El actual secretario de Salud en Tlaxcala, el hidalguense Alberto Jonguitud Falcón debería cambiar de actitud y entender que él encabeza uno de los sectores prioritarios para la actual administración, por lo que urge que los ciudadanos perciban una mejora en la atención que se brinda en las clínicas y hospitales.
Aunque en el discurso oficial la salud destaca como una prioridad para el actual gobierno, en los hechos el responsable de ese sector Alberto Jonguitud Falcón ha optado por mantener la inercia con que venía operando la Secretaría, porque tras casi ocho meses en el cargo no se visualiza ninguna mejora en los servicios.
La prioridad no se ha traducido en una mayor inversión en recursos públicos o en una transformación en la prestación de los servicios, pues las quejas de los ciudadanos que acuden a las clínicas y hospitales siguen siendo las mismas como la falta de medicamentos, la ausencia de doctores y especialistas, así como el mal trato del personal.
Y lejos de que se anuncien más recursos para personal, medicinas y equipamiento, hace unos días el hidalguense Jonguitud Falcón empezó a sostener reuniones con los alcaldes para informarles que ellos deberán absorber los salarios de las enfermeras que actualmente trabajan en los centros y clínicas de salud que operan en los municipios.
El argumento del ex candidato priista perdedor a la presidencia municipal de Pachuca, Hidalgo, es que el gobierno ya no tiene la capacidad para pagar esos salarios, de ahí que los ayuntamientos tendrán que ayudar y contratar a las enfermeras que laboran en esos centros de salud.
La propuesta que ya ha sido planteada a varios presidentes municipales de la entidad no ha tenido una respuesta positiva, debido a que los presupuestos de los ayuntamientos son limitados y porque los ediles no se explican cómo en la administración de Mariano González Zarur sí se podía cubrir los salarios de ese personal y ahora resulta que ya no tienen recursos cuando hubo continuidad en el gobierno.
La brillante propuesta del doctor Alberto Jonguitud de pedir ayuda a los ayuntamientos está generando molestia de los ediles que perciben a un funcionario estatal que desconoce la realidad de Tlaxcala y las necesidades y condiciones económicas de los municipios.
En la actualidad existen 222 unidades de consulta externa en el territorio tlaxcalteca, mismas que tienen una importancia prioritaria para los servicios de salud que recibe la población de la entidad. El número de enfermeras que labora en la Secretaría de Salud es de casi tres mil, de ahí que sea todo un misterio conocer cuál es la verdadera intención de la propuesta que viene haciendo el titular de la Sesa a los presidentes municipales.
Otro asunto que también ya se volvió un misterio es conocer la fecha en que empezará a funcionar el Centro Regulador de Urgencias Médicas que tanto se ha anunciado, ya que los días y semanas pasan y no se ve para cuando arranque su operación que se traducirá en una coordinación efectiva de la atención pre hospitalaria, el traslado y recepción de pacientes.
No sé si coincida conmigo, pero creo que los funcionarios estatales que llegaron de otros estados con grandes recomendaciones como es Alberto Jonguitud y Hervé Hurtado Ruiz, comisionado estatal de seguridad pública, son lo que menos resultados visibles han entregado en la actual administración.
Sin duda uno de los funcionarios del gobierno del estado que ha de estar feliz es Manuel Camacho Higareda, pues resulta que ayer el PRI aprobó un cambio en sus estatutos, con lo cual ya podrá postular a candidatos externos. El secretario de Educación podrá seguir en su abierta promoción que mantiene desde que llegó a la administración para lograr un cargo de elección popular que al parecer es su máximo anhelo.
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