Movido por una desmedida ambición y su enorme adicción a los recursos públicos, el pasado lunes por la tarde noche el diputado federal por el PT y líder de ese partido en Tlaxcala, Silvano Garay Ulloa, arremetió contra la delegada federal de Programas de Desarrollo del gobierno federal, Lorena Cuéllar Cisneros, a quien descalificó y aseguró que no tendría el respaldo de esa fuerza política para buscar la gubernatura en el 2021.

Sin cuidar las formas por lo adelantado de los tiempos, el vividor político oriundo de San Luis Potosí que llegó a Tlaxcala para aumentar su fortuna, recurrió a una fluida diarrea verbal para desacreditar la trayectoria y trabajo de Lorena Cuéllar, quien sin duda será una de las aspirantes con alguna posibilidad de buscar y obtener la candidatura de Morena para la gubernatura del estado.

La funcionaria federal siempre fue mencionada de manera despectiva como “La chilindrina” y no sólo fue criticada por su salida del PRI al PRD y del PRD a Morena, sino por su falta de resultados como servidora pública y legisladora, ya que según Garay nunca ha concluido ninguno de los cargos para los que ha sido electa.

El jefe del clan Garay aseguró en su «lapsus brutus» que el PT no firmará una coalición con Morena para los comicios locales del 2021 y que mucho menos respaldaría a una mujer que tiene un comportamiento priista que siempre termina por traicionar los principios de la izquierda.

En unos meses más, dijo el avaro petista, tendremos como candidata a una mujer que ahora se desempeña como alcaldesa del municipio más importante del estado y que en su momento renunciará al PRI para abanderar al PT, de ahí que es necesario reforzar la estructura del partido y trabajar para ese proyecto.

La actitud de Silvano Gary cayó como agua fría a ciertos militantes del PT, quienes comprobaron que ese político es insaciable, pues con total de mantener sus privilegios es capaz de asumirse como el plomero del PRI y la familia Ortiz de la que habló maravillas, por lo que sin ningún pudor no dudo en emprender una serie de descalificaciones contra Lorena Cuéllar y su proyecto para ser la sucesora del mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez.

Garay Ulloa ha sido un político ladino que por años ha manejado de manera discrecional los recursos que el PT recibe de las autoridades electorales. También se ha caracterizado por exprimir los fondos del Congreso del Estado donde fue un gris diputado local.

Actualmente, cobra como diputado federal por la vía plurinominal. Su hija Irma Garay Loredo recibe un salario como legisladora local por el principio de representación proporcional y su otro hijo también está incrustado en la nómina del Congreso del Estado, toda vez que cobra como secretario técnico sin presentarse a laboral.

Esa familia también dispone de las jugosas prerrogativas que el PT recibe del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones y que sólo ellos saben en que las invierten porque el dinero tan luego llega a las cuentas del partido desaparece por arte de magia.

El PT debe ser prudente y entender su realidad, porque el hecho de que en la actual legislatura local tenga cuatro legisladores no quiere decir que posee una fuerza y una presencia electoral por sí sólo, pues esa bancada la obtuvo por el impulso y arrastre que recibieron sus candidatos por parte de Andrés Manuel López Obrador.

Los petistas están en su derecho o no de apoyar las aspiraciones de Lorena Cuéllar, quien si quiere cumplir su sueño de convertirse en la próxima gobernadora deberá sumar a todos los aliados posibles aunque ciertos liderazgos tan cuestionados como el de Silvano Garay vayan en su contra.

El negocio detrás del ambulantaje en Apizaco

El conflicto generado ayer en Apizaco por la instalación de vendedores ambulantes, específicamente en la calle Cuauhtémoc, sacó a la luz un sucio negocio que podría salpicar al alcalde panista Julio Cesar Hernández Mejía, quien ahora está obligado a investigar y sancionar a algunos funcionarios municipales que estarían fomentando la corrupción.

Los ambulantes que fueron desalojados con lujo de violencia de la mencionada calle por un aparatoso operativo donde participaron elementos del Ejército, la policía federal, estatal y municipal, denunciaron que esa medida fue arbitraria porque ya habían generado un pago al director de Industria y Comercio de Apizaco, Javier Llerena Martínez y al secretario del ayuntamiento Edgar García Gutiérrez, quienes dieron su aval para que esos comerciantes vendieran sus productos sin ningún problema.

Sin embargo, el acuerdo no fue respetado y los ambulantes fueron echados de sus espacios, lo que generó su molestia, pues revelaron que cada día pagan 10 pesos a los inspectores de la Dirección de Industria y Comercio para poder instalarse, sin embargo ese dinero no ingresa a las arcas municipales pese a que esos funcionarios entregan un boleto o recibo que para el alcalde Hernández Mejía no tiene valor oficial.

Si cada día mil vendedores pagamos 10 pesos para que nos dejen trabajar, eso quiere decir que en promedio el ayuntamiento de Apizaco debería recibir 10 mil pesos diarios por esa actividad, no obstante esos recursos no van a las cuentas del oficiales, sino a las bolsas de ciertos funcionarios municipales que se han enriquecido ilegalmente con nuestra actividad, denunciaron algunos vendedores ambulantes que pusieron al descubierto la corrupción que estaría imperando.

El presidente municipal Julio Cesar Hernández está obligado a investigar esas acusaciones y señalamientos, porque no le conviene que su administración sea ligada a cuestiones tan delicadas como es la corrupción.

Veremos si hay consecuencias o no.