En Tlaxcala es imposible no hablar de los vividores de la política que tratan de sorprender y vender la idea de que son actores que luchan incansablemente para que la oposición obtenga posiciones legislativas, las cuales lejos de ser utilizadas para hacer contrapeso al PRI y sus aliados terminan siendo paleros del sistema.
Hasta ahora es un misterio la futura composición del Poder Legislativo en Tlaxcala.
Aunque Morena, el PT y el PES esperan que el arrastre de su candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador se replique en la elección de diputados locales, la realidad es que las preferencias electorales se encuentran muy fragmentadas y nadie puede asegurar que a 29 días de los comicios tiene asegurado el triunfo.
Sin embargo, es un hecho que los actores políticos que disputan las diputaciones han cambiado, porque en al menos 8 distritos locales los candidatos a vencer son los de la coalición de Morena, el PT y el PES.
La fuerza que en su momento de conformación representó la coalición del PAN con el PRD y el PAC no se puedo sostener y al pasar los días ésta se disipó. Ahora, sus posibilidades de dar la pelea se concentra sólo en siete distritos locales.
Esa alianza podría obtener algunas victorias si su operación y estructura electoral funciona adecuadamente el primero de julio.
El PRI con sus aliados Nueva Alianza, el PVEM y el PS enfrenta no sólo el estancamiento de la campaña presidencial de José Antonio Meade Kuribreña, sino el hartazgo y rechazo de los ciudadanos que al parecer están convencidos de apoyar otra opción política. Aun así están concentrados en nueve distritos locales que de ganarlos les permitiría controlar la próxima legislatura.
Esa proyección parece una misión imposible por el comportamiento de las preferencias electorales registradas en los últimos días.
En realidad el PRI junto con sus socios podría sumar entre cinco y seis distritos si es que la maquinaría opera de manera efectiva, porque si le falla verá reducida su presencia en el Congreso del Estado.
Vividores de la política como el líder del PT en Tlaxcala, Silvano Garay Ulloa y el dirigente de Movimiento Ciudadano, Refugio Rivas Corona, sólo sueñan con cuentas alegres que les motiva a emitir declaraciones sin sentido.
El primero está feliz porque ya garantizó la llegada de su hija Irma Garay Loredo al Poder Legislativo al ubicarla en el primer lugar de la lista de candidatos del PT a las diputaciones plurinominales.
Fiel a su estilo, Silvano Garay espera que los siete candidatos del PT que no formaron parte de la alianza con Morena y el PES en la elección local aporten al menos 60 mil votos que le permitan mantener el registro local y seguir viviendo de las prerrogativas que ese partido recibe cada mes por parte del ITE.
Si alguno gana su elección es una ganancia extra y un elemento más para presumir, aunque Silvano Garay no haga nada para fortalecer al partido que padrotea desde hace varios años.
Por lo que respecta a Refugio Rivas, el cuestionado dirigente de Movimiento Ciudadano, dice que su partido obtendrá el triunfo en cinco distritos locales, lo cual no sólo es una fantasía, sino una declaración estúpida porque ese instituto y sus candidatos a diputados no figuran en ningún estudio demoscópico sobre tendencias electorales.
Es obvio que Rivas Corona sueña con regresar al Congreso local donde hace unos años se dedicó a nadar de muertito y a vivir muy bien, tal y como lo hacía cuando fue dirigente del sindicato del Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla en los tiempos del gober precioso Mario Marín Torres.
No cabe duda que la chiquillada solo da pena ajena.
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