Solo faltaba que hacerse justicia por propia mano coronase el caos ocasionado por una autoridad más ocupada en el reparto del botín que en la aplicación de la Ley
La agresión sufrida por un promotor de Morena a manos de supuestos panistas en Tetlahnocan, es sin duda la incipiente descomposición social ocasionada por autoridades electorales coludidas, que han dado al traste con la necesaria credibilidad e imparcialidad de los organismos, cuyo lamentable papel nos permite adelantar más escenarios violentos en la tierra, Tlaxcala, donde la gente se hace justicia por propia mano.
Me da vergüenza ver a los consejeros del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) pegando ellos mismos cartelitos promocionales del próximo debate entre candidatos a la gubernatura.
Y si en lugar de semejante farsa se aplicaran a fondo, si llamaran a los ciudadanos a la cordura en vista del intenso nivel de competencia electoral, si cumplieran como es su obligación proveyendo de la información que se les requiere, en redistritación, en los detalles del próximo debate, en los registros de candidatos, los cuales siguen siendo la gran incógnita.
Paso a paso, el consejo general del ITE y la representación del INE, han permitido que el estado más pequeño de la República entre en el riesgoso caos, donde la violencia ya comenzó a dar muestras de lo que se avecina.
Las cosas empeoran con las campañas de lodo. Si bien es un dato insistente que la elección podría definirse en tercios, son PRI, PAN y PRD los partidos enfrascados en descalificaciones, golpes bajos, indeseables llamadas telefónicas –con un grotesco tráfico de los datos personales de la gente-, con la exhibición ofensiva de propiedades –aquí las agresiones son entre miembros de la misma familia- y a las redes sociales las convierten en ring de lucha libre, todos contra todos.
No debería ser una conducta desenfrenada el precio por tener los adelantos de la tecnología. Pero hay equipos de profesionales en estos tres frentes, dedicados a analizarse cada mañana para ver de qué manera se pueden perjudicar a lo largo del día.
Es decir, las agresiones inician en los búnkeres de los candidatos supuestamente punteros y, van bajando entre los seguidores, hasta generar épicos enfrentamientos en Facebook. Hay casos extremos, como el denunciado por la candidata del PRD, con la clonación de perfiles suyos, donde se ofrece información falsa.
Son los responsables
Ahí tienen ustedes a los consejeros del ITE, haciéndose tontos con los cartelitos del debate.
¡No tienen vergüenza!
También están los… creativos de las campañas. Emulando a Colima, a Veracruz, donde las campañas negras son capaces de acabar con la imagen de los participantes en la contienda. Donde a los pregoneros de la moral los arrastran hacia el infierno de sus realidades.
Pues no estamos lejos. Y si ya de por sí nos llaman laboratorio electoral, en esta lucha de los mismos por arrebatarse el poder yo veo muy complicado que lleguemos limpios al cinco de julio.
En el colmo de los desafíos a la Ley, tenemos a un gobernador haciendo comentarios de la talla de: “no se vayan a equivocar en junio”.
Debería retirarse de toda actividad, pero ustedes saben que el genio y figura de Mariano no caben en un contexto de seriedad y cautela. Es el protagonista de un filme espantoso por lo impune e inverosímil porque la realidad supera a la ficción.
A estas alturas sigue echándose las porras que a lo largo de su controvertida administración le han costado rechiflas y manifestaciones de hartazgo y repudio al cinismo con el que pretende manejarse en esta etapa de su gobierno.
Los detalles de la agresión en Tetlahnocan
Un simpatizante de Gloria Cuantianquiz, abanderada del PAN a la alcaldía de ese municipio, estalló en ira al escuchar el perifoneo que hacía Fidel Cuapio Zamora, colaborador de Rufino Mendieta Cuapio, el ex presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJET) hoy participando en política, con los colores de Morena.
Y le propinó una golpiza impresionante. Lo hizo enfrente de su nieto de dos años. Y se valió de la ayuda de otros cuatro hombres y dos mujeres armados con palos, quienes descargaron su coraje sobre Cuapio hasta por diez minutos, dice la información publicada en este medio.
¿Será el resultado de las campañas de odio permitidas por un INE muy ocupado en fiscalizar a cada candidato tras la actividad en la que surgen sospechas del uso millonario de recursos?, ¿Qué grado de responsabilidad tienen en este espantoso contexto de elección violenta y judicializada, a falta de árbitros serios y cumplidos?
¿No será que un escenario con estas características conviene a un PRI, que gustoso observa como sus opositores se revientan los labios con un odio, sembrado por los profesionales del tricolor, actuando como porros en la elección?
El PRI presume su mega alianza partidista (PRI-Panal-PS-PT) pero calla cuando le preguntan con la alianza más dañina, PRI-INE-ITE-MGZ.
En cada punto incumplido. En cada acto de clara ventaja para beneficiar a un candidato en particular, en generar la división sembrando el odio, en una partida de ridículos consejeros pegando cartoncitos en lugar de ponerse a trabajar. En eso consiste la colusión que para acabar con el cuadro se complementa con una procuraduría insensible y falta de toda confianza ciudadana.
En estos términos transcurre el proceso electoral.
El plazo para ir a las urnas habrá de cumplirse.
Tres proyectos insisten en ser los punteros. Estos tres aprovechan su tiempo para picarse los ojos. El odio corre como pólvora encendida. Y la gente tiene motivos de sobra para emprenderla entre sí. Fueron aleccionados con mucho esmero por aquellos que conforman los equipos de campaña.