Dos de los logros alcanzados en los últimos tres años por la actual administración estatal están a punto de perderse por la pandemia de Covid-19, pues al concluir la cuarentena establecida por la emergencia sanitaria se comprobará que Tlaxcala tendrá un nivel de empleo formal similar al que dejó el gobierno de Mariano González Zarur y que el número de personas que viven en pobreza extrema se incrementará en la entidad.
Las acciones y planes emprendidos por las autoridades estatales y federales para defender el empleo no han funcionado. Durante abril se contabilizaron casi tres mil fuentes de trabajo menos a las registradas en marzo, donde todavía se reportaron más de 800 nuevos empleos según los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social.
En el actual mes, se estima que se podrían cancelar otros dos mil o tres mil empleos más, para llegar a una cifra de trabajadores formales en el estado de alrededor de 98 mil, muy similar al número de fuentes de trabajo que dejó la administración del hacendado gobernador Mariano González, situación que será un duro golpe porque todo lo que se había avanzado en esa materia se perderá y no habrá nada de que presumir.
Hay funcionarios estatales como Manuel Camacho Higareda, responsable del Sistema Estatal de Promoción del Empleo y Desarrollo Comunitario e Icatlax que están lejos de dimensionar el problema, al grado que en medio de la actual crisis tienen la tonta ocurrencia de seguir promocionándose y, según él, destacar que durante el periodo de contingencia sanitaria logró colocar a 130 tlaxcaltecas en una fuente laboral en empresas del estado, cifra que en nada se compara con los empleos perdidos hasta el momento.
El programa Supérate que la administración de Marco Antonio Mena Rodríguez creó para reforzar las acciones de combate a la pobreza extrema y ser complementario a los planes y acciones del gobierno federal para atender a la población vulnerable pasará a la historia sin pena ni gloria, porque se espera un incremento en el número de personas que viven en miseria.
El año pasado se canalizaron 200 millones de pesos para ese programa y para éste se invertirán 450 millones de pesos. Nadia sabe si esos recursos serán suficientes o no para evitar que el número de pobres crezca en Tlaxcala, pues los efectos de la crisis económica que ya se viven y se agudizarán en los siguientes meses aún son de pronóstico reservado.
Pero no todos sufren o padecen la emergencia sanitaria, porque la semana pasada comprobamos que el gobierno del estado está lejos de dejar de papachar y consentir al magisterio tlaxcalteca, que si bien no fue agasajado con una gran fiesta como se acostumbra el 15 de mayo, no dejó de recibir lujosos obsequios.
El pasado viernes se rifaron se rifaron 23 automóviles, 54 pantallas, 70 bocinas de bluetooth, 16 refrigeradores de 11 pies, 16 refrigeradores de 14 pies, 23 estufas de 20”, 109 licuadoras, 57 vajillas de loza con 12 piezas, 58 ollas express de 6 litros, 109 planchas de vapor y 124 batidoras.
Mientras hay cientos de familias tlaxcaltecas que están haciendo malabares para sobrevivir en la actual contingencia sanitaria, las autoridades estatales se muestran más que dadivosas con los docentes que hoy por hoy sigue siendo un sector muy consentido.
En Tlaxcala aun es un misterio saber por cuánto tiempo más se prolongará la cuarentena por la pandemia de Covid-19. La semana pasada el número de contagios de esa enfermedad fue muy alto y se dice que en los siguientes siete días se podría alcanzar el pico de pacientes contagiados, por lo que si esa tendencia se mantiene es casi seguro que el aislamiento social y la sana distancia seguirán vigentes hasta la primera quincena de junio.
En la entidad ya superamos el medio millar de contagios y la centena de fallecidos.
Las cifras no son alentadoras y los escenarios por venir tampoco.
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