El mandatario poblano acabó por demostrar que el PAN sí puede ser competitivo, aun sin conseguir aliarse con el PRD; es que no se da el lujo de perder su plaza, va en serio a 2018
Hay una marcada diferencia en los panistas que se preparan para la batalla del cinco de junio. Unos, como ocurre aquí en Tlaxcala, van solitos, resquebrajados, divididos y señalados, pero eso sí, muy dignos porque según la candidata Adriana Dávila Fernández, no necesita de otros partidos para conseguir un rotundo triunfo en las urnas.
Otros, como ocurre en el vecino estado de Puebla, sortearon los obstáculos puestos por el PRI y su decepcionante becario el PRD. El gobernador de esa entidad, Rafael Moreno Valle Rosas, logró una alianza, “Sigamos Adelante”, así la llamó. La encabeza el PAN con el Partido del Trabajo, Nueva Alianza (¿verdad que Elba Esther todavía pesa?) y los dos partidos locales Pacto Social de Inegración (PSI) y Compromiso por Puebla.
Es decir, aquí en Tlaxcala el grito de guerra de los panistas es un plato de lengua al ajillo. En cambio en Puebla, es el cambio de estrategia esperado de un sujeto de la política que así, se ha hecho competitivo, eleva la expectativa de conservar la minigubernatura, y afianza a multitud de panistas en todo el país, en desacuerdo con la política de exclusión encabezada por el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa y su esposa Margarita Zavala, cuya insistente actitud regresiva se convirtió en una ayuda formidable para el PRI.
Guardando proporciones, aquí en Tlaxcala ese estilo albiazul de ir solos a la batalla encontró tierra fértil en la necedad de la seño Adri quien, hasta tuvo la oportunidad de los reflectores nacionales pues su decidida oposición impulsar la dinámica regional de la alianza entre panistas y perredistas, fue fundamental para refrenar el avance del vecino Moreno Valle.
La senadora Dávila Fernández pasó al PAN tlaxcalteca por una coladera por cuyos orificios se fue, ¿la mitad de los militantes?, ¿o más?, buena parte de los cuales se fueron con la otra senadora, abanderada del PRD al gobierno, Lorena Cuéllar Cisneros. Esos prófugos del adrianismo también se han vuelto simpatizantes del priísta Marco Antonio Mena, y hasta a Morena han ido a dar, con la senadora Martha Palafox Gutiérrez.
Blanca contra Gali
La senadora poblana Blanca Alcalá Ruiz, respaldada por la alianza PRI-Verde, tiene hoy un competidor bastante fuerte en el ex alcalde de Puebla, Antonio Gali Fayad, cuyo impulsor, Moreno Valle Rosas, aguardó hasta el último momento que la ley se lo permitió para afianzar la alianza que ya hemos comentado.
Lo que en realidad está en juego es su intención de contender por la Presidencia en 2018. No puede perder su estado. Hoy, con PT y PANAL en la bolsa, el mandatario poblano crece su abanico de opciones. Y al PAN lo coloca en el lugar que le corresponde. A estas alturas ha demostrado que carecer de los apoyos en el partido de la Derecha no es demoledor para él.
Demostró la lealtad de Luis Castro, el líder nacional del PANAL hacia el proyecto original, encabezado por Elba Esther Gordillo Morales, cuyo encarcelamiento según apreciamos no ha sido obstáculo para sacar a Nueva Alianza de la baraja que en Presidencia ya suponían muy suya. Ha sido un triunfo rotundo en la partida rumbo a 2018.
Como un plus, el dirigente nacional del PRD, Agustín Basave Benitez, no tiene intención de contender con algún candidato en la contienda poblana. Es una forma de ayudar a Moreno Valle. Aunque los perredistas locales tienen otros planes. Hacen hasta donde pueden para que la diputada-activista Roxana Luna Porquillo, sea su candidata a la gubernatura.
Bueno, aunque es una expresión legítima de la Izquierda poblana, poco podrán hacer ante un fortalecido Moreno Valle, el gobernador de las grandes obras y consecuente endeudamiento histórico de Puebla, unos 26 mil millones de pesos, bien ocultos según lo ha denunciado la Facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Buap), manejados bajo el esquema conocido como Proyecto de Prestación de Servicios, aunque a final de cuentas no dejen de ser un pasivo inédito.
También el ex rector de la UDLA, Enrique Cárdenas, asestó un severo golpe al morenovallismo, luego de hacer pública la operación a la cual recurre el mandatario, disponiendo del Impuesto del tres por ciento que en Puebla se cobra sobre la nómina. De esa manera tiene las manos libres para gastar como mejor le conviene a su proyecto.
Insisto, 2018 está de por medio.
Marco repunta
Regresemos al territorio estatal, donde parece que el exceso de confianza mantiene en picada al proyecto de Lorena Cuéllar Cisneros, cuya incomprensible sangre fría no es sino la predecible soberbia de quien se siente en caballo de hacienda. Ella se sustrae de la realidad perredista y ni oye ni ve el latrocinio amarillo que tiene dos nombres en marquesina: Santiago Sesín y Manuel Cambrón.
La realidad no es así. Diversas encuestas señalan un repunte de Marco Antonio Mena Rodríguez, el candidato de bajo perfil del PRI, a quien parecen dar buenos resultados las maniobras de Mariano González Zarur. Que lleven su característico sello, empapado de lodo, opacidad y manejo ilegal de recursos, eso según vemos son los medios. El fin lo está consiguiendo.
Nada más falta que de veras la estrella que se opaca sea capaz de demostrar al CEN de su partido que se basta y se sobra para ganar la elección de junio, pese a la marcada oposición del líder nacional Manlio Fabio Beltrones Rivera, y sus negativos pronósticos para Veracruz y Tlaxcala.
Hay que señalar; Mena rebasó con la alianza PRI-Verde a Lorena Cuéllar y a Adriana Dávila. Una escandalosa realidad cuando nos referimos a la primera y la lógica consecuencia de la soledad en tanto injustificada soberbia de la panista (a no ser que en eso consistan los supuestos acuerdos con Mariano).
Evangelina Paredes, las catacumbas de la política
Hacer política como el matrimonio Palacios-Paredes, muestra ese pragmatismo de jícara que ha sido históricamente una ventaja para los altos mandos, ávidos de encontrar bichos a los cuales alimentar en el pico y hacer con ellos lo que a sus intereses convenga.
La señora Paredes ha sido echada oficialmente del Partido Alianza Ciudadana (PAC).
Sostiene su barriga de la risa que tal le causa. Tiene así de alternativas legaloides para prolongar un litigio por dicho partido. Creo que el ex gobernador Héctor Ortiz, subestimó hasta dónde podían llegar este matrimonio chiautempense, bueno para el centavo, para el revoloteo y hoy vemos, para el pleito también.
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