Un funcionario menista que ha hecho quedar muy mal a su jefe y que las autoridades del gobierno federal consideran no sólo negligente, sino mentiroso, es el actual secretario de Salud en Tlaxcala, René Lima Morales, quien en el caso de los niños enfermos con cáncer ha mostrado una enorme ambición para intentar esconder el presunto jugoso negocio que implica la compra de esos medicamentos y que al parecer no está dispuesto a perder y menos cuando empezó la cuenta regresiva para la actual administración.

Una investigación que inició hace unos días el gobierno federal en torno a la supuesta falla de no dotar medicamentos contra el cáncer que alrededor de 120 niños tlaxcaltecas reciben para su tratamiento en el Hospital Infantil de Tlaxcala podría terminar es un escándalo para el mercenario René Lima, quien es el verdadero responsable de que esos infantes no hayan recibidos a tiempo sus quimioterapias.

De acuerdo con el seguimiento del caso, se sabe que la compra de las medicinas para el cáncer es una responsabilidad del gobierno del estado que tiene contratada a la filial SAFE que es una empresa vinculada a la farmacéutica PISA que tiene monopolizada la elaboración de esos medicamentos, los cuales no los ha podido elaborar ni suministrar al registrar problemas internos de producción.

Por tal razón se determinó que en Tlaxcala la falta de medicamentos de este tipo es responsabilidad del gobierno del estado encabezado por Marco Antonio Mena Rodríguez y no de las autoridades federales que coordina el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.

Al conocer la protesta de los padres de familia que el sábado pasado dieron a conocer la problemática que enfrentan, el titular del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi), Juan Antonio Ferrer Aguilar, se trasladó al Hospital Infantil de Tlaxcala donde se reunió con los inconformes y el secretario de Salud, René Lima, a quienes les informó que el gobierno federal cuenta con esos medicamentos y que si éstos eran solicitados a través de un oficio serían surtidos de inmediato.

Hace unos meses la administración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ordenó que se compraran en otros laboratorios los medicamentos oncológicos que tenía monopolizado PISA a fin de garantizar el abasto de esos productos médicos, procedimiento que se hizo y que se tiene resuelto.

Sin embargo, por alguna extraña razón hasta la mañana del día de ayer el valemadrista Lima Morales no había enviado el oficio al Instituto Nacional de Salud para el Bienestar para solicitar los medicamentos que requieren los niños tlaxcaltecas enfermos de cáncer y cuyos padres hoy se podrían manifestar.

Hay fuertes indicios de que René Lima más que preocuparse por la salud y el tratamiento de los infantes está cuidando el contrato y la jugosa comisión que estarían recibiendo las autoridades estatales por la compra de los medicamentos a la filial SAFE, ya que si el secretario de Salud solicita las medicinas y éstas son surtidas de inmediato por el gobierno federal en automático quedaría cancelado el compromiso con esa empresa por incumplimiento y eso es lo que al parecer se estaría evitando.

Los sabuesos del gobierno federal tienen armado el expediente y de seguir las mentiras de Lima Morales entorno a la supuesta responsabilidad del gobierno de López Obrador en la falta de medicamentos para los niños tlaxcaltecas enfermos de cáncer, éste se podría dar a conocer e incluir más detalles que dejarían muy mal a ese ambicioso funcionario estatal y a su jefe que pareciera le esconden la verdadera información sobre este problema.

El secretario de Salud de Tlaxcala no goza de la confianza ni el respaldo de las autoridades federales, porque en pocos meses ha demostrado que no tiene la capacidad para manejar esa dependencia que está desordenada, con severos problemas financieros y administrativos, así como la ausencia de personal especializado que provoca una pésima atención al público, tal y como la que recibió también en días pasado un paciente de nombre Marcos Flores Jiménez que simplemente enfrenta una muerte cerebral porque no hubo un neurocirujano que lo pudiera atender.

Ojalá quede resuelto el caso de las quimioterapias y el secretario de Salud de Tlaxcala abandone tanta estupidez, porque no se vale que exponga la vida de 120 niños con tal de lograr beneficios económicos.