Los verdaderos militantes del PRI, los que realmente operan y se han encargado de cuidar el voto duro del partido, están llegando a la conclusión que sus dirigentes estatales y nacionales cometieron un grave error al decidir una coalición en Tlaxcala con sus eternos rivales los panistas, quienes hoy están recibiendo las mejores posiciones y el respaldo que en teoría deberían tener los candidatos a alcaldes del tricolor que, por lo que se ve, están siendo abandonados a su suerte.

 

 

Desde hace varios días, los priistas vienen observando la traición de sus dirigentes y de la influyente estructura tricolor que rodea a la candidata de la coalición “Unidos por Tlaxcala”, Anabell Ávalos Zempoalteca, pues si bien el PRI, PAN, PRD, PAC y el PS se unieron para ir juntos por la gubernatura del estado y para ganar las diputaciones federales y seis de quince distritos locales de mayoría, en los 60 municipios optaron por ir solos, decisión que no fue la mejor porque está evidenciando la ingratitud que existe.

 

Hay coordinadores distritales del PRI que han empezado a operar en algunos municipios pero para apuntalar las aspiraciones de candidatos panistas, situación que ya generó una gran molestia porque esa deslealtad sólo está provocando confusión, desorden y enojo.

 

Un claro ejemplo de lo anterior se registró el pasado sábado 17 de abril a las 14:30 horas en un inmueble propiedad del chaquetero y mercenario síndico capitalino y coordinador distrital de la campaña de Anabell Ávalos, Héctor Martínez García, priista de hueso colorado que siempre suele vender su amor al mejor postor.

 

En esa cabaña que se ubica entre Santa Anita Huiloac y Tepoxtla, comunidades del municipio de Apizaco, el convenenciero Héctor Martínez organizó una reunión con jóvenes para respaldar las aspiraciones de Pablo Badillo Sánchez y Alberto Palestina Moreno, ex regidor y candidato del PAN a la alcaldía de la ciudad rielera y el abanderado del PAN a la a la diputación local por el cuarto distrito, respectivamente.

 

Frustrado porque su junior Héctor Martínez Zamora alias “El Panu” no pudo conseguir la candidatura del PRI a la presidencia municipal de Tlaxcala, el longevo priista se decantó en esta elección por el PAN y sus abanderados, contando con el supuesto aval de Anabell Ávalos, quien envió como su representante a ese cónclave a su hija.

 

El descaro fue tal que Alberto Palestina no tuvo ningún inconveniente en compartir las fotos de esa reunión, hecho que los priistas de Apizaco lo interpretaron como una traición y un doble juego por parte de Ávalos Zempoalteca, sobre todo porque en ese municipio el candidato del tricolor a la alcaldía es José Luis Ramírez Conde, ex diputado local, ex líder del partido y ex funcionario menista, así como Juan Antonio González Necoechea, un ex panista y también en ex funcionario estatal que aspira a convertirse en diputado local.

 

Los priistas no entienden por qué Héctor Martínez y su candidata a la gubernatura respaldan a los panistas de Apizaco, cuando se encuentran desgastados y con una pésima imagen pública debido a que los ciudadanos y las ciudadanas están encabronados por la inseguridad, los excesivos cobros de los servicios municipales y por la supuesta corrupción que prevalece en el ayuntamiento.

 

Y por si fuera poco, también los priistas están siendo obligados a trabajar para que el panista Julio Cesar Hernández Mejía, ex alcalde con licencia de Apizaco, gane los comicios de diputado federal por el primer distrito electoral.

 

Pero no crea que lo anterior es privativo de Apizaco, pues se dice que la misma situación se ha registrado en Tlaxcala, donde Anabell y Héctor han preferido apoyar a la ex morenista y hoy panista, Claudia Pérez Rodríguez, dejando sola a la priista Anabel Alvarado Varela, ex secretaria de Turismo y aspirante del ex partidazo al ayuntamiento capitalino.

 

Al interior del PRI hay una corriente que no está conforme con lo que viene pasando y no descarta hacer pública su inconformidad por la deslealtad observada, lo que obviamente echaría por tierra la unidad y la suma de grupos que tanto presume la coalición “Unidos por Tlaxcala”.

 

La ruptura del PRI y el PAN en los muchos municipios de la entidad es inminente y sus diferencias no se podrán ocultar.

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