Las diferencias y acusaciones de traición ya circulan en todos los partidos políticos que participan en los actuales comicios, de ahí que será hasta después de julio cuando se conozca el saldo final de esos desencuentros que sin duda afectarán la estabilidad de esos institutos, pues nadie se hará responsable de las dolorosas derrotas que tendrán en 43 días más.

Si hay alguien que se ha curtido en los últimos años es Adriana Dávila Fernández, quien ayer demostró una vez más la fuerza y liderazgo que tiene al interior del Partido Acción Nacional.

La senadora logró recuperar la primera posición de la lista de candidatos a diputados locales plurinominales por el PAN una vez que los magistrados del Tribunal Electoral de Tlaxcala determinaron que el líder ese partido, Carlos Carreón Mejía, violentó los derechos de sus militantes al no respetar la decisión de la Comisión Permanente Estatal.

Dicha comisión determinó que Leticia Hernández Pérez debería ocupar el primer lugar de la lista de diputados de representación proporcional, sin embargo Carlos Carreón no respetó ese acuerdo y por sus pistolas registró a su incondicional Eleticia Barragán Cardoso, quien ayer fue bajada de esa posición y con nulas posibilidades de revertir el fallo de los magistrados del TET.

Adriana Dávila ha estado ausente en Tlaxcala y por lo tanto de las campañas de los candidatos de la coalición Por México al Frente integrada por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, pero eso no quiere decir que la panista no está preparando su estrategia para recuperar el control total del partido en la entidad, el cual dejó de tener cuando Carlos Carreón tuvo la pésima idea de traicionarla.

Entre los grupos panistas de Tlaxcala prevalece el desánimo porque a 43 días de las elecciones sus candidatos al Senado y a las diputaciones federales no han podido ubicarse en una zona de real competencia, de ahí que muchos esperan las campañas de los abanderados a las diputaciones locales para trabajar y lograr en esa elección algunos triunfos, que al parecer, serán los únicos que el PAN podrá presumir.

Donde también existen diferencias es entre los marianistas que están metidos con todo en la campaña de Mariano González Aguirre, candidato a diputado federal por el primer distrito.

Ernesto Ordoñez Carrera, el ex poderoso secretario de Gobierno de la administración pasada no pierde oportunidad para quejarse de las decisiones de Tomás Munive Osorno y de su esquema de trabajo, pues según el Napoleón de Tlaxcala sólo se ve al equipo del ex secretario de Educación Pública los fines de semana, lo que ha impedido acelerar el paso que requieren para ganar ese distrito donde el PRI y los marianistas tienen enfocados todos sus esfuerzos.

Ordoñez Carrera también se queja de la campaña de Anabel Alvarado Varela, quien busca llegar al Senado por la coalición integrada por el PRI, Nueva Alianza y el PVEM. Palabras más, palabras menos, el ex funcionario lamenta el oportunismo de la ex secretaria de Gobierno de la administración menista, pues ante el rechazo que genera su nominación sólo se cuelga de los eventos de los demás aspirantes a un cargo de elección popular para echar rostro y simular que trabaja.

Pero no crea que los marianistas son los únicos que se quejan de la actitud de Alvarado Varela, también los equipos de los demás candidatos y los funcionarios estatales que deben soportar los desplantes de la aspirante priista a la Cámara Alta del Congreso de la Unión, quien si no recibe un trato de “niña bien” suele quejarse con su nuevo “papi” al golfante Carlos Bailón Valencia -secretario Técnico del despacho del gobernador-, autonombrado operador en jefe del ejército priista que opera para ganar los próximo comicios.

La ex secretaria de Gobierno aún no es senadora, pero ya tiene un arranques de diva. Que horror.