El Sistema Estatal Anticorrupción es un bodrio que en Tlaxcala casi todos los sectores y actores políticos han abrazo y protegido, prestándose a la simulación que alienta el gobierno del estado para aparentar que en la entidad ese no es un problema grave que tenga presencia en dependencias, organismos públicos descentralizados y autónomos, ayuntamientos, universidades públicas o instituciones educativas de todos los niveles.

Para seguir con esa simulación y pantomima, este día el presidente del Comité Ciudadano del Sistema Estatal Anticorrupción que encabeza el gris Abdel Rodríguez Cuapio tuvo la osadía de invitar al informe anual de actividades, lo cual representa una enorme burla y farsa porque esa instancia no ha hecho absolutamente nada en los últimos doce meses, al igual que el Tribunal de Justicia Administrativa y el Fiscal Anticorrupción que no han emprendido ninguna acción contundente para empezar a castigar el flagelo de la corrupción en Tlaxcala.

Hace un año los integrantes del mencionado comité Abdel Rodríguez Cuapio, José Justino Pérez Cuapio, Isabel Romano Hernández, Rumel Hernández Avendaño y Erika Montiel Pérez asumieron sus cargos y de inmediato se dedicaron a disfrutar del erario al entrar a la burocracia dorada, esa que cobra abultados salarios sin realizar ningún trabajo y, lo que es peor, ponerse a las órdenes del torpe secretario de Gobierno del estado, José Aarón Pérez Carro, experto en simulación y obediencia ciega.

Hoy seguramente Abdel Rodríguez presumirá grandes logros como la firma de convenios, el diseño del formato único para presentar denuncias o quejas, la creación de una limitada página de internet para que los ciudadanos conozcan las supuestas bondades del Sistema Estatal Anticorrupción y la realización de algunos foros donde uno que otro especialista habló de los avances que se han tenido en el combate a la corrupción.

Ahí estarán los ridículos empresarios de la Coparmex Tlaxcala encabezados por José Noé Altamirano Islas aplaudiendo y validando ese bodrio, al igual que los representantes de las universidades públicas, así como los diputados locales y federales. También estarán las autoridades estatales, magistrados, presidentes municipales y otros invitados más que celebrarán la inoperancia de ese sistema y su gran farsa porque a ellos les permite sacar provecho de esa lamentable situación.

El Fiscal Especializado en Combate a la Corrupción, Pedro Sánchez Ortega, sigue sin poder judicializar ninguna de las 30 denuncias que recibió de diferentes ministerios públicos de la PGJE, lo que demuestra que el Sistema Estatal Anticorrupción es inoperante y que está diseñado para solapar y encubrir los malos manejos y presuntas anomalías que cometen los servidores públicos.

Pero no crea que sólo los que conforman ese andamiaje legal y de instituciones se prestan a la comedia que vemos, pues también los diputados locales integrantes de la Comisión de Puntos Constitucionales, Gobernación y Justicia y Asuntos Políticos del Congreso del Estado que en teoría llevan a cabo el proceso para designar al nuevo miembro del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción de Tlaxcala participan en ese engaño.

Todo saben que la influyente Anabel Alvarado Varela ex secretaria de Gobierno busca imponer en ese comité a una empleada del IAIP de nombre Lucero Romero Mora, misma que ya contaría con el aval del joven gobernador Marco Mena, cuando los legisladores tlaxcaltecas tienen la certeza de hay otras personas más calificadas y con un mejor perfil para ese puesto, pero que ninguno tiene el valor de oponerse a la decisión que ya se palomeo.

Mientras a nivel federal hay señales claras de pretender combatir la corrupción con la detención de Rosario Robles, ex secretaria de Sedesol y Sedatu en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, aquí en Tlaxcala se hace todo lo posible por conservar un sistema priista que permite, fomenta y alienta las malas prácticas de los servidores públicos que difícilmente podrán ocultar por más tiempo, porque los expedientes que ya existen sobre sus excesos pronto saldrán a la luz y muchas autoridades quedarán muy mal paradas.

Al tiempo.