Un último intento por alargar el engaño a una militancia harta, tira línea marianista para apoyar a Mena; pero las decisiones provendrán de Los Pinos
A propósito de la fiera marianista en que se convirtió el apizquense José Luis Ramírez Conde, para intimidar a alcaldes, líderes y demás, respecto a la sumisión que deben guardar en torno a Marco Antonio Mena Rodríguez, y su inminente reafirmación como líder estatal del PRI, no está por demás, dirigir la mirada al reciente Consejo Político del PRI, y la voluntad de Peña como mecanismo único para hacer todo tipo de nombramientos.
Sí, porque una cosa es imponer al diputado local en el Comité Directivo Estatal (CDE) y otra, bien distinta, ungirlo como legítimo abanderado de ese partido a la gubernatura. Creo que esa facultad la reservó para sí el presidente Peña, y creo que los ridículos asumidos por sujetos como Ramírez Conde, están fuera de tiempo y también están fuera de lugar.
Por el momento no sería objetivo ver ventajas en alguno de los aspirantes a sentarse en la silla que Mariano ya va a dejar. Los nombres, ustedes los conocen de sobra:
Anabell Ávalos Zempoalteca, la delegada de Sedesol que puntea en la mayoría de encuestas del partido, aunque ello sulfure al hacendado, que no acepta haber sido cambiado por un tal Enrique Peña Nieto en la directriz de personajes como esta actual funcionaria federal.
Noé Rodríguez Roldán, el priísta incómodo al sistema mariano; con derecho de picaporte en Bucareli, Insurgentes y hasta con el propio Presidente. Actual delegado de Gobernación en Puebla.
Guadalupe Sánchez Santiago, diputada federal con la genética del ex gobernador Emilio Sánchez Piedras, presente en la memoria de una parte importante de sujetos de poder, dentro o fuera del PRI, pero con gran influencia en la toma de decisiones. Mariano González es uno de ellos.
Marco Antonio Mena Rodríguez, en un sub-estrato priísta de manufactura mariana, con esas ventajas locales apoderadas circunstancialmente de las prerrogativas del partido, pero sin el raigambre, como bien los arriba mencionados, ninguno de ellos personaje de generación espontánea.
En la otra esquina
Si las porras adrianistas hubieran tenido un mínimo de sentido común, habrían guardado las loas a su lideresa para mejores momentos, no durante la gira de Ricardo Anaya, donde quedó de manifiesto la orfandad de la Senadora, en la nueva dirigencia nacional de su partido.
Ello, numerosos cadáveres políticos en el ámbito local y, y otro tanto de adversarios internos, han llevado a la ex candidata panista al gobierno, a pensar en la posibilidad de una candidatura independiente.
No es el tiempo de Felipe Calderón, cuando la protección era absoluta.
Hoy la debería asistir una decidida humildad, pues el poder se acaba y los enemigos se multiplican. Tal no sería la mejor forma de finalizar esta etapa en lo que hasta hace poco insistía en considerar como… su carrera política.
Relanzamiento del PRD
Entre otros, la senadora Lola Padierna, estará en Tlaxcala, tratando de hallar la cuadratura a un PRD afectado por grupos como el de Gelacio Montiel, y su indiscutible patrocinio Mariano, como el de Ubaldo Lander Corona y su franca oposición al lorenismo.
El cambio de ese dirigente ya se palpa. Vive tiempos idos, cuando por ejemplo en el gobierno perredista de Sánchez Anaya, había valiosos apoyos a las tribus y se incentivaba la generación de pequeños entes de liderazgo relativo aunque gran voracidad a la hora de formarse en ignominiosas colas.
Ese viejo líder ha de aceptar que otro, bueno otra ex priísta, ha llegado a su partido viviendo un momento intenso de popularidad.
Lo más importante es equilibrar los momentos que propicien la voluntad panista para hacer una alianza con ellos. Ya lo dijo Ricardo Anaya durante su gira, en aquél salón arlequín de Apizaco, con un público tan heterogéneo que lo comentábamos aquí arriba, las huestes de Adriana, frenéticas ensordecían la exposición del queretano.
En el colmo
Recuerdo la violenta lluvia que tanto daño causó precisamente el día que el panista Anaya vino a Tlaxcala.
Ahí tienen ustedes al señor alcalde de Tlaxcala, Adolfo Escobar Jardínez, gastanto un tiempo precioso –que debió dedicar a evaluar daños- haciendo antesala para ser recibido por Anaya, a quien plantearía su profundo deseo de ser candidato.
Anaya debe haber respondido: ¿Y qué quieres que haga?
El negro, de vuelta
Dicen en el PRI que ya esperan el retorno de Fidel Herrera Beltrán, como extensión de Peña para aplicar las nuevas políticas del tricolor. El ex mandatario veracruzano llegará a sustituir a un delegado Michel, maiceado y por lo tanto parcial, dicen las voces disidentes del partido.
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