La reciente muerte de personal médico a causa de la enfermedad de Covid-19 ha generado molestia no sólo entre los doctores, sino en todo el personal que labora en los hospitales porque perciben que su trabajo no es reconocido y porque si bien reciben el equipo de protección para atender a los enfermos, éste está siendo limitado o bien en algunos casos no reúne las características de calidad que se requiere.
Si antes de que se estableciera la cuarentena por la presencia del coronavirus el personal de salud arengado por su líder sindical Blanca Águila Lima mostró su inconformidad con paros y marchas para exigir la salida de la Guadalupe Zamora Rodríguez, directora Administrativa de la Secretaría de Salud (Sesa), a quien acusaron de diferentes anomalías como la entrega de equipo e insumos de baja calidad y de ser la responsable de la escasez de otros materiales para atender a los enfermos, hoy le pudo decir que la inconformidad prevalece y que ésta podría hacerse notar una vez que concluya la emergencia sanitaria y convertirse en un dolor de cabeza para las autoridades estatales.
Los médicos, enfermeras, camilleros, personal de limpieza, laboratoristas, químicos y otros más que laboran en los hospitales de la Sesa comprobaron que la nueva directora Administrativa de la dependencia, Giovanna Aguilar Meza, salió peor que Zamora Rodríguez, porque de inmediato se convirtió en la carga bolsas de Blanca Águila y se olvidó de los trabajadores que están dando la batalla para atender a los infectados de Covid-19.
El malestar ha venido creciendo y no tarda en ser generalizado. Desde hace días hubo médicos y enfermeras que plantearon llevar a cabo una protesta para exigir más equipo y de mayor calidad, pero la medida no fue avalada, sin embargo hoy las condiciones han cambiado luego que se conociera que en los últimos dos días fallecieron dos doctores que laboraban en hospitales de la Secretaría de Salud de Tlaxcala.
Al personal de salud nadie les ha hecho un reconocimiento ni ha recibido una promesa de recibir un bono o un incremento salarial tras enfrentar de manera profesional la actual emergencia sanitaria.
Hay químicos que trabajan en los laboratorios de la dependencia que ganan de cuatro mil a cinco mil pesos mensuales y otro tipo de empleados que perciben muy bajas remuneraciones, mismos que hoy aborrecen al secretario de Salud, René Lima Morales y a su líder sindical Blanca Águila.
En cambio han visto como el gobierno de estado ha destinado un fondo para apoyar a los familiares de los pacientes con coronavirus, otro más para cubrir los gastos de los enfermos fallecidos, así como también ha invertido recursos para jornadas de sanitización que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) no sirve para eliminar al nuevo coronavirus y representan un riesgo sanitario y han observado como en plena contingencia las autoridades tienen recursos suficientes para consentir a los maestros con lujosos regalos.
Si la OMS ya declaró que las medidas de desinfección que se llevan a cabo no funcionan y además no existe la certeza de que se reanuden las clases en junio para concluir el presente ciclo escolar, entonces porque le Secretaría de Educación Pública bajo el torpe mando de Florentino Domínguez Ordoñez contrató a una empresa de la Ciudad de México para llevar la sanitización de todas las instituciones educativas de Tlaxcala.
Sin seguir los criterios legales y administrativos, el personal de esa dependencia decidió concretar ese negocio, perdón esa medida, porque según dicen los dividendos serán utilizados para apuntalar la campaña de Florentino Domínguez, quien insiste en mantener su estúpido sueño de convertirse en candidato del PRI al gobierno del estado.
Por esa razón, aprobaron ese contrato millonario María Elena Tapia Lima, directora Administrativa de la Sepe, Pedro Bañuelos Morales, encargado de la infraestructura educativa, quien hace unos días sustituyo en el cargo a Gregorio Cervantes y Roberto Lima Morales, director de Educación Básica y ex líder estatal del PRI.
Si la empresa que seguramente cobró una buena cantidad empezó a trabajar ayer y según su brigada se llevará todo un mes para dizque desinfectar todas las escuelas de Tlaxcala, eso quiere decir que si los alumnos tlaxcaltecas regresan a clases lo harán entre el 18 y 20 de junio, lo cual es ridículo porque prácticamente se estará cerrando el actual ciclo escolar y no tiene ninguna razón exponer a los alumnos y maestros a una enfermedad que ha demostrado ser letal.
Nunca faltan los vivos que aprovechan las contingencias para hacer negocio.
Para concluir y hablando de otros temas le cuento que de no existir cambios los diputados locales aprobarán hoy varios cambios a la Ley Estatal de Educación, una vez que la improductiva y arrogante legisladora del PES, Luz Vera Díaz, aceptó incorporar en su iniciativa varias propuestas y modificaciones legales que en su momento hizo el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, con lo cual, según dicen, se elimina la posibilidad de que esa norma pueda ser vetada por el Ejecutivo estatal.
Donde parece que las grillas internas ya son parte del pasado es en el Tribunal Superior de Justicia en el Estado una vez que se conoció que Georgette Alejandra Pointelin González fue designada el pasado viernes como la nueva directora del Centro Estatal de Justicia Alternativa, cargo que ocupó en el 2016 durante la presidencia de la magistrada Elsa Cordero Martínez.
Pointelin González fue la causante que el magistrado Héctor Maldonado Bonilla fuera removido como presidente del Poder Judicial, sin embargo parece que los integrantes del pleno ya olvidaron las ofensas y rencillas y aceptaron que nuevamente la conflictiva mujer ocupe un cargo relevante en el Tribunal Superior de Justicia, donde hace más de un año ejerció el poder y control absoluto.
Ver para creer.
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