González Aguirre.

 

Hoy las condiciones son diferentes y su amiga Anabel Alvarado ya no tiene el poder ni la influencia de antes ni tampoco tiene a un diputado voraz como González Aguirre que lo pueda respaldar e imponer, de ahí que su probable reelección es una burda broma que sólo los ilusos pueden creer que se logre.

 

En breve los diputados recibirán un amplio expediente de Víctor Cid del Prado que incluye no sólo sus anomalías financieras y administrativas que supuestamente ha cometido en los últimos cuatro años, sino el trabajo político-electoral que ha venido realizando a favor del PRI y sus probables candidatos a diferentes cargos de elección popular.

 

El pasado 15 de abril en la comunidad de San Lucas Cuauhtelulpan del municipio de Tlaxcala, en una propiedad de Patricia Cortés Castellón, empleada de la CEDH adscrita a la presidencia, se llevó a cabo una reunión de apoyo hacia Anabel Alvarado, virtual candidata del PRI a la alcaldía capitalina.

 

A ella asistieron aparte de Patricia Cortés, Víctor Cid del Prado que estuvo acompañado de su ex esposa y una de sus hijas. También estuvieron varios trabajadores del organismo autónomo como Rosaura Galván; Francisco Menacho; Patricia Pineda; Carmina Mena; Salomón Amador; Olimpya Sevilla Chimal; Javier Cahuantzi; Irlene Romero; Ricardo Buendía; Montserrat Dávila; Iván; Ángel Correa; Mauricio; Obiwan; Mateo; Sandra Zaragoza; Itzel y Leonardo.

 

Para nadie es un secreto que el defensor de los derechos humanos utiliza al personal de su mayor confianza y los recursos del organismo para organizar ese tipo de encuentros. También suele presionar al demás personal de la CEDH para que acudan bajo la amenaza de despedirlos en caso de que no asistan.

 

En esa ocasión, Víctor Cid del Prado entregó a Anabel Alvarado listas con un aproximado de 900 personas que estarían interesadas en apoyar su campaña y comprometió a los asistentes que una vez iniciadas las actividades proselitistas de su amiga, cada uno tendría que organizar una reunión en su domicilio con las personas que se comprometieron a respaldar con su voto a la abanderada priista.

 

En ese encuentro no se dejó pasar con celulares o cualquier otro instrumento tecnológico que pudiera recabar evidencia, sin embargo para la mala suerte del ombudsman si hay grabaciones, fotos y videos.

 

El 16 de abril a las 17 horas en que se llevó a cabo el registro de Anabel Alvarado como candidata, el presidente de la CEDH estuvo en primera fila acompañado de sus dos hijas, su ex mujer, así como del personal del organismo como Jorge Luis Flores, Ángel Correa, José Iván Flores, Leonardo Solís, Aldo Mauricio Téllez, Itzel Ruiz y Mateo que ayudó a la logística del evento, así como a poner sillas, el equipo de sonido y hasta grabar videos promocionales del PRI.

 

El presidente de la CEDH también organizó reuniones para apoyar los proyectos del priista Pedro Bañuelos que recientemente dejó al PRI para sumarse al proyecto de la traicionera panista Claudia Pérez Rodríguez, quien busca gobernar el ayuntamiento capitalino.

 

Incluso en octubre del año pasado también se puso a las órdenes del entonces secretario de Educación, Florentino Domínguez Ordoñez, quien buscaba la candidatura del PRI al gobierno del estado.

 

Hay evidencias de todas las reuniones que el ombudsman organizó para los priistas y pronto se conocerán.

 

Su corazón y su sangre priistas serán su tumba y le impedirán alcanzar la reelección. Al tiempo.

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