Una vez más quedó demostrado que en torno a la pandemia de Covid-19 impera la desinformación y la descoordinación entre el gobierno federal que encabeza el presidente de México Andrés Manuel López Obrador y la administración estatal que dirige el mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez, pues con casi dos semanas de retraso aquí en Tlaxcala por fin se aceptó que el regreso a clases presenciales está descartado.

Lo anterior se determinó porque según los datos de contagios y personas fallecidas por el coronavirus demuestran que la pandemia sigue avanzando y que no existe información confiable que permita conocer cuando se alcanzará el pico de infectados en el país y en la entidad, así como la fecha aproximada en que el número de enfermos empezará a disminuir.

Una investigación de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad reveló que las autoridades de la Ciudad de México ocultan y dan información parcial sobre el número de muertes que ha provocado la epidemia de Covid-19 durante el periodo del 18 de marzo al 12 de mayo del 2020.

En ese lapso de tiempo hubo al menos 4 mil 577 actas de defunción en la Ciudad de México donde la causa de muerte asentada es Covid, confirmado o por confirmar. Incluso en 3 mil 209 de esas actas la causa de muertes anotada es “probable”, “posible” o “sospechoso” coronavirus en cualquiera de las formas para referirse a la enfermedad.

Sin embargo, el gobierno de la Ciudad de México en manos de la morenista Claudia Sheinbaum ha informado que su administración tenía contabilizados en ese periodo 937 defunciones por Covid-19 y el gobierno federal en su portal CORONAVIRUS.GOB.MX reconocía sólo 123 fallecimientos sospechosos de coronavirus en la capital del país.

La investigación de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad evidenció una diferencia entre lo que asientan 4,577 actas de defunción generadas durante la actual emergencia sanitaria con los datos oficiales que dan a conocer las autoridades. La realidad es que habría hasta tres veces más muertes en las que hubo sospecha o confirmación de Covid-19.

Si entre las autoridades de la Ciudad de México y el gobierno federal que pertenecen al mismo partido y al mismo grupo político existe esa descoordinación y desinformación, imagínese cómo será la comunicación con otros gobiernos estatales.

En Tlaxcala es evidente que se carece de datos confiables y de información certera para tomar decisiones respecto al reinicio de actividades comerciales, industriales, educativas y de otro tipo, lo cual se puede observar en las diferentes posturas que tienen las autoridades sobre la evolución de la pandemia que sigue a la alza en infectados y en personas fallecidas.

Por un lado informan que no existen condiciones para reanudar las labores educativas en el estado porque el interés del gobierno de Marco Mena es proteger a los niños y jóvenes ante un virus de alta peligrosidad, pero por otro se insiste en la urgente necesidad de reabrir la industria automotriz que opera en Tlaxcala porque es una prioridad cuidar las exportaciones y defender el empleo formal.

En el vecino estado de Puebla, el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, declaró ayer que en uso de sus facultades impedirá el retorno a las actividades de la industria automotriz programado para el 1 de junio, debido a que no hay condiciones y porque en la actualidad se vive el peor momento de la pandemia y su realidad es horrible.

Si para el 31 de mayo las condiciones han mejorado es probable que reanuden labores, pero mientras se mantenga el elevado número de contagios que se observa en la creciente curva de la epidemia, los 37 mil trabajadores que se mueven en ese sector industrial seguirán en sus casas, afirmó el mandatario poblano en una conferencia de prensa.

Como se dará cuenta amable lector no hay uniformidad de criterios. Tlaxcala y Puebla enfrentan la misma realidad del crecimiento exponencial de contagios y lo lógico sería que las autoridades de ambos estados se coordinaran para establecer algunas decisiones conjuntas, sin embargo no es así y cada una trae sus temas y sus prioridades.

Finalmente, le comento que en medio de la actual pandemia, cuyas cifras se han recrudecido, llamó la atención que de acuerdo con la encuesta efectuada el pasado fin de semana por la empresa Massive Caller, la capital de Tlaxcala se ubicó como una de las 18 ciudades del país con menor percepción de inseguridad, pues según ese estudio solo el 36.2 por ciento de los capitalinos mayores de 18 años dijo sentirse inseguro en el municipio gobernado por Anabell Ávalos Zempoalteca.

Con estos datos, se confirma que la capital sigue siendo uno de los municipios con menor incidencia delictiva y se compara con ciudades como La Paz, Baja California Sur; Mérida, Yucatán, Campeche, Campeche; Puerto Vallarta, Jalisco y Pachuca de Soto, Hidalgo, además de que éstos datos también han sido reflejados en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Ensu) que aplica el Inegi.

La capital tlaxcalteca se ha mantenido durante los últimos tres años por debajo de la media nacional, cuyos datos también se han reflejado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Los datos confirman que en Tlaxcala capital las autoridades si han estado trabajando.