La debilidad que ha mostrado en los últimos meses la actual legislatura local bajo el control de Morena, el PT y el PES fue aprovechada por el joven gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez para imponer sus reglas de operación de los fondos que se aprobaron en el presupuesto de este año para el campo y el desarrollo de infraestructura en los municipios del estado.

El retraso intencional de la publicación de las reglas de operación por parte del Ejecutivo sirvió para desgastar a los diputados locales y al mismo tiempo conocer sus intenciones sobre la ejecución de más de 400 millones de pesos etiquetados para tales programas, los cuales se podrán aplicar a partir de ahora pero bajo las condiciones impuestas por el gobernador y no de los criterios y lineamientos que intentaron sugerir los legisladores y que al final fueron ignorados.

La Secretaría de Planeación y Finanzas a cargo de Alejandra Nande Islas operó las instrucciones del mandatario e impuso unas complicadas reglas que dificultarán el acceso y la aplicación de los mencionados fondos, debido a que los presidentes municipales no sólo serán los responsables de ejecutar y comprobar los recursos de ambos programas, sino que deberán hacer aportaciones de hasta el 50 por ciento para acceder a los mismos.

Las reglas de operación que fueron publicadas el pasado sábado en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Tlaxcala provocaron una gran molestia entre los diputados locales cuando conocieron los detalles de las mismas y comprobaron que sus aportaciones simplemente fueron a parar al cesto de la basura, pues quedaron mal con los presidentes municipales que enfrentarán un verdadero calvario para recibir los recursos prometidos.

Aunque los diputados locales asumieron ese mismo sábado el compromiso de rechazar las reglas de operación impuestas por el Ejecutivo, la realidad es que el gobernador Mena resultó ser más hábil que ellos porque les ganó la partida política y administrativa al establecer condiciones y candados que impide disponer discrecionalmente de esas partidas sin justificar correctamente su aplicación.

Habrá que ver quién carga con el malestar de los presidentes municipales y de los productores del campo, pues no dude que se empezarán a registrar en los próximos días muestras de inconformidad por las mentadas reglas de operación.

Los diputados locales están sometidos a la voluntad del Ejecutivo, quien habría contado con un aliado clave de la nomenklatura de Morena para imponer los lineamientos, ya que se dice que éstos fueron avalados desde la Federación porque evitan al máximo la presencia de la corrupción.

Si la relación entre el gobernador y los legisladores era mala, ahora será peor y más tirante porque los segundos se sienten pisoteados al no hacer realidad lo que prometieron a los alcaldes y a los productores del campo.

Y ya que hablamos de malas relaciones, le cuento que el pasado viernes en la fiesta de aniversario del Sindicato de Burócratas “7 de Mayo” el líder de ese gremio Edgar Tlapale Ramírez andaba hablando pestes del gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez y su inútil Oficial Mayor de Gobierno Luis Miguel Álvarez Landa, porque hasta ese día no habían establecido ninguna negociación oficial para fijar el incremento salarial de los trabajadores.

Esa actitud y no haber asistido a la fiesta puso de muy mal humor al dirigente de ese gremio que también arremetió contra los diputados locales. Su mala vibra fue tan grande que al final del bacanal sus seguidores la emprendieron contra el cantante del grupo musical que amenizaba la fiesta, hecho que fue muy criticado en las redes sociales por el comportamiento porril de los burócratas.

Hasta donde se sabe, el Poder Judicial es el único que estableció un convenio individual con el mencionado sindicato, lo que da la certeza que en el Tribunal Superior de Justicia en el Estado no habrá paros o protestas del personal sindicalizado, como podrían registrarse en los próximos días en las dependencias estatales y en las oficinas del Congreso del Estado.

El 4 de mayo del año pasado el gobernador anunció con bombo y platillo el aumento del 11 por ciento al sueldo base de los trabajadores afiliados a ese sindicato y una mejora en sus prestaciones, sin embargo hoy no se tiene ningún avance en la negociación quizá porque no hay elecciones y porque los burócratas lejos de respaldar al PRI en ese año optaron por dar su voto a Morena y al actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Nadie se explica porque el mandatario insiste en rodearse de pésimos colaboradores que lejos de ayudarlo le complican más las cosas, como el enlace del Ejecutivo con los legisladores locales, Arnulfo Arévalo Lara y el Oficial Mayor de Gobierno, Luis Miguel Álvarez, quien dedica más tiempo en organizar tontos torneos de futbol que en atender las necesidades y demandas de los burócratas.

Desde que Álvarez Landa perdió en Tlaxcala las elecciones del PRI en los pasados comicios del 2018, se muestra más que relajado y desentendido de sus labores como funcionario de primer nivel, porque según se cuenta él se habría quedado con los recursos millonarios que se destinaron para la operación política-electoral que llevarían a cabo los militantes del partidazo en el estado y que nunca se repartieron.

Con esos colaboradores el gobernador Mena para que quiere enemigos. O no.