En un escenario con un árbitro electoral más preocupado por sus percepciones que por velar por la elección, comienza a vivirse la descomposición de un sistema en las últimas

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La Sala Electoral Administrativa (SAE) yerra impulsando el proyecto de sanción equivalente a 500 días de salario Mínimo, a Serafín Ortiz Ortiz, el candidato del Partido Alianza Ciudadana al gobierno de Tlaxcala (PAC) por actos anticipados de campaña.

Como la SAE es un monopolio de la voluntad marianista para perjudicar a quienes incomoden al tlatoani libanés en el proceso electoral, para empezar está victimizando al diputado con licencia –en realidad se va a encontrar con la horma de su zapato, activando al team de litigantes orticistas- y también poniendo en charola de plata a Marco Mena y sus reiteradas violaciones a la veda electoral, como la ocurrida durante la toma de protesta que le hizo Rosalía Peredo, la dueña del Partido Socialista (o el pozo sin fondo)

Sin rubor alguno, Marco Antonio Mena se puso a hablar de su abuelita, la vendedora de carbón, ante un nutrido auditorio Emilio Sánchez Piedras, de Apizaco, ese sí un acto anticipado de campaña porque fue presentado como candidato.

Si la SAE no quiere crear controversias que con el paso del proceso le reviertan la intención, pues claro está que obedece a los intereses de, el señor temblores, sería mejor que actuara parejo, sancionando a todos quienes se atrevan a desafiar la veda. Si se ensaña con uno en particular, como a fin de cuentas resulta su proceder contra el ex rector de la UAT, para empezar le va a regalar publicidad gratuita y por consecuencia el alza en su popularidad. Y luego, la decisión –muy legítima- de todos los participantes en la reyerta electoral para ir sobre uno en particular… ustedes saben, al perro más flaco se le cargan las pulgas.

Y cuentan con el ITE para hundirse

Un poco desincronizados, los integrantes del Consejo General del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) se encuentran inmersos en vocear con carritos muy simpáticos, el nuevo mapa distrital. Lo hacen a menos de cuatro meses de los comicios y con el lógico apremio de quienes tienen la atención puesta en cuánto les van a pagar, que en cumplir a cabalidad con la responsabilidad conferida.

Este es el momento en el que los nóveles consejeros harían un papel medianamente digno, advirtiendo a los Ortiz o a los Mena, que nos hallamos en plena veda y, hay de aquél que ose desafiar a la Ley porque se la aplicarán de manera ejemplar.

Ese debería ser su papel en estos momentos.

Pero mírelos, apenas les cayó el veinte sobre la desinformación de los ciudadanos respecto a la nueva delimitación distrital. Imagínelos cuales vendedores de tamales (dicho sea con todo respeto para ese admirable gremio) empujando al carrito con los de mole y de rajas, todos hechos bolas y más preocupados por la forma en que se repartan el producto de la venta de la tamaliza, que en ofrecer un producto por lo menos limpio y bien caliente.

Para eso sirven estos consejeros. Resultaron unos excelentes pregoneros que, bocina en mano andan gritando la misma trillada frasecita hasta el cansancio. Aquello en lo que deberían estar bien atentos, les está pasando de noche.

Se las van a cobrar, dice el ex

Al terminar el informe de labores del rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) Rubén Reyes Córdoba, los medios le cayeron al ex gobernador Héctor Ortiz Ortiz, quien generalmente tiene la nota escondida bajo alguna de sus mangas.

Y su mensaje fue: “la gente se la va a cobrar al PRI porque en cinco años no ha hecho nada”.

Eso sí suena a lenguaje en el contexto de las campañas. Claro que Mariano ha hecho muchas cosas. Ha repartido chamarritas, cobijas; ha rendido su manchi informe ante sus cuates y tras organizar la danza de helicópteros, como si estuviéramos en un estado rico. Se ha salido con la suya imponiendo a la estrellita Marco Mena Rodríguez, quien en breve comenzará a brillar, luego que la estrellota, bigotona y cachetona de Mariano, deje de hacerlo.

O sea, el licenciado González Zarur (lic. sin título) se ha movido como pez en el agua teniendo la barbaridad de recursos a su disposición. Pero así que digamos, los ha aprovechado para que su nombre sea labrado en piedra maciza, pues para nada eh.

Y de ahí se agarró Ortiz, para tirarle una buena dosis de lodo, ahora que militantes y líderes andan más sensibles que de costumbre. Ha de ser porque estamos en el proceso electoral.

A propósito de la sensibilidad extrema

En cuanto trascendió que Fabiruchis, el carnal de Marco Antonio Mena Rodríguez, andaba asando carne y sirviendo las cubas en su casa, durante el onomástico de su cuñáa, la perredista Lorena Cuéllar Cisneros, una especie de corriente eléctrica de plano atravesó las columnas vertebrales de los priístas.

¿Los Mena están vendiendo la candidatura?

Esa fue la duda planteada. ¡Óiganme, eso es enseñar los dientes a Mariano!, ¿Acaso los Mena, bueno el Mena, Fabiruchis, no se dio color de lo comprometido que a estas alturas resulta convertirse en un aprendiz de operador de dos caras.

¿Será por ese motivo que así de rápido fue a esconder coches, pantallas, los tenedores dioro y hasta los zapatos de piel de cocodrilo albino, porque han de saber… se ha ido haciendo de sus cositas?

¿Los tiene más que nerviosos la información imprecisa que insiste en un crecimiento sostenido del partido tricolor, lo que no ocurre con el candidato nieto de la abuelita carbonera?

Será el sereno. La cosa es que la desconfianza viajó así como se los estoy platicando entre grupos, aspirantes, candidatos y líderes, de esos bien simpáticos extraídos de la cinta Calzonzin Inspector de Alfonso Arau, hasta lo más alto del partido, o sea el tlatoani bigotes, quien al enterarse del particular sufrió un ataque como los que seguido le dan en su mano derecha, o creo que la izquierda.

Pero si todo fue tan… tan familiar. Lo que pasa es que los malpensados nada más andan viendo como molestar a los cuñaos, a los afables y atentos cuñaos… chingá, cómo no la iba a recibir en su casota (si así se lo ordenó su seño).