¿Cómo explicarse que un partido satélite del PRI llegue a hacer mancuerna con el proyecto de Cuéllar Cisneros a la gubernatura?, ¿Qué tiene que ver Moreno Valle?

Lorena Cuellar Cisneros, Chilindrina, Rafael Moreno Valle Rosas, Caricatura, PT, Gobierno Tlaxcala En Linea

A la llegada de Jesús Ortega (el vendedor más grande de México) a la coordinación de la campaña de la senadora perredista con licencia, Lorena Cuéllar Cisneros –y claro, el desplazamiento del muy limitado Agustín Basave Benítez, quien se atribuía ostentar dicho liderazgo-  comenzaron a pasar cosas, una de las cuales se dio ayer: la suma del Partido del Trabajo (PT) a lo que desde ayer es la candidatura común PRD-PT a favor de Lorena.

Aquí lo importante es leer que la incorporación petista se da por una negociación nacional. Es decir, a otro hábil vividor de la Izquierda, un tal Silvano Garay, lo pasaron por el arco del triunfo, en esta suma de los activos del recién rescatado instituto político –Aguascalientes y Colima- por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Eso quiere decir que dichos acuerdos contaron con el beneplácito del tricolor, pues nada de lo que haga el satélite PT, sale del control de Manlio Fabio Beltrones.

Una hipótesis de botepronto nos llevaría a la vecina entidad poblana, donde el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, consiguió la misma alianza, con el PT y hasta la aderezó con el PANAL no por mandato de su mami política Elba Esther, sino por voluntad del propio CEN-CISEN, para subirlo a la contienda de 2018, con la condición de ser un mazo para pegarle a Andrés Manuel López Obrador, y bajarse así de rápido si su popularidad camotera no penetra en todas las regiones del país (y se se pone necio, lo bajan, se cansan de bajarlo).

Así que Moreno Valle pudo haber sido el promotor de la alianza de Lorena Cuéllar Cisneros con el PT.

El concepto morenovallista de las alianzas es un evolucionado método de ganar elecciones. Él es una viva evidencia. El libanés desenfrentado, Antonio Gali, es en este momento su prioridad, para conservar un año ocho meses el gobierno de Puebla, y la paisana Lorena puede ubicarse como parte de esa propagación del poder del poblano, quien igualito hizo en 2012 para contar hoy con varias docenas de diputados federales a los cuales, sube o baja, empeña o alquila, según sus intereses muy particulares.

Pragmatismo puro

¿Cómo entender que el PRI puede ser capaz de sacrificar a la senadora poblana con licencia, Blanca Alcalá Ruiz, para dar a Moreno Valle la oportunidad de afianzar a Tony Gali? Seguramente porque es garantía de joder a AMLO hasta conseguir resultados, ya ven que Jaime Rodríguez, el bronco, se les cayó de la cama.

Bueno, pues en esa misma proporción podría entenderse el comportamiento superior hacia el descolorido abanderado tricolor a la gubernatura, Marco Antonio Mena Rodríguez, quien encara varias razones que al paso de las semanas se hacen obstáculos infranqueables. El principal, su jefe la estrella bigotona que se apaga para pasarle la estafeta en su papel de la estrella que se enciende, siempre y cuando no se salga de su redil, de eso se encarga el apizaquense.

Esa podría ser una de tantas razones para el sacrificio tricolor de la plaza. Las otras las conocemos de sobra… no somos ni el uno por ciento de la votación nacional, y por lo tanto así que le interesemos tanto a Presidencia y sus engranes, no eh, para nada. Somos susceptibles de negociación. Ya nos pasó en 1998, cuando otro hacendado tomó al PRD, y también al PT, los envolvió en un paquete, conformó la casta divina usando a la Izquierda con expiación y se puso a mandar por seis años, hasta que lo picó el mosco de la continuidad con la señora su esposa, acabando en un rotundo fracaso, peso eso es otro rollo que abordaremos ahí luego…

Paralelismo

Yo creo que por eso, Lorena Cuéllar Cisneros, ha optado por conformar estructuras paralelas a las del PRD –pues es que hay que cuidarse de los cambrones y los sesines– y a partir de la candidatura común con el PT, pues hará lo mismo con los silvanos.

Para eso ya cuenta con la entusiasta participación del destacado mapache beatricista, Daniel Herrera Murga y de la muy particular visión de don Víctor Cánovas, y sus encargos orticistas para hacerse el aparecido en dicho cuarto de guerra.

Qué incómodo verdad, tener que cuidarse de los propios líderes locales de los partidos por los cuales va a contender el cinco de junio.

Así lo vieron en las dirigencias nacionales y optaron por dejar a estos pilluelos en el corralito donde le ponen bastante sal a los frijolitos y se provocan unos gases tan tremendos que dios nos guarde de escucharlos algún día, y mucho menos de percibir sus aromas.

Por lo menos, Lorena ya se tiene que cuidar de otros, como los chuchos y los anayas, digo, eso ya da un cierto caché porque miren ustedes, ha de ser bien feo que los cambrones-sesines le organicen reuniones, hagan compromisos, vendan candidaturas o defrauden con alguna de esas prácticas, a la voz de: yo soy amigo personal de la candidata.

El poder superior tricolor ha puesto los ojos en la inventora de la frase: a mí mis viejitos, y por algo ha de ser. Veremos hasta dónde es una ayuda efectiva la incorporación de los petistas a este proyecto que eso sí, de entrada ya demostró capacidades sobradas para sumar y no para aislarse, como en cambio ocurre con la otra senadora, Adriana Dávila Fernández, y su gusto de ir solitita a la batalla electoral, pero eso sí, muy echada pa’lante, como se lo han inculcado sus jefes Felipe Calderón y Margarita Zavala, otros que quedaron con el ojo cuadrado ante las maniobras de Rafa Moreno Valle y hoy, de Lorena Cuéllar Cisneros.