Una de dos, o la banda de criminales dedicada al robo de restaurantes en la capital tlaxcalteca es una fregona e integrada por puro experto y hombres de sangre fría o de plano la policía estatal y municipal están conformadas por puro inexperto y charlatán como el secretario de Seguridad Ciudadana de Tlaxcala, Alberto Perea Marrufo, pues son incapaces de detener a esos malandros que vienen operando impunemente desde el mes de agosto.

 

 

El primer asalto armado a un restaurante se reportó la noche del pasado 15 de agosto en el restaurante Vintage, ubicado en el Boulevard Guillermo Valle de la capital. Los criminales, cinco hombres encapuchados y armados después de lograr su objetivo y generar pánico, huyeron tranquilamente del lugar.

 

La policía, aunque llegó a ese establecimiento localizado a 800 metros de la Casa de Gobierno, sólo recomendó a las víctimas acudir a la Fiscalía General de Justicia de Tlaxcala para presentar las denuncias correspondientes.

 

El pasado 25 de octubre se supo de otro robo armado, pero ahora en el establecimiento conocido como Bonsai, ubicado en el Boulevard del Maestro en colonia La Loma Xicohténcatl en la capital. Nuevamente un comando de sujetos ingresó al negocio y procedió a llevarse el dinero y artículos de valor del personal y los clientes.

 

Los delincuentes, como ya es costumbre en este tipo de ilícitos, huyeron y evidenciaron una vez más que la policía que presume una coordinación, la cual es inexistente, es un auténtico fracaso, al igual que su estrategia y sus reuniones de alto nivel que sostienen las autoridades federales, estatales y municipales.

 

El sábado 9 de noviembre con el mismo modus operandi se llevó a cabo el atraco al restaurante El Pescador que se encuentra en la Avenida Politécnico a la entrada de la comunidad de Tepehitec en la ciudad de Tlaxcala.

 

Los empleados y los comensales fueron despojados de su dinero y pertenencias, así como de las llaves de sus vehículos. El negocio se localiza a cuatro minutos de las instalaciones de la Fiscalía General de Justicia.

 

Y pese a que el ilícito se cometió durante la tarde de ese día, los criminales escaparon sin dejar rastro, como si fueran magos.

 

El viernes 15 de noviembre la banda volvió a aparecer, pero ahora en el negocio denominado Taco Coqueto que se localiza en el Boulevard Ocotlán de la capital. Está de más decir que los hampones huyeron y que por el silencio de las autoridades no hay pistas que permitan detener a los responsables de esos asaltos.

 

Esa banda que ya generó temor e incertidumbre entre los capitalinos se burla de las autoridades y de sus estrategias de seguridad, porque no sólo de demuestran que las acciones emprendidas por la policía son un fiasco, sino que la tecnología que presume el gobierno lorenista no sirve de mucho porque esos maleantes han estado operando impunemente por tres meses en Tlaxcala.

 

Seguramente esos asaltantes serán detenidos por un error, una denuncia anónima o por una casualidad, porque dudo que sea por un trabajo de inteligencia de los elementos de la Fiscalía o de la Policía Estatal, toda vez que está claro que si en verdad ese personal hiciera su labor esos ladrones ya estarían tras las rejas.

 

Lo grave es que la ola de inseguridad sigue golpeando a los tlaxcaltecas y lo que es peor que cada vez se extiende más, pues simplemente bastaría con revisar los reportes a los números de emergencia para comprobar que los asaltos armados se han multiplicado y que ya no son exclusivos en Tlaxcala o Apizaco, sino en la mayoría de los municipios que conforman la entidad.

 

Los días que faltan para cerrar el año serán complicados en materia de seguridad y como ya comprobamos que el ineficiente secretario de Seguridad Ciudadana, Alberto Perea, no hace nada, cuídese y evite algunos riesgos que lo conviertan en víctima de los delincuentes.

 

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