Nuevamente nos volvemos a encontrar, se deben decir el delfín del marianismo y actual diputado federal Ricardo García Portilla y el tan atacado paisano suyo, Noé Rodríguez Roldán.
El contenido del grupo plural que sirvió de escenario para el destape del delegado de Gobernación en Puebla, Noé Rodríguez Roldán, es una interesante reunión de ex diputados pertenecientes a la LVII, formados en torno al señor pie grande (o sea Noé), a excepción de Gelacio Montiel Fuentes, y su eterno idilio con las delicias del poder (que nunca se concretan).
Da gusto ver al cuñao-delegao de Infonavit, Fernando León Nava, zopiloteando alrededor de lo que va quedando del poderoso señor Manchis, en plena mengua; su retórica sobre la democracia es tan buena como el inseparable bisturí, que con el paso del tiempo lo hizo un excelente político cuando ha de cirujanear, y vicecersa.
En vista del inevitable fin al timón del barcote tricolor que ondea banderas de triunfo pese a la votación más baja de su historia, el diputado local Marco Antonio Mena Rodríguez, viene a ser como el único peón de confianza, incondicional y sumiso que a don Mariano le hace falta para invertir su resto, con el deseo que en 2016 otro escenario abstencionista dé chance a Marquito de ocupar el despacho de Palacio, para cubrir las manchi espaldas.
Dicen que el diputado Ricardo García Portilla, anda realmente ocupado, colocándose en comisiones y definiendo el liderazgo de la triología tlaxcalteca de nuevos legisladores, con la sólida encomienda de ponerse de tapete a los intereses del presidente Enrique Peña Nieto y sus reformas estructurales, de suerte que quepa la posibilidad de benevolencia en el mexiquense para palomear al próximo candidato tricolor al gobierno tlaxcalteca.
Incluso, hay quien asegura que el doble doctor (eso lo debe probar con documentos) ha puesto los ojos en una senaduría para 2018, acaso aceptando que este podría no ser el momento oportuno para frenar… su sólida carrera en la política (con triunfazos como el del siete de junio).
Por lo pronto, Marco Mena y Noé Rodríguez, se han sentado a la mesa de las vencidas… el primero, castrado como condición de sobrevivencia en el decadente grupo marianista de poder, y el segundo, con media docena de golpes que, al no destruirlo, con el paso del tiempo lo hicieron corrioso y temible para el aún grupo empoderado, pues si de algo pueden estar seguros es que con Noé en el gobierno, no va a haber quien oculte la tremenda cola de los júniores, los constructores de generación espontánea, de los miles de toneladas de fertilizante desaparecidas, de la cadena de litigios fracasados –verbigracia el caso de los notarios- de la Plaza Bicentenario, de la Central de Abasto.
No es promisorio el futuro del criador de reses bravas, por más que desee vender la idea de que gracias a su magia mapacheril pudo arrancar de nuez el carro completo del otrora invencible y marrullero Revolucionario Institucional.
Tampoco es desconocida la cercanía del calpulalpense con el Grupo Atlacomulco y su representante más copetón, el Presidente, gracias a la cual no se le complicó acomodarse como corresponsal del titular de Segob, Miguel Osorio Chong, en Puebla, desde donde tiene un panorama más que claro respecto al teje y mameje de la grilla en su entidad federativa.
Dos destapes dos, en Calpulalpan y en Tepeyanco, son suficiente promoción, uno, para que Mariano defina a su delfín, seguramente Marco Mena y dos, para que la expresión actual de PRI, deje las ambigüedades y los asuntos poco claros, pues no tienen mañana… si el marianismo pierde contra su propio partido, con todo y la tripleta de diputados federales, le aguardan tiempos difíciles.
Nada han dejado a la improvisación. El grupo plural de Noé y el cándido Gelacio, tiene planeadas asambleas en nueve municipios, para reunir una bola de gente, con la firme convicción de apostar a un cambio, en vista de que el actual modelo de gobierno ya huele a cadáver.
Una de aspirantes
Ignoro si los ímpetus del contralor del ejecutivo, por apuntarse en la elección a alcalde de la Capital, haya sido platicada a profundidad con personas bien intencionadas, por tanto, críticas de las acciones actuales.
La cosa es que el más pelón de los funcionarios marianistas hizo antesala en el despacho del ex senador Joaquín Cisneros Fernández, para solicitarle su apoyo y pedirle que lo vea con buenos ojos, y así, juntos puedan recuperar el municipio hoy en manos del panista Adolfo Escobar Jardínez.
A lo mejor no fue una buena visita. Primero porque el también ex candidato a la mano tiene la mira puesta en su vástago, un brillante abogado que actualmente despacha como delegado de Relaciones Exteriores en Tlaxcala… digo al fin y al cabo Joaquín junior ya dijo que se ve como gobernador en un tiempo perentorio (dijo que diez años, ya pasó uno).
Y otro que tal vez esté en los afectos del riquísimo político, pues es el hermano de su sobrino político Fabricio, el consentido del marianismo, Marco Mena.
Dados los tiempos y lo desgastado del señor manchis, esto que los teóricos llaman acomodo de fuerzas se torna tan complejo conforme pasan los días que, lo más seguro es que nada es seguro…
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