El jaloneo al interior del Partido Acción Nacional por las candidaturas a diputados locales está a todo lo queda, situación que está generando heridas que tardarán en sanar y que sin dudas perjudicarán a los candidatos de la coalición integrada por el PAN, PRD, Movimiento Ciudadano y el PAC.
Las diferencias entre los grupos panistas por las nominaciones a diputados locales empiezan a dejar heridos en el camino, como es el caso de Dulce María Mastranzo Corona, quien nunca pudo conseguir el aval del alcalde de San Pablo de Monte, Cutberto B. Cano Coyotl, para buscar la reelección en distrito 15.
Por esa razón, Mastranzo Corona asumió ayer la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, con lo cual es esfumó su sueño de mantenerse como legisladora por un periodo más.
Ahora sólo falta conocer el nombre de quién será el abanderado que Cano Coyotl proponga y busque esa posición en la próxima legislatura, pues tras dejar las filas del PRD en los comicios del 2016 el grupo del edil se refugió en el PAN y logró ganar la presidencia municipal de San Pablo del Monte y la diputación local.
Donde pronto habrá un herido más será en el distrito local 4 con cabecera en Apizaco, ya que el alcalde Julio César Hernández Mejía pretende adueñarse de esa posición y evitar que el grupo de la poderosa senadora Adriana Dávila Fernández imponga al candidato o candidata.
Lo malo para el edil panista es que sus esfuerzos se centraron en un varón y específicamente en el actual director de la Capama, Carlos Quiroz Durán, lo cual le está generando complicaciones porque al parecer en esa demarcación electoral la coalición electoral deberá registrar a una mujer, posición que ya está pelando la síndico del ayuntamiento de Apizaco, Anabel Alducin Lima, que goza del apoyo de Dávila Fernández.
Otro que anda preocupado es el actual líder del PAN, Carlos Carreón Mejía, debido a que el CEN podría inscribir por Tlaxcala a una mujer más en la lista de candidatos a diputados federales plurinominales por la cuarta circunscripción.
Hasta ahora Adriana Dávila tiene garantizada su posición en los primeros lugares de esa privilegiada lista, pero de acuerdo con la integración de ese listado no se descarta que el segundo lugar que tiene asignado Tlaxcala recaiga en una mujer y no un varón, por lo que Carreón Mejía podría quedarse en el camino y ceder su posición a Leticia Hernández, o Leticia Valera o Leticia Borraja.
Habrá que ver si la suerte favorece o no a Carreón Mejía.
La protección a los aprendices de Javier Duarte (Segunda Parte)
Una vez integradas las carpetas de investigación (más de 10) del total de 30 denuncias inicialmente presentadas ante la Procuraduría General de Justicia del Estado, vino la instrucción de poner a consideración del juzgador, sin sesgo político, las primeras cuatro de ellas – el criterio sería, las que presentaron mayor daño patrimonial en contra de la hacienda pública (entiéndase, contra el patrimonio de los tlaxcaltecas)– así que, con absoluta discreción, se dieron a conocer.
Hasta ese momento nadie se había enterado de las investigaciones que llevaban en promedio 5 meses de sigilo que toda pesquisa dentro de una causa penal ameritaba.
¿Qué pasó entonces?, nada, que llegando a las Casas de Justicia de Guridi y Alcocer (Tlaxcala) y del Distrito de Sánchez Piedras (Apizaco), se presume que sus pésimas administradoras: Maricela Sánchez Apan y Aida Báez Huerta, respectivamente, informaron a quien les dio la chamba tan nice -entiéndase, la magistrada Elsa Cordero Martínez– de los focos rojos en cuestión, situación que por cierto irritó a la también vendedora de agua purificada.
Lo primero que hizo la vanidosa mujer después de jalar aire, es sentenciar en tono burgués que a ella nadie le había avisado y que ni siquiera el propio gobernador podría pretender darle línea y que por lo mismo tales intentos de llevar a la cárcel a los ex alcaldes deberían ser bloqueados a toda costa.
Bueno, tal fue el berrinche que incluso su actitud a partir de ese momento cambio radicalmente, ya que se convirtió en la defensora ferviente que permitió al prestigioso grupo de ex presidentes aprendices de Javier Duarte evadir la «justicia». La instrucción a sus juezas consentidas se hizo evidente y ya todos conocemos los resultados.
Debemos decir pues, que gracias a ese personaje ligado a esos presuntos ladrones, primeramente fue echar a perder la oportunidad de que ese mensaje del señor gobernador de combatir la corrupción fuera una realidad.
El alertarlos sobre las órdenes de aprensión en contubernio con una senadora enemiga de la activista Rosy Orozco y por lo mismo, de los corruptos ex alcaldes, permitieron que sigan comiendo caviar desde sus casas construidas con el dinero del pueblo y con absoluta impunidad.
Al mismo tiempo ese personaje que dejará también, en unos días, un boquete financiero en las arcas del Poder Judicial, envió mensajes a cada uno de los indiciados con el objeto de que se amparasen y se burlasen de paso del estadista de apellido Mena.
Y también hay que decirlo que no todo huele a estiércol pues de no ser por la intervención de otros actores del propio Poder Judicial todo hubiese terminado en un absoluto fracaso.
La magistrada Elsa Cordero resultó una enorme decepción para la justicia en Tlaxcala.
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