Quizá el magistrado poblano Héctor Maldonado Bonilla hoy siente lo que en su momento padecieron y experimentaron los ortinotarios que él persiguió por órdenes del ex gobernador Mariano González Zarur, pues aunque pareciera que le asiste la razón, simplemente la justicia federal no aceptó cobijarlo y decidió darle la razón al abogado Mario de Jesús Jiménez Martínez para que éste se desempeñe como presidente del Tribunal Superior de Justicia en el Estado.
Aunque el litigio por el control del Poder Judicial se mantendrá por unos meses mientras se resuelve en definitiva el caso, lo más seguro es que una de las partes opte por chicanear el asunto hasta enero del 2020, fecha en que los magistrados se deberán reunir para reelegir a Jiménez Martínez o designar a un nuevo representante legal, lo cual dejaría sin efecto el pleito que Maldonado Bonilla inició para recuperar su cargo.
Durante el día de ayer los marianistas no podían ocultar su desolación y tristeza porque no sólo serán expulsados de la nómina del TSJE, sino que los negocios establecidos al amparo del poder se perderán.
Marianito González Aguirre, ex diputado local y principal aliado de Héctor Maldonado pasó en muy pocos días de la euforia a la pesadumbre. De los gritos de venganza y maldiciones al gobernador pasó al silencio sepulcral que quizá dibuja claramente su futuro.
A los abogados del junior que dejó hace unos meses de ser un político influyente, Hugo René Temotlzin Carreto y Emilio Velásquez Leiva se les vio deambulando por las instalaciones del Poder Judicial de Tlaxcala sin entender las razones por las cuales la justicia federal decidió cancelar la suspensión provisional que necesitaban para mantener el ansiado poder del TSJE.
Será cuestión de días para que se concrete una limpia de marianistas en el Poder Judicial de Tlaxcala y para que empiece a salir a la luz los negocios y excesos cometidos por esa camarilla que encabezaba el poblano Héctor Maldonado.
En último reducto que tenían los marianistas en Tlaxcala y que les permitía tener cierto juego político y dinero público para mantenerse vigentes lo han perdido y con muy pocas posibilidades de recuperarlo.
El menismo se tardó más de dos años, pero al final y en complicidad con seis magistrados y los integrantes del Consejo de la Judicatura logró asestar un golpe demoledor a los marianistas que al ser expulsados de la administración estatal encontraron un refugio provisional en el Poder Judicial, donde hasta hace unas semanas la mano que mecía la cuna era la del ex gobernador Mariano González Zarur a través de su vástago Marianito González.
Las posibilidades de que el marianismo influya en la sucesión gubernamental son remotas. Su margen de maniobra y acción al interior del PRI es casi nula y para su mala fortuna no tiene ningún cuadro con posicionamiento y estructura que pueda disputar la candidatura del ex partidazo al gobierno del estado u algún otro cargo de elección popular que estarán en juego en los comicios del 2021.
El marianismo ha muerto y también los sueños de grandeza y futuro que Marianito González no se cansaba de contar a su séquito de lambiscones entre los que se encuentra Jorge Luis Vázquez Rodríguez, el último miembro de ese nefasto grupo que aun sobrevive en el gobierno del estado como secretario de Desarrollo Económico.
No cabe duda que el enemigo de tu enemigo resultó ser el mejor aliado para enterrar al marianismo. O no.
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