El presidente del INE, Lorenzo Córdova y los demás consejeros, hicieron un escándalo al descubrir actos atentatorios contra la democracia, más que comunes aquí en el órgano local
El Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) puso el grito en el cielo con consejeros del órgano local de Chiapas al detectarlos desacatando los principios de equidad. Y acaba de ordenar el cese de tres de ellos.
En esa entidad, los dirigentes de los partidos políticos la armaron en grande al no ser capaces de completar las candidaturas priorizando el equilibrio entre géneros, a lo que hoy conocemos como Paridad. A los consejeros chiapanecos se les armó en grande, de fraudulentos y cochuperos no los bajaron en el INE. Incluso fue propuesto el análisis de cada uno de ellos para ver, en lo particular hasta dónde fueron capaces de atentar en contra de la construcción de la democracia.
Estimados amigos del INE, deberían dar una vuelta por Tlaxcala. Fíjense que aquí los partidos procedieron igualito que en Chiapas, bajo la creencia que nadie advertiría esa complicidad colectiva, y en el caso que alguien lo hiciera, pues lo más seguro –para ellos- es que se quedaría calladito. Es decir, hay un convenio entre partidos e ITE en el que los primeros no protestarán por dicho incumplimiento, y los segundos se harán los desentendidos.
De ninguna manera. Hoy, la falta de equidad de los partidos deber denunciarse casi casi por oficio. Y no tardan en conocerse presuntas intervenciones del Consejo General del ITE, emulando a sus iguales de Chiapas.
Bueno, a estas alturas seguimos con una manifiesta falta de información en el asunto de la redistritación. Tampoco conocemos a ciencia cierta si las alcaldías y diputaciones van a durar cuatro años y ocho meses, o nos van a salir con cambios de último minuto.
Pues cuántas ganas de que el INE dirija su mirada a Tlaxcala y ponga orden en un ITE a cuyos integrantes lo que les preocupa es cuánto van a ganar.
O díganme si, salvo el aspecto presupuestal conocen ustedes alguna acción plausible de los consejeros.
Adolfo, se le hace bolas el barniz
Y la pregunta al alcalde de Tlaxcala Adolfo Escobar Jardínez es, para que desmantelarse a estas alturas si se acaba de quedar sin Víctor Briones Loranca, su secretario-compañero de hartas batallas en su ayuntamiento voluntarioso. La lista de desempleados ahí la tienen ustedes: Celina Pérez, del Instituto Municipal de la Mujer; Jorge Lara Pavón, de Comercio; la titular del SARET y otra directora.
Es que con pinzas debería tratarse el asunto de Víctor Briones, porque en el PAN a la fuerza no entran ni los zapatos, ni este particular perredista, cuyo espacio fue ocupado, digamos por un panista de cepa, pero en condiciones más que irregulares.
Resulta que don Adolfo, dicen en la alcaldía, tiene una relación entre tirante y hostil con los integrantes del Cabildo (cuando quiere los convoca y cuando se le antoja los deja plantados). Entonces, ahora que los necesita para que le tomen la protesta de ley a Ávila Márquez, flamante secretario del Ayuntamiento, los regidores se las cobraron todas no han escuchado sus convocatorias para reunirse.
Así que está muy claro, Benja Ávila Márquez, carece del respaldo del colegiado edilicio, por tanto sus intervenciones rayan en lo ilegal.
El alcalde Fito mató dos pájaros de un solo tiro (pero en su contra). El primero consiste en haber puesto a los regidores en charola de plata la necesidad que tiene de ellos, pese a los múltiples atropellos cometidos en su haber. El segundo, ¿qué hace un político recién echado de la nómina?: contracampaña.
Eso es lo que puede padecer el corpulento ex secretario. Y conste que enfrente no va a tener a improvisados.
Se nota la diferencia
La senadora con licencia Blanca Alcalá Ruiz –a quien despidieron calurosamente en el Senado al mismo tiempo que a la legisladora tlaxcalteca Martha Palafox Gutiérrez– llegó impactando al estado de Puebla, con el respaldo de su bancada, encabezada por Diva Gastélum, y la declaratoria de guerra en voz de Emilio Gamboa Patrón.
Se nota el respaldo a la priísta. Valga el comentario porque al proyecto tricolor al gobierno de Tlaxcala, Marco Antonio Mena Rodríguez, el CEN de su partido no nada más lo dejó a merced de Mariano González Zarur, el gober que se siente estrella apagándose para que otra se encienda.
No, también le pronosticó el peor escenario en aquél polémico vaticinio hecho por el periodista Joaquín López Dóriga, a petición del líder nacional del tricolor, Manlio Fabio Beltrones Rivera.
Si hace un buen papel la paisana Blanca Alcalá (paisa porque es de Tlaxcala) eso ya dependerá de su estrategia. Pero con ese inicio, acompañado del respaldo de la prensa regional y nacional, uno se da cuenta de cuándo un proyecto es competitivo.
En cambio aquí, ahí tiene usted al joven Mena Rodríguez, pidiendo vales de gasolina en las dependencias y soportando el protagonismo del tremendo estorbo llamado Mariano González.