Tal y como sucedió en el primer debate, desde anoche los tres candidatos de las coaliciones que compiten por la presidencia de México se asumieron como los triunfadores de la segunda polémica realizada en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Baja California, sin embargo será en los próximos días cuando se conozca si las tendencias electorales sufrieron algún cambio tras ese ejercicio.

Nadie puede negar que las simpatías que logran los candidatos presidenciales se replican en las tendencias que se observan en las elecciones para el Senado y las diputaciones federales, por lo que si el PRI y sus aliados quieren obtener triunfos en los comicios del 1 de julio están obligados a redoblar esfuerzos en los próximos 40 días.

En el segundo debate presidencial prevalecieron las acusaciones y los insultos. También hubo propuestas, pero éstas nunca se aterrizaron. Los candidatos de las coaliciones “Por México al Frente” y “Todos por México”, Ricardo Anaya Cortés y José Antonio Meade Kuribreña, respectivamente, se mostraron como los más preparados, pero es una realidad que no pudieron conectar un nocaut al abanderado de la alianza “Juntos Haremos Historia”, Andrés Manuel López Obrador.

Hasta ahora López Obrador, candidato de Morena, el PT y el PES, sigue encabezando las preferencias electorales y concentrando las opiniones de que será el ganador de los comicios presidenciales, pues el panista Ricardo Anaya y el priista José Antonio Meade aún no han podido ubicarse en una zona de real competencia, ya que la diferencia que les saca el puntero es de entre 15 y 6 puntos porcentuales, cifras que superan el error estadístico que establecen las encuestas.

Decir en este momento que Andrés Manuel López tiene ganada la elección sería un error, porque aún faltan 40 días de campaña y un tercer debate presidencial. Además hay que considerar el elevado porcentaje de indecisos que existe en todos los estudios de opinión, toda vez que se trata de ciudadanos que piensan votar pero que aún no deciden por quién lo harán, lo que sin duda puede modificar los pronósticos.

En Tlaxcala López Obrador es un fenómeno porque su arrastre es innegable. Ana Lilia Rivera Rivera, candidata al Senado por la coalición “Juntos Haremos Historia” tiene un pobre nivel de conocimiento que no llega ni al 5 por ciento, sin embargo encabeza junto con el ex gobernador del estado, José Antonio Álvarez Lima, las preferencias.

Aunque en los últimos días priistas de talla nacional han estado en Tlaxcala para apoyar las campañas de sus candidatos al Senado y a las diputaciones federales, es evidente que no muestran un optimismo desbordado y que sus declaraciones respecto a sus posibles triunfos han sido mesuradas.

Los abanderados de la coalición “Todos por México” al Congreso de la Unión no han tenido el impulso que suele dar el candidato presidencial. En la actualidad pelean por el segundo lugar en la elección para el Senado y en las diputaciones federales, lo cual resulta preocupante porque su crecimiento en los últimos días ha sido mínimo pese al impulso que han recibido por parte de la estructura gubernamental.

Por lo que respecta a los candidatos de la coalición “Por México al Frente”, estos no han podido conectarse con los ciudadanos ni lograr un despeje que los impulse para competir por las posiciones en la Cámara Alta y Baja.

Las propuestas y actos de los abanderados del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano pasan inadvertidas, al grado que de inmediato se percibe una gran diferencia en la preparación y discurso que muestra Ricardo Anaya con respecto a la imagen desgastada que se observa en la ex perredista y hoy panista Minerva Hernández Ramos que pretende convertirse en senadora.

Las campañas están por entran en sus rutas críticas y pronto veremos si las tendencias cambian o se mantienen. El segundo debate paso y dudo que tenga un efecto importante en las tendencias.