Si a nivel nacional el aniversario número 90 de la fundación del PRI estuvo desangelado, en Tlaxcala se optó por un descolorido evento que pasó desapercibido y el cual confirmó que no existe mucho interés por revivir ese instituto político tras la dolorosa derrota de 1 de julio del 2018, pues hasta ahora ha sido incapaz de poner en marcha un proceso de cambio o transformación.
La inanición del PRI en Tlaxcala es sin duda un mal augurio para las elecciones locales y federales que enfrentará en el 2021, debido a que no se visualiza a ningún precandidato competitivo para la gubernatura, por lo que no se descarta que esa posición deje de estar en manos del ex partidazo para ser entregada a Morena que hoy en día representa la fuerza política más sólida para conquistar el poder en el estado.
Los auténticos priistas tlaxcaltecas que se resisten a perder anticipadamente el poder, están en espera del proceso de renovación de su dirigencia nacional para participar y jugar las contras al gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, con el propósito de reducir su margen de maniobra rumbo a la sucesión y frenar la loca carrera del precandidato Manuel Camacho Higareda, misma que es alentada e impulsada por el primer priista de la entidad.
Marco Mena no ha mostrado sus cartas y se desconoce a quién apoyará para la dirigencia nacional entre José Narro Robles, ex secretario de Salud del gobierno de Enrique Peña Nieto, la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, el actual mandatario de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas y presidente de la Conago, el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz y el coordinador de la fracción priista en el Senado, Miguel Ángel Osorio Chong.
Por lo pronto, Mariano González Zarur, el ex gobernador de Tlaxcala ya empezó a jugar sus cartas en el proceso interno de PRI y de entrada envió a su hijo Marianito González Aguirre a ponerse a las órdenes de Alejandro Moreno.
El grupo marianista encabezado por el hacendado está más que interesado en participar y no equivocarse de brindar el apoyo al próximo líder nacional del PRI, pues de eso dependerá su futuro y sus posibilidades de disputar no sólo la candidatura a la gubernatura de Tlaxcala, sino las nominaciones a las diputaciones federales y locales, así como de las principales alcaldías del estado.
Se habla que en Tlaxcala el actual grupo en el poder financió una encuesta para medir el posicionamiento de los priistas y la fuerza del partido rumbo a los comicios del 2021. Una versión apunta que la actual alcaldesa capitalina Anabell Ávalos Zempoalteca sería la opción más competitiva rumbo a la sucesión dentro de ex partidazo, sin embargo otra que es la menos creíble, señala que el soberbio secretario de Educación Manuel Camacho goza de posicionamiento y con potencial para disputar el poder.
Sea una versión real y la otra falsa, lo que es un hecho es que el PRI apenas si concentra el 10 por ciento de las preferencias de los electores tlaxcaltecas, mientras que Morena supera los 43 puntos, lo que ubica en estos momentos al partido del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es una posición envidiable para ganar la gubernatura de Tlaxcala.
El PRI en Tlaxcala está aniquilado y pareciera que el actual mandatario así lo quiere porque le conviene esa situación para el futuro de él y de su familia.
Al descubierto otro negocio en la Secretaría de Educación
Un burdo pero lucrativo negocio es el que presuntamente existe al interior de la Secretaría de Educación Pública de Tlaxcala, donde al parecer hay funcionarios involucrados en la venta de horas clases en escuelas secundarias.
El asunto que no es desconocido por el titular de esa dependencia, Manuel Camacho, quien en repetidas ocasiones fue alertado de esa nefasta práctica, podría convertirse en otro serio problema para el aspirante a poeta que tiene al sector educativo convulsionado.
Lo malo del caso de la venta de horas clases, es que los afectados ya empezaron a mencionar que el contacto externo para llevar a cabo esa irregular operación responde al nombre de Francisco Mena Pilotzi, quien a su vez estaría coludido con la directora de Relaciones Laborales USET, Claudia Xochihua Rodríguez.
El primero utilizaría el apellido para ganar confianza y garantizar que su operación goza del respaldo de las autoridades estatales.
Por lo pronto, cada día se conocen más casos y no descarte que se realice una protesta por parte de las personas que pagaron y no han recibido las horas prometidas en la dependencia impoluta que dice administrar y dirigir Manuel Camacho.
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