Ni la contingencia por el Covid-19 será un factor que frene la lucha por el poder que se vive al interior de la Sección 31 del poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), la cual está lejos de buscar la reivindicación de los derechos de los docentes tlaxcaltecas porque está centrada en ver qué grupo sigue manipulando y favoreciendo con la dirigencia del gremio.

Ninguna de las dos planillas que hoy pretende hacerse del control de los maestros federales realmente goza del respaldo de la base trabajadora, pues simplemente con revisar quienes las integran uno se dará cuenta que con son los mismos “amigos y liderazgos” que en cierto momento se han beneficiado por el simple hecho de formar parte del Comité Ejecutivo de la Sección 31 del SNTE.

En las planillas hay personajes que por veinte años han formado parte de la estructura sindical y lo único que han hecho a lo largo de ese tiempo, a parte de cambiar de cartera y oficina, es mostrar su opulenta forma de vivir.

El actual dirigente, el gris y coscolino Demetrio Rivas Corona se niega a dejar el hueso y por esa razón se ha empeñado en impulsar a su títere de nombre Arturo Morales Juárez, mientras que el ex líder de esa sección, ex diputado local y delegado del CEN den SNTE en otra entidad del país, J. Carmen Corona Pérez, patrocina y promociona al también millonario maestro Cutberto Chávez de la Rosa.

La disputa por el control de la Sección 31 del SNTE no es mal vista por la dirigencia nacional de ese sindicato que de alguna manera sabe que cualquiera que gane seguirá bajo su órbita de influencia. Los dos grupos son iguales, sólo buscan el poder por el poder y están muy lejos de estar realmente preocupados por defender los intereses de los maestros tlaxcaltecas que acuden a las aulas y enfrentan dificultades para cumplir con su trabajo.

Demetrio Rivas quiere seguir disponiendo del millón de pesos que mensualmente recibe por concepto de cuotas sindicales y cuyo manejo es poco claro. J. Carmen Corona busca retomar el control del sindicato y de los recursos millonarios que dispone, porque es obvio que extraña la buena vida que en su momento se dio al gastar los fondos de las aportaciones de los miembros del gremio magisterial.

Ambos grupos tienen como objetivo principal recuperar los espacios y posiciones que tenían en la estructura administrativa de la Secretaría de Educación Pública (direcciones, jefaturas de departamento y otras), mismas que les fueron quitadas en los últimos años y especialmente durante la administración del actual gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, la cual hoy se percibe debilitada y con un poder acotado luego de ceder ante el Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Salud.

Por esa razón, el torpe y dócil titular de esa dependencia, “El Profe” Florentino Domínguez Ordoñez, sigue todas las recomendaciones de su esposa Gabriela Sarmiento, una maestra comisionada que últimamente pareciera que ejerce las funciones de su gris marido, quien ha prometido a los dos grupos amor y lealtad, pero que no es del todo cierto porque su corazón late por la continuidad de Demetrio Rivas a través de su marioneta Arturo Morales.

Si alguien pensó que con la llegada al poder de la Cuarta Transformación las cosas cambiarían en el SNTE, puede irse despidiendo de ese anhelo y deseo porque en ese gremio magisterial todo seguirá igual, es decir, el próximo 19 de marzo habrá una nueva dirigencia sindical que sólo vera por sus intereses y no por los derechos de los profesores, tal y como siempre ha pasado.

El jueves veremos una auténtica lucha del poder por el poder.