Algo que resulta bueno es la declaración que emitió la presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca en torno a que si buscará la candidatura del PRI a la gobierno del estado, porque no sólo los priistas esperaban esa definición, sino las dirigencias locales de otros partidos como el PAN, el PRD, el PT y Nueva Alianza que han establecido negociaciones para conformar un bloque opositor rumbo a los comicios del 2021.
El cambio de la dirigencia estatal del PRI que por meses ha estado en manos del improductivo Roberto Lima Morales seguramente dará un impulso al ex partidazo que le urge abandonar el letargo y revolucionar su trabajo en la entidad, si es que realmente desea competir y dar la pelea por conservar la gubernatura de Tlaxcala y recuperar algunos de los espacios perdidos no sólo en las diputaciones federales, sino en las locales donde hoy en día sólo tiene una representante.
El próximo domingo asumirán las riendas del tricolor Noé Rodríguez Roldán y Mildred Vergara Zavala como presidente y secretaria general, respectivamente. Ambos tendrán bajo su responsabilidad la preparación de las elecciones del siguiente año y la designación de los candidatos a la gubernatura, las diputaciones federales y locales, así como de los aspirantes a alcaldes y presidentes de comunidad.
Si el PRI quiere dejar de ser la cuarta fuerza política en el estado y recuperar la hegemonía que llegó a tener hace algunos años, deberá renovarse, abrir espacios a nuevas figuras y sobre todo recuperar la maquinaria electoral que no sólo lo hacía competitivo, sino que lo ayudaba a ganar las elecciones.
De entrada, hoy en día tiene a Anabell Ávalos, quien es la única priista que al parecer genera los consensos entre diferentes partidos (PRI, PAN, PRD, PT y Nueva Alianza) para encabezar y conformar un bloque que sea capaz de disputar al partido del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, conocido como Morena, la gubernatura de Tlaxcala que está bajo la tutela del también militante del PRI, Marco Antonio Mena Rodríguez.
La alcaldesa capitalina estratégicamente empezó a marcar los tiempos de la sucesión, lo que sin duda le sumará puntos porque crecerá en las preferencias de los tlaxcaltecas una vez que reconoció que sí le interesa participar en los futuros comicios. En el 2016 buscó la nominación en su partido y eso le permitió tejer una estructura estatal que mantiene vigente.
En el 2012 siendo candidata al Senado recorrió el estado que en ese entonces era gobernador por Mariano González Zarur. Conoce los grupos y los hilos que mueven el poder, de ahí que sus posibilidades de ser competitiva son altas y más si es abanderada de un bloque opositor amplio.
Lo malo del inicio del presente año es la problemática que enfrenta la Secretaría de Salud de Tlaxcala, pues el responsable de esa área del gobierno menista, René Lima Morales, sólo evidenció que el cargo le quedó muy grande.
Los hechos demuestran que en el caso de los niños enfermos de cáncer que no han recibido su tratamiento por falta de medicinas estuvo plagado de mentiras por parte de ese médico. El mayor de los “hermanos lelo” conocido como José Aarón Pérez Carro, secretario de Gobierno, tuvo que salir ante los medios para asegurar que ya se estaba atendiendo a los pacientes que se quedaron sin sus quimioterapias y de esa forma proteger a ese mediocre funcionario.
El gobierno del estado nunca solicitó los medicamentos al gobierno federal que siempre los tuvo disponibles y decidió comprar unas dosis para tratar de mitigar el malestar de los 120 padres de familia que tienen hijos enfermos en el Hospital Infantil de Tlaxcala, sin embargo el problema no está resuelto porque el paquete que llegó es limitado, por lo que en unas semanas más se podría registrar nuevamente la falta de esas sustancias que coadyuven al tratamiento de los pacientes.
El gobierno menista quedó muy mal por el tema de las quimioterapias para niños. René Lima es una vergüenza para la actual administración.
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