La duda que existe en Tlaxcala es si el partido de Andrés Manuel López Obrador irá o no en coalición con el PT y el PES en los comicios para renovar el Congreso del estado, pues sus aliados en los comicios federales no están conformes con el reparto que propone Morena para las 15 diputaciones locales.
Los militantes tlaxcalteca del Partido del Trabajo (PT) y del Partido Encuentro Social (PES) están hartos de la soberbia que domina y controla a los seguidores del eterno aspirante a la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, quien no conforme con haberse quedado con las candidaturas al Senado y a las diputaciones federales, ahora pretende agandallarse once de los 15 distritos locales.
Las negociaciones para replicar la alianza electoral nacional a los comicios locales no avanzan, pues el PT no acepta por ningún motivo que sólo le asignen dos distritos al igual que al PES, cuando según ellos tienen más fuerza que Encuentro Social.
Los petistas exigen a Morena que por lo menos entregue 5 distritos locales, de los cuales dos deberán ser considerados de alta competencia para garantizar la llegada de sus abanderados, propuesta que el equipo de López Obrador ha rechazado porque el PT no solo carece de cuadros con presencia y arraigo, sino porque está comprobado que sus legisladores suelen terminar siempre de aliados del PRI.
Aunque se ha hablado muy poco de los desencuentros entre Morena, el PT y el PES, la realidad es que la coalición electoral para los comicios a diputados locales podría venirse debajo de mantenerse las actuales posturas, situación que afectaría seriamente a esa alianza que de concretarse estaría en posibilidades de convertirse en la primera o segunda fuerza política en la próxima legislatura según los resultados que arrojan los últimos sondeos.
Joel Molina Ramírez, líder estatal de Morena es el que tiene bajo su responsabilidad esas negociaciones, pues el hijo de López Obrador, Gonzalo López Beltrán, dejó hace unos días de operar en la entidad, porque según el Tlaxcala está ganado, así que decidió llevar su talento a otros lados donde se requiere reforzar la estrategia de su padre.
El PRI de Mena débil y con puro gallito habanero
Muy pocos podrían asegurar que la caballada del PRI para las diputaciones locales esta fuerte, ya que los mensajes enviados ayer en el arranque del proceso interno de ese partido para elegir a sus candidatos son desalentadores.
De entrada los priistas que acudieron a presentar su carta de intención y a tomar el curso de inducción a su candidatura, requisito estatutario para lograr la nominación, no representaron ninguna sorpresa ni generaron grandes expectativas.
La ausencia de liderazgos y operados marianistas fue evidente y la presencia de Mariano González Aguirre y su séquito de diputados fue de mero trámite y compromiso, pues está claro que serán los amigos de la familia Mena y no los militantes con fuerza los que se alistan para ser los beneficiados de las candidaturas a diputados locales.
El PRI que busca quitarse el estigma de corrupto mal hizo en permitir la entrada al curso de ex presidentes municipales, ex diputados locales, delegados federales y ex funcionarios estatales, toda vez que muchos tienen pasados cuestionables como es el caso de Pedro Pérez Lira, Ángel Meneses Barbosa, Armando Hernández Ramírez y Héctor Martínez Zamora sólo por mencionar a algunos.
De nada sirvió que el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez enviará al PRI de Tlaxcala al incoloro Florentino Domínguez Ordoñez, porque reunió a puro gallito habanero que no tienen el tamaño para enfrentar a una oposición crecida y que está metida realmente en la pelea por las diputaciones locales.
El PRI se está equivocando y va encaminado a la ruta de la derrota.
Los marianitas abandonaron al PRI, por lo que ahora falta ver si el partidazo tiene la capacidad de ganar sin tener como su principal operador al ex gobernador Mariano González Zarur.
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