Sin ninguna explicación, la encargada del despacho de la Delegación del ISSSTE pretendió correr al Tesorero del Instituto, sólo porque no la apoyó en sus aspiraciones en la asamblea estatal del PAN para elegir consejeros.

La venganza es un platillo que se come frío. Quizá nadie le ha dicho esa frase a la aún encargada del despacho de la Delegación del ISSSTE en Tlaxcala, Aurora Aguilar, quien el pasado viernes trató de despedir de la manera más arbitraria al Tesorero del Instituto.

Sin más explicaciones, la funcionaria federal le comunicó que estaba despedido y que necesitaba su renuncia. La respuesta del Tesorero no pudo ser otra. No le doy la renuncia y si me quiere despedir presente los argumentos que justifiquen la rescisión de mi contrato.

Obvio, la postura del funcionario provocó, como ya es costumbre, la ira de Aurora Aguilar, quien aún así decidió enviar a las oficinas centrales del ISSSTE la baja del Tesorero del  Instituto, pero sin que ese documento fuera acompañado con la renuncia o los motivos jurídicos para despedirlo.

La decisión de Aurora Aguilar no sólo llama la atención por la prepotencia con que hace las cosas, sino porque demuestra que como política es una intolerante que se deja guiar más por el hígado que por la cabeza, además de que es incapaz de aceptar su derrota en los procesos internos del PAN.

Y me explico, en la pasada asamblea estatal del PAN para elegir consejeros, la funcionaria federal amenazó a los empleados del ISSSTE que asistieron a ella con despedirlos si es que no apoyaban a su grupo, amenaza que intentó cumplir el pasado viernes.

El Tesorero apoyó al grupo identificado con la ex diputada federal Adriana Dávila y aunque también buscó ser consejero estatal, no obtuvo los votos suficientes para ganar una posición en ese órgano partidista.

Lo peor es que Aurora Aguilar podría enfrentar la segunda demanda ante la Procuraduría General de la República por su actuación como funcionaria del gobierno panista de Felipe Calderón Hinojosa.

En la actualidad, se integra una averiguación previa por abuso de autoridad, misma que presentó en septiembre pasado Rafael Andrade, quien se desempeñaba como subdirector Administrativo en la delegación del ISSSTE.

Ese ex funcionario argumentó en su denuncia que el pasado 31 de agosto fue desalojado de manera violenta de sus oficinas por Aurora Aguilar y los guardias privados de seguridad. También recibió una serie de amenazas por parte de la funcionaria.

El Tesorero junto con otros funcionarios y personal de la delegación de ISSSTE podrían presentar varias denuncias contra Aurora Aguilar por el ejercicio indebido del servicio público, las cuales de prosperar serían el pretexto que necesitan en México para darle las gracias, sobre todo ahora que se conoce su perfil psicológico, el cual, le juro, le daría miedo al mismo Dr. Hannibal Lecter.