Con razones de sobra, la candidata del PS a la gubernatura, la emprende contra ciertas encuestadoras al servicio de quien paga porque le endulcen el oído.

La descalificación que de ciertas encuestas hace la candidata del Partido Socialista, Rosalía Peredo Aguilar, exhibe la calidad mercenaria de empresas como Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), “se venden al mejor postor”, sostiene la abanderada, cuyo papel en la elección del cuatro de julio cobra relevancia, pese a ser señalada en la encuesta de GCE como el proyecto más débil de los cuatro en pos de la gubernatura tlaxcalteca.

El dicho de Peredo, acaso contendría el despecho de quien es señalado como poco competitivo. Sin embargo, es de conocimiento público por plumas como la de Raymundo Rivapalacio, que la alianza perversa Televisa-Milenio-GCE, usa a las encuestas para aderezar el manejo de imagen de los candidatos a quienes se extorsiona con no aparecer en las pantallas del consorcio en caso de no contratar los servicios de la citada encuestadora.

En Tlaxcala, lo curioso es que el GCE no esté al servicio del PRI, como ocurre en las restantes entidades federativas que irán a las urnas el cuatro de julio. El primer ejercicio publicado hace un par de semanas hablaba de una ventaja de cuatro puntos en intención de voto del priista Mariano González Zarur, sobre su oponente la panista Adriana Dávila Fernández.

La misma empresa encuentra un crecimiento de cuatro puntos y ayer, asegura que la albiazul ya logró una ligera ventaja sobre el tricolor. Mientras ello ocurre, otra firma, Abundis –de singular aprecio entre grupos heterogéneos – encontraba que el priísta acumulaba una ventaja de ocho puntos sobre Dávila.

El estudio, publicado por el diario Síntesis, fue descalificado por la abanderada panista. La aparición del inusitado empate técnico, mediante el estudio de GCE dirigido por Liébano Sáenz, es una fotografía de las argucias de la amañada trilogía (Televisa-Milenio-GCE) para contraatacar, buscando el beneplácito de quien afectada por una consistente verdad ha de recurrir, “a la ayuda de profesionales” pero no en el terreno demoscópico, sino más allá; en un escenario que combina la mediatización con el ilegítimo propósito de ganar millones para echar porras en sus medios.

En declaraciones hechas hoy miércoles a La Jornada de Oriente, el abanderado priísta, Mariano González Zarur, insiste en ir arriba en las preferencias electorales, en un promedio de ocho a diez puntos. Y así, estima, llegará a las votaciones, cuando se de un ambiente de nula competencia.

Creo que las campanas al vuelo, mostradas por el divo, deberían ser tomadas por sus asesores como la recurrente esquizofrenia de quien ha de repetirse en distintas formas y con espejos pagados por él, lo portentoso que le resulta el narcisismo, cuando se encuentra con su verdadero yo, ese que no atraviesa por cambio alguno, y conste que esa era una constante en su actualizada promoción.

Es odioso que en este intercambio de desplantes, los engañados resultemos nosotros los mortales votantes de quienes dan por descontado que iremos a despositar nuestro sufragio a favor de alguno de estos arrogantes.