Una vez más quedó de manifiesto que el que paga manda. Y en esta caso, las empresas encuestadoras cumplen con endulzar el oído de sus clientes
Algo pasó en esta etapa de la campaña, que en varios espacios de opinión ven a un PRI y a su candidato, Marco Antonio Mena Rodríguez, en un estancado tercer lugar; como si el embrujo de Manlio Fabio Beltrones, y su raro olvido del nombre del abanderado en aquél acto en la Plaza de Toros de Apizaco hubiese enllagado al abanderado tricolor al paso de los días.
Por ejemplo, Roberto Rock, de El Universal describe el odio irreconciliable entre las senadoras Adriana Dávila (PAN) y Lorena Cuellar (PRD), lo que hace imposible que a estas alturas alguna decline en favor de la otra. Sin embargo si hoy fueran las elecciones, dice Rock, ganaría Lorena Cuéllar.
En Frentes Políticos, de Excelsior tuvieron hace tres días una opinión semejante. Dicen que tras el debate, Lorena Cuellar tomó fuerza, pues al exponer su plataforma alzó las preferencias. Tal vez al autor de Frentes Políticos le platicaron una película distinta pues si algo tuvo el debate fueron resultados adversos en la puntuación de la perredista.
Ese mismo espacio aprovecha la oportunidad para amagar con revelaciones en contra de Adriana Dávila quien de acuerdo a los cabilderos de la zona, el PRD le prepara; golpe del que no se va a levantar.
Yazmín Alessandrini, de Siempre, es aún más cruda con el PRI. Ve una desventaja de Marco Mena, hasta de diez puntos, mientras que Adriana y Lorena se hallan en un empate técnico.
Por eso, algo tiene que hacer el PRI pues pese a los números alegres manejados por una encuesta muy a modo que desbordó su soberbia (19.1 para el tricolor, 16 para el PRD Y 13.1 para Acción Nacional), hoy las tendencias le amanecieron en contra.
Y eso que los opositores han omitido denunciar que el gobernador Mariano González Zarur, pasó por su arco triunfal el acotamiento legal a sus actividades promoviendo obras.
Y también que de nueva cuenta aparecieron monederos electrónicos repartidos inconcebiblemente por el Partido Verde, en ese contexto vituperado del negocio hecho con los pobres.
Según Enrique Aranda, en Excelsior, ahora en Tlaxcala, y como parte de la formal protesta que por uso ilegítimo de las mismas prevé presentar la próxima semana el equipo de campaña de la panista Adriana Dávila Fernández, contra sus opositores de PRI y Verde Ecologista, y su candidato Marco Antonio Mena.
¿Estos verdes serán de veras aliados del PRI?
Porque así, muchos muchos votos que le representen, pues no verdad… pero el problema en el que lo metieron, con el reparto de tarjetas a discreción –a cambio de la credencial del INE- es hoy un material bienvenido para la oposición, consciente que el primero en azotar dentro de esta etapa de la campaña, no se levanta ni aunque le entonen el Himno Nacional.
Está muy claro que el odio en la misma familia provoca puntapiés y piquetes de ojos, pero ya no por debajo de la mesa, sino abiertamente y pasando por alto la memoria de quien fuera secretario particular del presidente Gustavo Díaz Ordaz. Se trata de una disputa entre parientes, usando a terceras personas con orígenes marginales de la opulencia pero a las que no les disgusta sentarse a la misma mesa y soñar con fortuna tras haberse arrojado al agujero avernal donde se están dando con todo.
Ricardo Anaya, tiene que cuidar sus expresiones
Sí, porque ayer, en varios actos de respaldo a la abanderada de su partido al gobierno de Tlaxcala, Adriana Dávila Fernández, soltó candela contra el PRI y su aliado el partidillo ese llamado verde y los polémicos monederos.
Pero cada vez que lo hacía, alguien cerquita de él, la priísta Guadalupe Sánchez Santiago, nada más alzaba los hombros como a quien de esa manera intentaba sentir menos dolor por dichos garrotazos.
El PAN se queja de las marranadas de un PRI, y sin embargo abrió las puertas a una delegada tricolor, tan brava que sin dejar pasar un día más, una mañana hizo público su pedigrí priísta, ante los espasmos de indignidad de muchos, muchos panistas que han esperado toda la vida la oportunidad que a Sánchez Santiago, le llegó así, sin complicaciones.
La influencia de los medios nacionales
Nos parece que en sus batallas, al menos los punteros han labrado un tribunal en los espacios de opinión de medios nacionales.
Lo hacen seguramente porque restan importancia a los cronistas locales cuyo conocimiento de los detalles de esta singular campaña pueden funcionar a la inversa de lo que exigen los intereses de corte corporativo mediante los cuales desean manipular a una opinión pública que le tiene un lugar aparte a los periódicos impresos o redactados en la Ciudad de México.
Pasan los candidatos por alto que medios locales junto con las poderosas redes sociales, abonan en la democratización que organismos como el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) prefieren o el mismo Tribunal Electoral de Tlaxcala, prefieren pasar por alto porque invariablemente salen trasquilados.
Adelantos del cochinero
Por ejemplo, los integrantes del consejo general del ITE es la fecha en que no entregan un informe detallado sobre los registros de candidatos a alcaldías y sus planillas.
No es fortuito que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, haya echado abajo el rechazo del ITE a por lo menos 85 candidaturas porque incumplieron con los plazos establecidos por la Ley, una ley que se estira o deforma según los intereses de este organismo, al cual ya le valió madre haber sido evidenciado abajo, por los candidatos perjudicados y por los medios de comunicación, y arriba, nada más por la máxima autoridad electoral en el país.
Pruebas del cochinero
Otro ejemplo. Nos dicen que en el PRI –al más puro estilo del delegado del CEN Javier Michell– el singular líder estatal, José Luis Ramírez Conde, tuvo que pagar una severa factura por la actitud mostrada en contra de los candidatos y sus planillas.
Se corrió la voz que una candidatura podría costar 50 mil pesos. Ya con muchos regateos o tratándose de plazas que no le interesan al alto mando, el precio podría bajar a 25 mil.
Pero vino la venganza de Xicohtencatl.
Decenas de candidatos acordaron cobrarla a Ramírez Conde.
Dejaron pasar el tiempo, hasta que los nervios estallaron al presidente tricolor.
-“¿El tiempo se agota, a qué hora vienen a registrarse?”
-“Conque te interesan nuestra planillas. Bueno pues cuestan 50 mil pesos.
O sea, le aplicaron la misma fórmula ratera.
Por eso el tiempo se vino encima. El PRI tuvo que hacer negociaciones mil, devolver el dinero que antes les habían quitado a los aspirantes.
Y quedó al descubierto la suciedad con la que el tricolor solía jugar. Nada más que lo tonto se les quitó a sus militantes y hoy se la aplicaron… eso fue genial.
Ya entiendo por que la llamada y el regaño de Manlio Fabio Beltrones a Ramirez Conde.