Se trata de una clase política que en niveles muy bajos, intenta desentenderse del avasallante y negativo marianismo, el cual está a punto de ser una historia mal contada
Abundan los que tienen prendidas así de veladoras para no dejar la ubre. Pero deben ser realistas, aunque hayan hecho campaña por Marco Mena (o no… digo ahí está el caso de Ubaldo Velasco).
Así que comenzaremos por señalar los casos menos probables, ya no de repetir en el cargo, sino de alejarse totalmente de la nómina (y de Palacio de Gobierno).
La lista de apestados puede comenzar con el ya mencionado Ubaldo Velasco, el cuate que –dicen- no tuvo empacho en soltar un: “ya nos llevó la chin…” al darse cuenta que la candidatura de Marco mena era inevitable. Sus íntimos aseguran que siempre pensó en la derrota. Y por las mismas anduvo Sergio Pintor Castillo.
Les ha de doler, pero de la terna conformada por ambos apizaquenses y por Carlos Bailón Valencia, nada más el último tiene derecho de picaporte con el nuevo tlatoani. Con todo y sus detalles, pero ahí anduvo el mueblero Bailón, aguantando vara y recordando los escenarios de la traición en 1998, cuando tuvo que hacer dos campañas, la de Joaquín Cisneros para gobernador y la propia, para diputado local. La primera la perdió, la segunda no. Eso no se le olvida.
¿Más apestados?
Tomás Munive y su escudero Napo Ordóñez, Héctor Parker (el analógico), Raymundo Vega. Nadie sabe, verdad, pero solo un milagro podría hacer que estos repitiesen.
Además ya les advirtió su amo manchis, cuidado y sepa de alguien que ande de pedinche porque lo cachetea. Y mire que se los cumple.
Ups, pero si los apestados abundan.
Aunque había duda en la permanencia del tumba muelas Alejandro Guarneros, el asco en que tiene hecha la Secretaría de Salud (SESA) lo alejan de la mínima posibilidad (primero tiene que comprobar los presupuestos del Seguro Popular, al menos de 2014 a la fecha).
¿Y qué me dicen de Licha Fragoso, la libertadora (de pistoleros)? Es del club de los tatuados, no entran ni con calzador.
Más o menos como la sonriente Gisela Santacruz, y sus intereses y sus negocios y sus ganas de estarse metiendo en problemas. Miren que en su ámbito ya suenan Alejandro García Arenas y su inseparable (perdedora de la elección) Gabriela Del Razo Becerra.
Camaleónico como es, Roberto Romano Montealegre, esta vez no va a poder traicionar a sus jefes, como lo hizo con Héctor Ortiz. Sin duda es uno de los candidatos a estrenar estudio de diseño, pero dentro de la cárcel. Si piensa ser secretario otra vez, tal vez deba trasladarse a Dubai, a ver si allá le permiten que se caigan sus luminarias con el aire o se inunden sus calles, tal y como pasa en Apizaco.
Otro que ya deber tener pensado donde ir a seguir fallando es Oreste de Jesús Estrada Miranda, el sustituto de Orlando May Zaragoza, el madreaviejitos y administrador –dicen sus críticos- del negocio del secuestro en Tlaxcala. No es que el tal Oreste falle en su encargo; es que no da una, el llamado crimen organizado nos tiene de un ala. No es cosa de decir que es un inútil, ¿o sí?
Lo cierto es que hoy mismo en el Instituto Nacional de Elecciones (INE) van a ratificar el dictamen sobre gastos de campaña, donde a Marco Mena y sus partidos no les encontraron error alguno de comprobación. Con ello disipan la posibilidad de anulación, Marco toma un respiro y se dedica ya a ver con quiénes puede domar al tigre este de la rifa que se sacó el cinco de junio.
Los posibles
Ya habíamos mencionado al morenazo mejillón Carlitos Bailón. Puede que Teordardo Muñoz entre en esta lista, lo mismo que José Luis Ramírez Conde (a quien podrían dar un puesto a su nivel, donde no haya dinero y menos poder).
En la fila mírenla, Blanca Águila y sus ojotes que ni un parpadeo tienen, prestos a obtener cuantos espacios se pueda. En las mismas anda el barril sin fondo, Rosalía Peredo Aguilar, quien en un sexenio puede ser activista del campo, al siguiente una pulcra y estirada senadora y hoy, socia de un hacendado. Su mayor gracia es decir que por ella ganaron la elección.
Hay nuevos valores, como un tal Alberto Márquez, un abogado de buen nivel que podría significar la llegada de gente preparada.
Uno que se movió como conejito en celo es Victorino Vergara, de los Cecytes. Seguro algo le toca. Igual a laMalinche digital, Maricela Cuapio (¡ya cuatro, caramba!)
Dicen que el lugar dejado por el apizaquense Ubaldo puede ser llenado por otro apizaquense, Jorge Luis Vázquez Rodríguez, el alcalde panista reclamado por manchis para hacerlo priísta y alejarlo de la mala influencia que le significaban los taconcitos charros de Adriana Dávila.
Frotándose las manos, ahí tienen a Toño Mendoza, el alcalde chiautempense que hundió el puñal al PRD de sus insaciables enemigos, para apoyar desde su trinchera petista el triunfo del tricolor. Uf, esto parece trabalenguas, pero así se ganan los puestos.
Veremos también, qué elementos de la oposición se animan a sumarse al equipo de Marco Mena.
Ni lo duden eh, abundan los traidores, los que se dieron cuenta que hicieron campaña en el lado equivocado, o de plano aquellos con semejantes atributos académicos y políticos ( ay ajá) que podrían pensar en la factibilidad de decirle que sí al inminente mandatario.
Ojalá no pierda el tiempo como su antecesor.
Estos son meses preciosos para llegar con gestiones hechas, para anteponer la institución a la pluralidad tlaxcalteca, y claro, de saldar los cientos… miles de pendientes dejados por el bigotón este temperamental y temblorino.
Tiene en sus manos colocar al tema de la corrupción como el gran target, en contra del cual vuelque a colaboradores y críticos. La verdad, nos hemos hundido en el fango de los cochupos, consumimos como parásitos los presupuestos venidos de la Federación y no damos una, ni como entidad con vocación turística, o industrial, o campesina.
Hace falta una reingeniería en el tema de la seguridad, de la obra pública. Hace falta una política rotunda en el tema social. Nos urge un secretario de gobierno serio y cumplido… no el caso patético de falta de autoestima que despacha en el salón rojo bajo los apelativos que él mismo se inventó: el chapis, el chaparro, napoleón. Esto es serio señores.
Cometería el peor error el señor Mena si el ámbito de la procuración de justicia lo deja a la deriva, tal y como lo hemos ido viendo a lo largo de estos ya casi seis años.
Mena tiene la oportunidad de enmendarse con los tlaxcaltecas echando a la calle a tipos como Hugo René Temoltzin Carreto, y la vergüenza de desempeño en el cargo tan de alta confianza.
Está por iniciar casi un quinquenio con una gran oposición. La llegada de Mena tiene una legitimada acotada. Más de medio Tlaxcala no votó por él, así que tiene que convencer a decenas de miles, de que las cosas son posibles cuando existe voluntad.
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