Marco Mena pareciera que es el principal interesado en borrar cualquier señal del marianismo. Lo que se pensaba que fuera poco probable que se diera en su gobierno, hoy vemos que es una realidad y que tiene que ver con los ortinotarios y la Plaza Bicentenario que será rescatada.

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Los cimientos en los que el marianismo descansó para imponer su arrogancia e intolerancia por seis años han empezado a ser destruidos, porque simplemente no sirven para que el nuevo gobierno tenga una base que le permita imponer su estilo y lograr la aceptación social.

Marco Antonio Mena Rodríguez obligado por las circunstancias o por estrategia decidió ir por el camino de la ruptura con su antecesor Mariano González Zarur, lo cual se pudo percibir con la designación de los nuevos funcionarios que forman parte del gabinete y en el discurso pronunciado el primero de enero cuando ofrecio a los tlaxcaltecas una gobernanza moderna que implicaría dejar atrás las pugnas y pleitos entre los grupos políticos.

Más tarde, el nuevo mandatario adelantó que su administración acataría la ley y regresaría las 16 patentes de notarios que el pasado gobierno estatal intentó cancelar sin éxito.

Mena Rodríguez también había declarado que rescataría la Plaza Bicentenario que se construyó en la administración de Héctor Ortiz Ortiz, obra en la que se invirtieron casi 500 millones y que Mariano González simplemente ignoró y dejó que se deteriorara.

Este día el gobernador de Tlaxcala recorrerá ese inmueble y confirmará que la Plaza Bicentenario funcionará una vez que se defina su destino y se canalicen los recursos necesarios para concluirla, acción que demostrará una vez más la ruptura definitiva con Mariano González, quien en la primera oportunidad marcará su distancia con Marco Mena.

El hacendado había confiado a sus más cercanos colaboradores que viviría en Apizaco una vez que dejara el cargo, decisión que hoy en día ya cambió porque según él no soporta ver como destruyen lo que hizo en seis años y porque los marianistas que se la rajaron en la campaña de Mena fueron excluidos de las posiciones importantes en el gobierno.

Mariano González ya abandonó el proyecto de Marco Mena y no duda ni un segundo en lanzar dardos envenenados contra su creación política. Los operadores del ex gobernador y que aún sobreviven en la nómina están preocupados y viven entre la incertidumbre, pues ven más factible que los corran que permanezcan en la burocracia dorada.

Pero así como también hay marianistas que no niegan su grupo político, hay otros como la delegada de Prospera, Beatriz Rojas, que ya no quiere saber nada de su ex jefe y busca aparecer como una funcionaria federal abierta a todos los sectores.

Ayer, esa funcionaria olvido su marianismo y el odio que sentía por la UAT. Sin ningún recato emitió un comunicado de prensa para presumir que los estudiantes de esa Univesidad fueron atendidos para que siguieran recibiendo apoyos económicos, cosa que en el pasado gobierno nunca hubiera hecho porque simplemente no estaba permitido un acercamiento y mucho menos promocionar a esa institución educativa.

Las consecuencias de la ruptura Mena-González aún se desconocen, pero seguro tendrán algunos efectos negativos que pronto conoceremos.

Y ya que hablamos de pleitos, dicen que la luna de miel que existía entre los diputados locales está por concluir, debido a que algunos se sienten rebasados y han perdido el control del Congreso del estado.

Mariano González Aguirra, en alianza con la diputada independiente Yazmín del Razo, ha empezado a cabildear la posibilidad de remover a Gregorio Cevantes de la secretaría técnica de la poderosa Comisión de Finanzas y Fiscalización que preside el perredista Alberto Amaro.

Dicen que después de su regreso del Super Bowl, el legislador priista está molesto por el papel protagónico de Amaro, quien sin consultar al resto de los diputados hizo amarres importantes con algunos presidentes municipales.

Un pleito al interio del Congreso a estas alturas afectaría muy poco al PRD, pues prácticamente los legisladores de ese partido obtuvieron lo que querían, por lo que les importa muy poco que el PRI deje de ser su aliado.