Parece que el operador tricolor en el INE, Marcos Rodríguez del Castillo, genera confusión y desánimo para favorecer a un PRI que gana con el abstencionismo
Fíjense hasta dónde un soldado del partidazo, es capaz de sacrificar su pretendida imagen impoluta de organizador de elecciones. El Dandy, Marcos Rodríguez del Castillo, parece haber cometido un error de primaria al momento del rediseño del mapa electoral de Tlaxcala.
¿Qué generó? Confusión, indignación y desánimo.
Eso es exactamente lo que necesita el tricolor para repetir un escenario como el del siete de junio, cuando logró carro completo gracias a la confusión, indignación y desánimo de los electores, ante una oposición desmantelada.
Esa crisis emocional colectiva fue alivianada con pantallas planas. Y sobrevino el éxito priísta en las urnas (con las ayudas de: sacar temporalmente a manchis de la jugada y con el changazo de ASA en el primer distrito, entre otras).
Así que la equivocación del INE puede no haber sido casual. ¿Estamos ante uno de los estrategas más avezados del marianismo, queriéndonos jugar el dedo en las encías, con brutalidades tan mañosas como dejar a media docena de municipios de la redistritación?
Ojo, mucho ojo, hoy los fraudes electorales afectan el estado de ánimo colectivo. Y la actuación de Rodríguez del Castillo, me remonta al concepto aquél de crimen organizado, consistente en el concurso de las autoridades en el urdimiento de planes con maña para hacerse con plazas, como pudo ocurrir aquél siete de junio.
Ojalá me equivoque porque hasta hoy no he dejado de creer en la imparcialidad de un tipo como Rodríguez del Castillo, pero con errores tan cínicos como el cometido por el INE en la redistritación, creo que estamos ante la tomadura de pelo más descarada del sexenio.
Hasta Eunice se da el lujo de opinar
Ahora resulta que la consejera presidenta del agonizante Instituto Electoral de Tlaxcala (IET) hasta tiene tema para opinar, porque Rodríguez del Castillo la desplazó del ínfimo nivel ocupado durante su desafortunada llegada al instituto con sede en San Manuel.
Lo mejor sería que la oposición deje el papel de fracasada en esta mala película porque, ante la voracidad mariana por no dejar piedra sobre piedra –oigan nos quieren meter un nuevo emplacamiento, ¿de qué se trata?- apenas si se escuchan unos casi imperceptibles quejidos de los grupos y partidos que en este momento debieran ser un rotundo contrapeso.
Es la hora en que siniestros personajes como los fracasados en la elección de junio, se aprestan a una nueva licencia para buscar alcaldías… he ahí el penoso caso del muchacho Sesín, que ya le encontró gusto a vernos la oreja… regresó al Congreso, cobró sus haberes al tiempo de expresar, ¡ya llegué vieja!; con las talegas llenas apuró a lanzar un: ¡ya me voy vieja!, y helo haciendo de nuez la lucha por restar toda seriedad al desempeño de estos bichos llamados políticos.
Navarrete= fracaso
¿Quién hará más daño al PRD, la clara imagen del fracasado Carlos Naverrete, o la desesperación con la cual ha pisoteado los principios de la Izquierda a la que se debe el partido que lidera, para ponerlo a los pies de Acción Nacional?
En el caso de Tlaxcala, duele ver que esa tendencia nacional de Navarrete no advierta sobre la fortaleza que puede tener la candidata en ciernes, Lorena Cuéllar Cisneros, a quien convendría otro tipo de operación política y no este entreguismo del moribundo Navarrete.
Expectativa por gira
Con ese líder nacional el PRD está desecho, pese al entusiasmo de su militancia por ser competitivos en 2016.
En el otro lado de la moneda de la Izquierda, Andrés Manuel López Obrador ha subido como la espuma. No nada más de la Izquierda, sino en términos generales como el principal prospecto a la Presidencia en 2018, al grado que, encuestas realizadas antes de la fuga del Chapo Guzmán, reafirman su ventaja sobre personajes como Miguel Angel Osorio Chong, en este momento sería irremontable 36-22, de dos a uno sobre Videgaray 36-18, y dos puntos más ante Rosario Robles Berlanga: 36:16.
Imagine una gira de AMLO a Tlaxcala por cada uno de los sesenta municipios, acompañado de la senadora Martha Palafox Gutiérrez.
En automático la coloca en la competencia. Hay que ver esa gira porque, va a ser fundamental en el proceso sucesorio de Tlaxcala.
La Segob, sin información
El secretario de Gobierno, Ernesto Ordóñez Carrera, puso ojos de gato espantado al darse cuenta del bajísimo nivel de su información.
¿Qué pasa con sus asesores e informantes que no le hablaron sobre la denuncia de la PGR en contra de media docena de entidades –Tlaxcala entre ellas- que fingieron devoluciones multimillonarias correspondientes a programas federales ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF)?
Como no sabe guardar silencio. Como no pudo aceptar su amplio desconocimiento, optó por afirmar que el gobierno de Mariano González se encuentra solventando esas deficiencias.
Yo creo que su afición a la vida alegre y relajada comienza a presentar facturas altas al segundo de a bordo del gobierno estatal. Ignorar el involucramiento de Tlaxcala en un lío que suma ocho mil millones de pesos es realmente ofensivo. ¿Entonces, qué sabe?
Ricardo Anaya en Tlaxcala
Llega en un momento crucial para refrenar la caída libre de su partido en Tlaxcala, tras las rarezas adrianistas que lo mismo hablan de cero alianzas que de la candidatura independiente al gobierno de Tlaxcala.
Las divisiones en el PAN, tienen más que ocupados a los operadores de quienes de alguna manera ya mostraron sus intenciones de competirle al PRI, ¿y a su abanderado, Marco Antonio Mena Rodríguez? Se dedican a efectuar reuniones con grupos, con liderazgos, siempre partiendo del concepto individual.
El PAN, así como se halla, ha renunciado a los movimientos cuantitativos, por una simple razón: está desmantelado.
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