Dicen que todo se lo debe a los enviados del CEN, con instrucciones muy claras de Peña Nieto; incluso la presencia de Carlos Rojas fue para refrenar las embestidas del señor Manchis
Nos dicen que la presencia de Carlos Rojas Gutiérrez, en la elección del pasado siete de los corrientes fue parte de una estricta agenda, bajo la directriz del presidente Enrique Peña Nieto, quien también ordenaría la llegada de alrededor de ocho operadores del Estado de México, a hacerse cargo de lo que al culminar el ejercicio le significó al PRI el triunfo en los tres distritos.
Así que la rara y prolongada exhibición del señor Manchis, en dos ocasiones en los portales de Tlaxcala, no fue sino obedecer órdenes superiores, que después se trasladarían a búnkeres bastante provincianos, como la casa del secretario Napoleón Ordóñez, donde la tradicional tamaliza dio sabor a dicha operación, aderezada con la promesa de pantallas planas y la distribución de lana constante y sonante.
No es entonces el señor Manchis el gran artífice del gane tricolor. Parece que una infalible estrategia peñista se valió de todo para recuperar terreno perdido.
Claro, aquí nos vendieron la idea de un talentoso gobernador en las artes mapacheriles, como apuntando a un cambio radical del político que fracasó en cada una de las elecciones en lo que va del sexenio.
Promotores externos del PRI recorrieron sobre todo las comunidades rurales. Propagaron la promesa que vendrían las pantallas, pero solo a las familias que reflexionaran su voto, partiendo de premisas tan de fondo como lo valiosas que son las reformas estructurales.
Ese fue un recurso novedoso de los mapaches tricolores enviados desde el centro para fabricar la idea de que el eterno candidato a estadista había permeado con sus ideales y logros.
También procuraron anular la suposición en ascenso, respecto a que un voto por cualquiera de los tres candidatos del tricolor, sería un voto por Mariano.
Diversos reportes a los que tuvimos acceso hablan de la franca soberbia de los partidos de oposición y sus líderes, incapaces de sortear el divisionismo entre ellos, de tal forma que los resultados ya se veían venir.
Solo hacía falta mantener libres de Mariano los búnkeres, desde los cuales el personal especialista del CEN tricolor se encargó de afianzar la estrategia.
El caso Apizaco
Hay que ver la baja incidencia de votantes en el distrito uno, mediante los cuales al PRI le fue posible imponerse a supuestos proyectos ascendentes, como el del Movimiento de Regeneración Nacional, encabezado por el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya.
Bueno, hasta los votos logrados por Acción Nacional fueron tan escasos por el candidato y ex alcalde albiazul, Orlando Santacruz (poco más de 24 mil) que no hay un referente histórico que pueda impedir el retorno del tricolor a ese gobierno municipal.
Y aquí es donde la cosa se va a poner buena
Primero porque hay la consigna de reavivar la figura de Junior, cuya eventual llegada a dicha alcaldía sería una de las inversiones mejor orientadas para el patrimonio reunido (que no ha de ser poco).
Más el torerito ha de enfrentar al saltimbanqui de su primo, Juan Antonio González Necoechea, cuyo sueño es colocarse al frente del ayuntamiento, hoy comandado por Jorge Luis Vázquez Rodríguez, de Acción Nacional.
Ah, pero no es todo. Quien también reclamaría su derecho a contender por esa codiciada perla es la diputada Guadalupe Sánchez Santiago (tal vez la vio difícil en el plan de ser gobernadora), sin descartar otro derecho que también le asistiría… el apoyo incondicional para hacerla ganar.
Y ahí tiene mucho que ver el señor ASA, y las raras manganas para, ¿ceder la plaza?
Desaparecer fideicomisos
El compromiso social del señor Manchis hoy se traduce en cambios drásticos en la administración. Una especie de reformas estructurales de petatiux que tienen que ver con una menor inversión en gasto para beneficiar a la gente.
Y está proponiendo al Congreso la desaparición de los Fideicomisos para la Atención de los Sectores Marginados; para el Desarrollo Integral de la Mujer Emprendedora; para el Desarrollo Turístico; del Colegio de Historia de Tlaxcala; para el Fondo Casa de las Artesanías y para la Prevención de Adicciones.
El frente de unidad de las Izquierdas
Lo propone la perredista Eréndira Jiménez. Pasada la elección donde su partido hizo el peor papel de su vida recurre a una utopía, como lo es sentar a la mesa a los representantes de cada expresión y corriente, algunos conformando partidos y otros, en su papel de mercenarios.
Una duda, ¿ese frente no se generaría gracias a la coordinación y entendimiento entre partidos, y no como sucede ahora, a la terrible soberbia de cada uno de los que se dicen opuestos al PRI, montados en una supuesta ideología progresista?
Pues no la hay.
Y esto suena al deseo de matar dos pájaros de un solo tiro:
- Formar a los izquierdistas de Tlaxcala, como si necesitaran de alguien para administrar su soberbia.
- Si se puede, nombrar a Gelacio Montiel como el candidato de ese portentoso frente, a la gubernatura de Tlaxcala.
Si tarugos no son.
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