Aunque a simple vista pareciera que al interior del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) las cosas se encuentran en calma tras la dolorosa derrota que sufrió Mario de Jesús Jiménez Martínez que a principios de este mes no pudo retener la presidencia del Poder Judicial por la traición que enfrentó de los magistrados que se aliaron con Fernando Bernal Salazar, los tambores de guerra han empezado a sonar por la inminente renovación de los integrantes del Consejo de la Judicatura.
Se dice que tras la salida de Mario de Jesús Jiménez de la presidencia del Poder Judicial, el magistrado con ayuda de su fiel achichincle e integrante del pleno Rebeca Xicohténcatl Corona estarían operando con la complicidad de “influyentes” funcionarios menistas la llegada de incondicionales al Consejo de la Judicatura a fin de restarle poder y cierto control a Bernal Salazar que es el nuevo representante legal del Tribunal Superior de Justicia.
Una vez que el ausente e intermitente gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez habría fracaso en su intento por lograr la continuidad de Jiménez Martínez en la presidencia del TSJ pese a la burda y torpe operación de su inútil secretario de Gobierno, José Aarón Pérez Carro, ahora se habla que para apoyar al endeble funcionario encargado de la política interna también se pidió la ayuda del nefasto procurador José Antonio Aquiahuatl Sánchez y del coscolino Consejero Jurídico del gobierno del estado Rafael Rodríguez Mendoza para tratar de acotar a Fernando Bernal y al grupo de cinco magistrados que hasta hoy se encuentra unido.
La intención de ese triunvirato alentado por el joven mandatario Marquito Mena, que al parecer no le gusta tomar decisiones importantes, es imponer ante el Consejo de la Judicatura a los representantes del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo, por lo que Mildred Murbartián Aguilar y Álvaro García Moreno, respectivamente, no están siendo considerados para ser ratificados en sus cargos.
Pérez, Aquiahuatl y Rodríguez junto con los magistrados Mario de Jesús Jiménez y Rebeca Xicohténcatl estarían promoviendo a Luis Hernández López, actual secretario de acuerdo del TSJ, a quien pretenden convertir en representante del Poder Ejecutivo ante el Consejo de la Judicatura.
Si bien saben que el comisionado del Congreso del Estado ante ese órgano no depende de esos mediocres funcionarios estatales porque son los diputados los que eligen a ese miembro, si buscan que los manipulables legisladores locales designen a un “aliado” que esté dispuesto a obedecer las indicaciones que reciba y que se sume al contrapeso que se busca generar al nuevo presidente del TSJE.
Por esa razón, también se pretende cambiar al representante de los jueces ante el Consejo de la Judicatura y si se puede hasta la que defiende los intereses de los magistrados.
La jueza Leticia Caballero Muñoz tiene mala suerte, porque ese triunvirato y los mencionados magistrados que anhelan venganza contra Bernal pretenden impulsar la llegada de Gerardo Felipe González Galindo, juez de control y de juicio oral del distrito judicial de Guridi y Alcocer.
Sin embargo se habla que Fernando Bernal está operando fino para designar a un incondicional como representante de los jueces en el Consejo de la Judicatura y frenar la incorporación de un miembro ajeno a sus intereses como podría ser González Galindo.
La representante de los magistrados Martha Zenteno Ramírez que en el próximo mes cumpliría dos años en el cargo y entraría al último de su periodo por el que fue designada, tiene garantizada su permanencia si se mantiene obediente como hasta ahora lo ha hecho al presidente en turno del Poder Judicial, porque hay que tener presente que ya trabajó con Héctor Maldonado Bonilla (quien la propuso), Mario de Jesús Jiménez y actualmente con Fernando Bernal.
Hasta ahora es un misterio el tiempo que durará la unidad entre los magistrados Bernal Salazar, Héctor Maldonado Bonilla, Mary Cruz Cortés Ornelas, Felipe Nava Lemus y Elsa Cordero Martínez. Veremos si en los próximos días la mantienen y logran frenar nuevamente la intervención del gobernador en el Poder Judicial de Tlaxcala, quien a través de sus mediocres operadores y aliados con otros dos magistrados quiere controlar el poderoso Consejo de la Judicatura.
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