A ocho meses de las elecciones, el PRI por fin aceptó que la única posibilidad de disputar la gubernatura de Tlaxcala es encabezando un Bloque Opositor Amplio, por lo que su principal reto consiste en ganar esa nominación que estaría respaldada por el PAN, el PRD y el PAC.

 

La terna priista que busca la candidatura del ex partidazo la integran la presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, el secretario de Educación Pública, Florentino Domínguez Ordoñez y el actual líder estatal del PRI, Noé Rodríguez Roldán, quienes son evaluados a fin de determinar su nivel de competitividad.

 

El que prácticamente está siendo considerado pero con escasas posibilidades de ser elegido es Noé Rodríguez, pues sus alianzas internas y su estructura no le alcanza para competir o convertirse en una opción atractiva no sólo en el PRI, sino para el PAN, el PRD y el PAC.

 

El dirigente del ex partidazo y ex secretario de Comunicaciones y Transportes en el gobierno menista goza de pocos respaldos nacionales. El ex delegado de la Segob no ha podido sumar a su proyecto a los diferentes grupos de priistas del estado que estarían buscando a un militante más fuerte y con palabra para respetar los acuerdos.

 

Florentino Domínguez quizá representaba la carta del menismo en la sucesión interna del PRI, pero su ambición personal para ubicar a sus amigos y operadores en la Secretaría de Educación Pública le ha hecho perder poco a poco el respaldo del mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez, quien si bien no ha frenado la codicia de su colaborador sabe que “El Profe” se equivocó en su estrategia y que no crecerá más en los estudios de opinión.

 

El ex diputado local se concentró exclusivamente en su grupo político y nunca se preocupó por sumar a otros priistas y aliados. Pensó que solo y con el respaldo de la Secretaría de Educación Pública sería suficiente para alcanzar su meta de ser el candidato del PRI al gobierno de Tlaxcala, pero se equivocó porque no sólo está documentado cómo aprovechó las plazas y los cargos de la dependencia para fortalecer a su séquito de aduladores, sino la forma en que ha utilizado los recursos para promocionarse sin tener los resultados esperados.

 

La presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos, es la que hasta ahora ha aprovechado mejor las circunstancias y el actual entorno político electoral. Es la única que se ha sentado no sólo con los diferentes grupos priistas con los que ha establecido acuerdos, sino que también ha instaurado canales de comunicación con el PAN, el PRD y el PAC.

 

Su participación en el proceso interno del PRI es bien vista por la dirigencia nacional y por el gobernador Mena. Encabeza las preferencias en el ex partidazo y quizá es la mejor carta que tiene el tricolor para disputar la nominación del Bloque Opositor Amplio, posición que también la pelean los panistas Minerva Hernández Ramos y Juan Carlos Sánchez García.

 

La ex delegada de la Sedesol sabe lo que es hacer una campaña estatal y por eso ya tiene operadores en todos los municipios de Tlaxcala. Su trabajo en las últimas semanas ha sido permanente y es sin duda una de las principales impulsoras de la gran alianza opositora que de confirmarse podría disputar a Morena la gubernatura.

 

De acuerdo con todos los resultados de las encuestas realizadas para medir las preferencias electorales respecto a la gubernatura de Tlaxcala, Morena encabeza las tendencias y los estudios le dan a ese partido una ventaja importante sobre sus rivales, sin embargo habrá que ver si los números cambian o se mantienen cuando se conforme y se mida la fuerza del bloque opositor amplio.

 

Un dato que valdría la pena analizar y no minimizar tendría que ver con la competitividad que pudiera tener esa mega alianza opositora, pues en la actualidad se habla que Morena y sus aliados estarían en posibilidades de ganar entre 6 y 8 diputaciones de mayoría, mientras que el PRI, el PAN, el PRD y el PAC podrían obtener el triunfo en 7 o 6 distritos locales.

 

Morena podría por primera vez ganar municipios en Tlaxcala, pero según las mediciones que se han llevado a cabo ese partido estaría en posibilidades de gobernar a partir de septiembre del 2021 una veintena de municipios, es decir, que los 40 restantes quedarían en manos del PRI, PAN, PRD, PAC y de otras fuerzas políticas.

 

El pluralismo en la próxima legislatura será la constante al igual que la alternancia en los 60 ayuntamientos del estado. En pocas palabras se ve complicado y difícil que un partido o coalición logre el control de la gubernatura, el Congreso del Estado y de los gobiernos municipales.

 

La pelea por el poder será encarnizada.