Así como en la pasada administración estatal hubo unos hermanos que acapararon cargos y supuestos negocios, mismos que eran dirigidos por el “influyente” Hugo René Temoltzin Carreto, ex Contralor del Ejecutivo, quien hace unas semanas en presunto estado de ebriedad volcó su lujoso automóvil en la capital del estado, parece que ahora los carnales Hernández López son los que han acaparado ciertas posiciones con la complicidad de magistrados y funcionarios menistas.

El viernes pasado se confirmó que Luis Hernández López dejó de ser Secretario General de Acuerdos del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Tlaxcala (TSJE), cargo que desempeñó por seis años tras ser designado en el periodo en que el magistrado Tito Cervantes Zepeda tenía bajo su responsabilidad la presidencia del Poder Judicial.

Ahora, el nuevo presidente del TSJE, Fernando Bernal Salazar, optó por proponer para ese puesto a Carlos Hernández López, hermano de Luis Hernández, situación que si bien los magistrados del tribunal avalaron sin chistear nada, lo cierto es que entre el personal del Poder Judicial, abogados litigantes y la clase política cayó muy mal porque ahora en el tribunal ya es posible heredar cargos.

Otro hermano de los arriba mencionados que responde al nombre de Fernando Hernández López, forma parte de los mediocres e incoloros consejeros del Instituto de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales del Estado de Tlaxcala, mismos que asumieron puestos en julio del año pasado y que brillan por no hacer nada y por estar sumisos y a las órdenes del torpe secretario de Gobierno de la administración menista, José Aarón Pérez Carro.

Nadie sabe que tienen de especial esa triada de carnales porque como se podrá ver acaparan, sin ningún problema o resistencia, lugares privilegiados dentro de la burocracia dorada.

Se dice que es tanta la influencia y encanto que tienen esos hermanos que José Aarón Pérez, el funcionario menista que está más preocupado en velar por los intereses de su familia y de su séquito de alabadores, anda operando todos los días para ubicar a Luis Hernández como representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Judicatura.

Y por cierto, también se menciona con cierta insistencia que la representante de los magistrados ante el Consejo de la Judicatura Martha Zenteno Ramírez que en marzo del 2021 termina su periodo por el que fue designada podría dejar su lugar, porque en las revisiones que se han emprendido por el cambio del presidente del Poder Judicial se han encontrado algunas anomalías administrativas y financieras que serían responsabilidad de esa abogada.

De hecho, la supuesta buena relación, camaradería y complicidad que existía entre el actual presidente del TSJE Fernando Bernal y el ex representante del Poder Judicial el magistrado Mario de Jesús Jiménez Martínez pareciera que ya se diluyó, al grado que han empezado a encaminarse a una inevitable confrontación por asuntos que el primero ha empezado a ventilar en los medios de comunicación.

Bernal Salazar no sólo busca echar abajo los procesos de licitación que Jiménez Martínez había iniciado en el tribunal y que estaban por concluir para supuestamente beneficiar a ciertas empresas y proveedores, sino que también está decidido a ventilar favoritismos e irregularidades en la asignación de plazas que el segundo consintió cuando llegó a la presidencia y que el primero también solapó y hasta se benefició.

Tal y como sucede en otros poderes, el TSJE tiene su cloaca y el “impoluto” Fernando Bernal ataviado con su toga y presumiendo un discurso apegado a los principios de Morena y la Cuarta Transformación que impulsa el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de no mentir, no robar y no traicionar pronto podría quedar salpicado con las porquerías que se han cometido y evidenciar que siempre ha formado parte de la mafia en el poder que ahora dice combatir.

Si en realidad Bernal Salazar es un magistrado honesto y la presidencia del TSJE que encabeza será diferente, esperemos que lo demuestre con hechos y elimine el nepotismo, la corrupción, el tráfico de influencias, el amiguismo y otros tantos vicios que prevalecen en el Poder Judicial de Tlaxcala, porque hasta ahora tiene el mismo comportamiento que han tenido todos los encargados de esa importante instancia.

O no.