Tras 22 meses en el poder, lo presidentes municipales viven un franco proceso de desgaste y desaprobación ciudadana que sin duda afectará el trabajo de sus administraciones, porque sus errores pronto serán aprovechados por sus adversarios para desacreditarlos e iniciar una carrera anticipada por la sucesión.

Un estudio de opinión pública levantado recientemente a nivel estatal arrojó datos interesantes sobre la percepción de los ciudadanos respecto al desempeño de las actuales autoridades federales, estatales y municipales. También permitió conocer el nivel de expectativas que existen en torno al futuro gobierno que encabezará el presidente electo de México Andrés Manuel López Obrador.

Como sucede a nivel nacional, la administración del aun presidente Enrique Peña Nieto, está reprobada y ubicada como una de las más corruptas de los últimos años.

Sin embargo, esa decepción que existe a nivel federal se empieza a replicar localmente, pero específicamente contra los alcaldes que gobiernan los principales municipios del estado como Tlaxcala, Apizaco, Chiautempan, Calpulalpan, Huamantla, Tlaxco, Ixtacuixtla, San Pablo del Monte y Zacatelco.

Los ciudadanos de esas poblaciones se quejan de la inseguridad que los perjudica todos los días y del quehacer de los presidentes municipales que hasta ahora no han podido llevar a cabo una obra y acción que sea reconocida, de ahí que todos los ediles hayan acumulado calificaciones reprobatorias que les debería preocupar porque aún les restan 34 meses de gobierno.

Muchos presidentes municipales prometieron de más durante sus campañas electorales para conseguir el apoyo ciudadano, pero una vez en el poder comprobaron que sus expectativas fueron muy altas y que la realidad sólo les permitirá cumplir con ciertas promesas y dejar en el aire los grandes proyectos.

El malestar hacia las autoridades municipales es tan evidente que si hoy hubiera elecciones para elegir alcaldes, ningún partido al que pertenecen los ediles en funciones retendría el ayuntamiento que gobiernan desde enero del 2017.

La percepción de los ciudadanos y ciudadanas es que no hay obra pública y la poca que se realiza no cumple con las expectativas de los habitantes que esperaban más. En materia de seguridad pública están más que desacreditados los presidentes municipales. Aunque el tema de la corrupción aun no es generalizado, éste asunto ya empieza a afectar a ediles como el de Calpulalpan, Zacatelco y Chiautempan.

En unas semanas más los presidentes municipales rendirán su segundo informe de gobierno y como suele suceder muchos describirán “grandes logros” y “avances importantes”, pero la realidad es que sus administraciones se encuentran reprobadas y con un bajísimo nivel de aceptación, de ahí que si quieren terminar sus periodos de una manera decente deberán replantear sus gobiernos y redoblar sus esfuerzos para tratar de recomponer las cosas.

El próximo año seguramente se multiplicarán los conflictos municipales y empezarán a surgir los políticos que tratarán de convertirse en candidatos a las alcaldías y a las diputaciones locales, de ahí que el estado se convulsionará y vivirá una sucesión muy anticipada rumbo a los comicios del 2021.

Por cierto, las expectativas hacia el futuro gobierno federal son muy favorables y amplias, tanto que sus efectos podrían ser determinantes para que influyan en el ánimo de los tlaxcaltecas en los comicios locales para gobernador que se realizarán en 32 meses.

Sólo hay que dejar que pase el tiempo para comprobar si lo anterior se cumple o se descompone una vez que López Obrador ejerza el poder.