Sencillamente perdió el control de su proceso sucesorio, por el cual de plano ya no duerme.

(etlaxcala) Anabell Avalos Zempoaltaca, Mariano Gonzalez Zarur, Sucesion, Caricatura, Tlaxcala Online

El gobernador Mariano González Zarur volvió a perder el control de su proceso sucesorio. Anabell Ávalos Zempoalteca, hoy ex delegada de la Secretaría de Desarrollo Social, y también víctima de una profunda misoginia, de los desplantes propios de un sujeto a quien sus detractores han llegado a considerar como prototipo del autoritarismo, renunció a su encargo y se dijo lista para registrarse como precandidata en su partido, el Revolucionario Institucional.

Y la mano del líder nacional del PRI Manlio Fabio Beltrones, se ve atrás de este esquema al que llamaremos: la tercera en discordia, luego de haber propiciado el enfrentamiento entre los pupilos del hacendado, Marco Antonio Mena Rodríguez y Ricardo García Portilla, molestos ambos porque fueron puestos en un ring, donde curiosamente las apuestas no se cargaron al triunfo de alguno de ellos, sino al hundimiento de quien hasta hoy aún conserva la expectativa de designar a quien lo habrá de suceder en el poder ejecutivo de Tlaxcala.

Dicen que animó a González a hacer ese destape doble. Y luego se puso las manos en la barriga para contemplar las consecuencias de su carambola de tres bandas.

A lo mejor Mariano llegó a imaginar un escenario parecido a este que hoy le acentuó sus infaltables espasmos.

Y por eso habría pactado con la panista Adriana Dávila, un posible plan B para volver a operar en contra del partido que le hizo realidad el sueño de gobernar Tlaxcala.

Entonces, nadie descarte que de Insurgentes, pasando por Los Pinos, le reconozcan su habilidad para fortalecer al partidazo, aunque conscientes de sus arranques lo inmovilicen, más o menos como Carlos Rojas lo hizo en la pasada elección federal, casi atándolo por horas a una mesa de café en los portales de Tlaxcala, para permitir la libre operación de los súper mapaches al servicio del presidente Enrique Peña Nieto.

Esta frase se antoja para coronar la operación de Manlio Fabio: “felicidades manchis, buen trabajo con el partido, nada más un detalle, al candidato o candidata al gobierno lo pongo yo”.

Aquí entre nos, los abusos del gobernador dejan chico al tabasqueño Andrés Granier y hasta dan un toque de ingenuidad al sonorense Guillermo Padrés (hoy en manos de Manlio).

Si González cree sencillo hacer a Peña de chivo los tamales –como en 2012, cuando no movió un dedo para que AMLO arrasara aquí- va a topar con un muro así de grueso.

Ya entiendo la rabieta en cuanto supo de la renuncia de Anabell Ávalos.

Y si las cosas siguen como van, se va a tragar las palabras y las ofensas en contra de su ex secretaria de Gobierno quien, junto con el otro secretario de Gobierno, Noé Rodríguez Roldán, rompen con los planes, ya no digamos transexenales, sino de sobrevivencia fuera de la cárcel.

¿Por qué tanto ruido Ávalos?

Hay que ver su constancia en un contexto de suma ventaja. Se encargó de repartir las 150 mil pantallas planas, en el mejor momento de su impacto electoral.

Y por el estilo, ejecutó múltiples programas que, curioso estaban dirigidos a ese tejido social tan sometido a las peores vejaciones, pero usado en el discurso del hacendado como su oportunidad de enmendarse con aquellos a los que siempre ha visto menos.

Debe advertir que es el último eslabón del grupo sanchezpiedrista.

Que no honró la memoria de su mentor y suegro. Al contrario, por sus acciones en ese grupo deploran sus arrebatos, atropellos y desplantes. Es el soberbio miembro de los González a quien espera un permanente desprecio y, quien quita, hasta la negación del parentesco si el peñismo lo usa como el sarcoma que ha de ser extirpado de un sistema dispuesto a la mutilación de sus miembros putrefactos.

El informe de Adriana

Se notan tablas en la senadora panista e, indiscutible abanderada de su partido al gobierno.

Claro, sería bueno que en alguno de sus informes nos sorprendiera con algo menos predecible como las porras, artificiales y de mal gusto que la destaparon, ante la impasibilidad de un Ricardo Anaya con el gesto más frío que un raspado de piña.

Me resulta conflictivo ver como Guadalupe Acosta Naranjo, se emplea a fondo para impedir la alianza del PRD con el PAN. Se supone que lo tendría que hacer a la inversa, pero helo ahí como uno de los factores para abonar en la carrera de la presidenta de la Comisión senatorial contra la Trata de Personas.

Ahora hay que ver hasta dónde los odios de género llevan a las senadoras Adri y Lore, a entrar en ese lamentable escenario de división, posibilitado por un Mariano a quien vemos, las cosas ya no le salen como antes, cuando suponía que con la centaviza del presupuesto hasta a dios lo podía corromper.