Cuando uno escucha y ve al candidato de la coalición “Todos por México” conformada por el PRI, PVEM y Nueva Alianza, José Antonio Meade Kuribreña, se explica muy bien porque se encuentra rezagado en el tercer lugar de la carrera presidencial y las razones por las cuales su gris campaña no enciende a nadie, salvo a los acarreados que fueron obligados a mostrar cierta emoción en el evento del partidazo.
La desesperación en el PRI es tan evidente y grande que a 37 días de las elecciones, el partidazo juntos con gobernadores y dirigentes priistas han optado por dar al desangelado José Antonio Meade el mismo trato que recibe el presidente de México, Enrique Peña Nieto, para que al menos crea que su campaña tiene nivel y que si no gana el 1 de julio, se consuele con la idea de que estuvo cerca de convertirse en el próximo mandatario del país.
La simulación priista para inflar al ex secretario de Hacienda rayó en lo ridículo.
Presumir que en Tlaxcala el abanderado priista a la presidencia tuvo un encuentro con empresarios tlaxcaltecas es de risa, sobre todo cuando se sabe que el sector privado es chiquito y limitado, sin ninguna capacidad de influencia y peso en lo político y en lo económico, como suelen tener los dueños del dinero en otros estados como Nuevo León o Puebla.
Beatriz Paredes Rangel, ex embajadora de México en Brasil, se sumó a la simulación, pues no le importó hacerla de edecán y guarura de Meade Kuribreña para aparentar que suda y trabaja para alcanzar el triunfo del candidato tecnócrata, quien forma parte de ese grupo que tanto desprecia la también ex líder nacional del PRI.
La ex gobernadora de Tlaxcala sabe que tiene una posición asegurada en la Cámara Alta al ocupar el quinto lugar en la lista de representación proporcional de candidatos al Senado que registró el PRI ante la autoridad electoral, de ahí que se dejó ver, organizar y apapachar por sus fieles seguidores con el propósito de presumir que aún le queda algo de power.
La versión oficial y controlada de la visita del rezagado José Antonio Meade Kuribreña a través de las plumas domesticadas y consentidas del sistema, dirá que en el acto de ayer los priistas mostraron músculo y un gran poder de convocatoria, pero omitirán las presiones que hubo hacia los empleados del gobierno del estado y de los ayuntamientos en manos del PRI para acudir a la explanada del recinto ferial, así como las amenazas que recibieron los beneficiarios de los programas sociales de la administración federal para asistir al acto proselitista.
Imagínese que tan gris es Meade Kuribreña que lo que más destaco de su evento fue el escenario, el sonido y las pantallas que se instalaron para la ocasión, pues se trato de equipo de primer nivel que se contrata sólo para los eventos del presidente Enrique Peña Nieto.
Los sobreprecios que se pagaron por la renta de esos equipos a empresas poblanas no importo. Lo fundamental era quedar bien con el abanderado del PRI que no ha podido dejar el tercer lugar en las encuestas, pese a su trillada perorata de que remontará y ganará los comicios presidenciales del 1 de julio.
La parte oficiosa presume que pudo reunir a 15 mil simpatizantes en el evento de la coalición “Todos por México”, sin embargo al recinto ferial no acudieron ni 5 mil personas que llegaron mentando madres y se fueron en las mismas circunstancias, por la sencilla razón de que fueron presionados y obligados a asistir al acto proselitista de Pepe Meade.
El PRI y su candidato presidencial están hundidos y es evidente que arrastrarán a la desgracia al gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez y a sus abanderados al Senado y a las diputaciones federales.
En el ambiente priista se percibe el olor de la derrota.
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