Llenó para Lorena Cuéllar, el carrito de las compras con tránsfugas del PRI, y con perredistas-marianistas que de plano fueron desechados, y no por brillantes
Conforman una trilogía interesante. La encabeza la senadora Lorena Cuéllar Cisneros, con una longevidad de mencionar en el PRI, mas hoy navegando en las aguas amarillas del perredismo. Ayer se sumó Aurora Villeda Temoltzin, como precandidata a diputada local por el séptimo distrito local, que corresponde a Tlaxcala. Y cierra la pinza la perredista Eréndira Jiménez Montiel, cierto, con la mira puesta en la capital del estado.
Ambas políticas son las más recientes adquisiciones de un lorenismo orientado por el diputado con licencia, Santiago Sesin Maldonado, conocido jocosamente entre los perredistas como cerebro (pues es que hace pareja con pinky, el señor Cambrón).
A Villeda, su expediente la coloca en un contexto de exclusión del sistema marianista, donde alguna vez junior topó con pared al pretender pasarse de la raya, pretextando encantos, pues llamémoslos muy escasos.
¿Quién es su promotor? Ni más ni menos que el empresario Juan Carlos Zaga, el prestanombres del orticismo que se dedica a pulir un diamante, no en bruto, pero sí con el brillo suficiente como para regresar a las andadas.
Eréndira cuenta con una suspensión reforzada, para recorrer los accidentados caminos construidos por ella misma en busca de las condiciones que le permitan permanecer en el lugar acertado, o sea en la nómina.
Su original idealismo al llegar al Congreso cambió luego por un marianismo oculto, hasta que dejó de ser útil al hacendado, y la desplazó en aquella maniobra de atropellos, donde panistas-adrianistas hicieron el abordaje del barco ubicado en Allende 31 de Tlaxcala, como viles piratas.
Así se va configurando un team lorenista con características muy particulares.
Ambas llegaron con Santiago Sesín y Alberto Amaro. Por cierto de este último llovieron descalificaciones tras conocerse que emplazó a tianguistas poblanos a participar en la cargada para el registro de Lorena.
Habrá que ver hasta dónde la figura de Amaro se mantiene dentro de los parámetros agradables al gobernador poblano Rafael Moreno Valle Rosas, quien cuenta con elementos de peso, una denuncia grave, dicen, para mantenerlo como un activista obediente y ágil, presto a concretar órdenes.
Barbosa y su adiós al PRI
Federico Barbosa Gutiérrez se cansó de no ser tomado en cuenta por su partido. Se auto promovió como uno más de los aspirantes tricolores a la gubernatura, mas quedó claro que sus mejores años en estas lides, atrás quedaron.
Y le escribió a Manlio Fabio Beltrones: A usted, entrego hoy, mi militancia que por 40 años la ejercí con plenitud, dignidad, orgullo y honor en el servicio público y en las actividades partidistas dentro del PRI, aspire a la candidatura a Gobernador”.
Bueno, dicen que cuando el de Sonora leyó estas líneas, casi rompe en llanto.
Así que Barbosa, un operador eficiente, pero pasado de moda, mandó al diablo esas cuatro décadas de vivir del PRI, tomó sus canicas y las trasladó al Movimiento Ciudadano.
Así que pasó a formar parte de la colección que Dante Delgado Rannauro tiene, de resentidos y dispuestos a hacer boquetes en el PRI.
Seamos sinceros. Los miles de seguidores de Barbosa conforman un supuesto muy personal. Es más, su hija Vibiana Barbosa Bonola, delegada de Trabajo, ha sido la primera en casi sacar los ojos de sus órbitas al ver las acciones de papi, pues está consciente que las venganzas del tricolor, tardan pero llegan. Ya se ve en las filas de desempleados.
Miren que el buscador lorenista de talentos, Santiago Sesín Maldonado se habría anotado un ocho reclutando al viejo Barbosa y su manojo de mañas.
Optó, sin embargo, por la dupla Villeda-Jiménez, y llenó el carrito de las compras con paquetes voluminosos pero sin mucho contenido.
Reelección en el TSJET
A la magistrada Elsa Cordero, le pasa lo que a los maridos engañados. Es la última en enterarse de la repulsión generada por sus siglas entre sus compañeros integrantes del Tribunal Superior de Justicia (TSJET).
Es voz creciente en ese ámbito que la reelección de Cordero de plano unificó criterios… desde luego, en contra de la jurista.
Yo digo que corresponde a las teorías del comportamiento humano, la creencia de sentirse popular y querida entre sus compañeros de Poder, cuando en la realidad ocurre exactamente lo contrario.
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