Poco a poco se desmoronan los sueños triunfalistas de los integrantes de la coalición México al Frente, porque la descomposición registrada entre panistas y perredistas de Tlaxcala ya alcanzó a aliados y estructuras, lo que seguramente afectará su competitividad y sus posibilidades de ganar posiciones en las elecciones previstas para el primer domingo de julio.
La dirigencia nacional del PAN y su candidato presidencial Ricardo Anaya Cortés seguirán traicionando y sacrificando a panistas para tratar de lograr su objetivo de ganar los comicios federales, de ahí que no les importó bajar de la contienda a Juan Carlos Sánchez García El Saga, quien se asumía como el novedoso candidato a diputado federal por el distrito 3 de los partidos PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
Sus aspiraciones sustentadas más en medios de comunicación que en un trabajo de tierra y en una verdadera estrategia electoral no pudieron concretarse, porque es obvio que algún aliado importante y de peso de Ricardo Anaya solicitó en otra entidad una posición a diputado federal para un varón, la cual se le concedió sin ningún problema porque para eso hay y sirven los políticos de relleno.
Es obvio que El Saga no es visto como un auténtico panista y que para su mala suerte entró en la fila de los candidatos desechables, de ahí que simplemente fue borrado de la lista de candidatos a diputados federales y locales, pues su partido tampoco lo está considerando para que busque su reelección, debido a que su distrito ya fue asignado al ex alcalde de Españita, Miguel García Juárez, quien tiene meses trabajando esa demarcación.
Lo malo para el PAN y su coalición electoral es que Juan Carlos Sánchez se llevará todas sus canicas y su dinero. El empresario metido a político dejará de invertir y lo más seguro es que termine su periodo como diputado local sin canalizar un peso o una gota de sudor a las próximas campañas.
La panista que asuma la candidatura a diputada federal por el distrito 3 deberá trabajar de cero, situación que resulta complicada por la enorme ventaja que ahí lleva la abanderada de Morena, Lorena Cuéllar Cisneros.
Pero no crea que sólo existen problemas en ese distrito, pues en el 1 con cabecera en Apizaco, Humberto Macías Romero, cada vez está más sólo. Desde hace unos días el ex legislador local y operador del ex gobernador Mariano González para quitar el voto a los presidentes de comunidad, empezó a desconocer los acuerdos establecidos con los panistas que lo ayudaron a conseguir la candidatura a diputado federal.
Ese panista de doble moral no sólo está teniendo serios problemas para sumar a los miembros de su partido a su causa, sino también a los perredistas de esa zona de la entidad, quienes al conocer los antecedentes y orígenes de su candidato a legislador federal han optado por tocar las puertas de Morena.
La otra fractura que se espera al interior de la coalición México al Frente es cuando el PRD defina a su abanderado al Senado, debido a que dos de los tres aspirantes a esa posición no aceptarán la imposición que pretende hacer la dirigencia estatal y nacional de ese partido a favor del aún diputado local Alberto Amaro Corona.
Santiago Sesin Maldonado y Gelacio Montiel Fuentes son los perredistas que encabezan las encuestas, por lo que lo lógico sería que uno de los dos fuera el candidato a la Cámara Alta, sin embargo pareciera que sus esfuerzos y su trabajo al final del proceso interno no serán reconocidos, lo que sin duda provocará una división.
Después de estos problemas y divisiones habrá que ver si las preferencias electorales que registraba la coalición entre el PAN, PRD, Movimiento Ciudadano y el PAC se mantienen, pues los electores tlaxcaltecas poco a poco se están dando cuenta que esa mezcla de intereses y ambiciones de los candidatos no les dejará nada bueno.
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