Que su enriquecimiento y aprobación sea muestra de que en el Congreso resurge la dignidad del Poder facultado para defender los intereses legítimos del estado.
Los cambios de fondo en la fiscalización, propuestos por la perredista Eréndira Jiménez Montiel, son un palo a la cabeza de los criminales en que se habían convertido diputados y alcaldes, los primeros, carísimos sicarios para neutralizar a quien se opusiera a sus cochinadas, y los segundos, una fiel reproducción de los Abarca y su malogrado imperio en el estado de Guerrero.
Es un seguro de vida para síndicos, quienes se habían convertido en la parte más delgada del hilo en los ayuntamientos, al perjudicar negocios, moches, contrataciones, o despidos en su caso, de parte de los aldeanos tiranos, o sea alcaldes con un comportamiento de tahúres, en juego constante para ganar a la mala lo más que puedan del presupuesto.
Cierto, los ayuntamientos padecen una corrupción en sus cuentas. Y con el concurso de diputados y del Órgano de Fiscalización Superior (OFS) la contabilidad se convertía una productiva modalidad de negocio para esos políticos, a los cuales la vocación de servicio equivale a los millones que se roben mientras diosito le permita seguir aplastados en la curul.
Se trata de un paquete de reformas que modifican de raíz, por ejemplo la relación del Poder Ejecutivo con el sumiso Legislativo, y destierra la creencia que las carreras políticas se dan en función del recurso acumulado, bien o malhabido, mientras sea para la causa.
De tahúres a tahúr
Ánimas por su enriquecimiento. Porque los integrantes del poder con la genuina facultad de fiscalizar la apliquen y no se conviertan en el tapete que sexenio tras sexenio se coloca a los pies del titular del ejecutivo en tanto el tahúr mayor.
Debiera entre otras cosas añadir a sus justos planteamientos, la creación de un comité ético para sancionar al Ejecutivo local y alcaldes cuando cínicamente declaran o actúan en contra de los intereses del estado, e invariablemente para robustecer proyectos personales, realmente miserables porque a todos intentan someternos a sus muy marcadas limitaciones, pero describiendo escenarios fantásticos y existentes nada más a sus apetitos.
Vientos por el paquete presentado y el deseo porque con trabajos de este calibre no sea el Congreso la caja de resonancia para asuntos meramente electorales.
Aunque no se ha aprobado, ojalá el gobernador mostrar un poco de liderazgo, presentando su informe en una sesión en la sede del Congreso, tal como lo establece la Constitución, y se deje de tirar el dinero para recibir a una bola de invitados suyos, nada más suyos, prestos a nutrir el aplausómetro, como respuesta a los gastos hechos para asegurarlos sentadotes en alguna de las sillas casi siempre del besamanos en el Centro de Convenciones.
Lágrimas de cocodrilo
Nada más nos faltaba ver que el señor Manchis se quebrara en una entrevista con un medio, El Sol de Tlaxcala, “llevando su índice a sus ojos, en señal de nostalgia”.
- Chilla porque el poder se le va de las manos y no ha sido capaz de plasmar su nombre en letras indelebles, con acciones sabias, justas, serenas y admiradas.
- Chilla porque medidas autoritarias anheladas para seguir perjudicando a su muy personal concepto de tejido social le rebotaron como parte de un Congreso cuyos integrantes se dieron cuenta que su voto siempre ha servido para defender los intereses del estado, pero no lo ejercían de esa forma.
- Chilla porque a su descendiente lo vetaron desde el centro del país debido a su relajada y riesgosa conducta… Presidencia no apoya proyectos personales de tan baja denominación.
- Chilla por la impresionante soledad en la que acaba sus días de poder, bajo la idea que todos lo traicionan, y no ven al estadista que en realidad siente que es.
Y yo que pensaba que nada más Junior padecía ese protagonismo ofensivo que lo llevó a enviar una de las cartas más ridículas y sin razón de ser, digo por si no se había dado cuenta sus anhelos de ir a una elección causaban agruras a priístas y no priístas.
Soltar la lágrima en una entrevista periodística podría ser un gesto genuino, por espontaneo y honesto.
Ensayado y pésimamente actuado como se intentó, retrata de cuerpo completo la política de imagen de tan desafortunado espécimen del priísmo retrógrado, convencido que a la gente le cae bien que sus autoridades le den versiones falsas de la miseria a la que nos ha conducido su oportunidad en el poder.
Autopista de 12 minutos
A propósito de la rúa por inaugurarse en breve, va a ser cacareada como uno de los logros del sexenio, siendo que su gestión corresponde a otro régimen.
Pero así como González Zarur, va a caravanear con sombrero ajeno, pudo hacerlo con obras del tamaño de la Plaza Bicentenario, ¿quién le habría impedido colocar una manchigreca de este tamaño en ella, o la central de abasto?
Las obras, una cada dos días son del tamaño de la virilidad del político dedicado a vengarse de todo aquello que despertó su celo, consciente de la impotencia histórica sobre sus hombros.
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