Tras el intenso cabildeo de semanas, esta madrugada se dio la gran noticia para un tlaxcalteca: es el presidente de la Comisión de Salud, ¿nada más por cuatro meses?
A partir del nuevo encargo como presidente de la Comisión de Salud de la LXI Legislatura, el ex secretario de Salud de Tlaxcala, Julián Velázquez Llorente, dispondrá de una intensa propaganda gratuita durante un lapso de alrededor de cuatro meses, para luego, renunciar, y dedicarse de lleno a la campaña más importante de su vida, la que le permitiría ser gobernador de su estado y dar continuidad al proyecto orticista, del cual forma parte.
Habría que remontarnos a aquella conversación sostenida hace algunas semanas en las playas de Varadero, donde ron en mano y de cara a las azules aguas que rodean la isla, Héctor Ortiz y Julián Velázquez, emulaban aquella conversación en otro sitio paradisíaco, Manzanillo, donde se vieron al timón del gobierno de Tlaxcala.
En esta nueva oportunidad de vislumbrar, ya se trata de un proyecto de continuismo, del que depende la sobrevivencia de este, hoy por hoy el grupo político más poderoso de Tlaxcala, al que el ex rector Juan Méndez, advierte como la posibilidad de un cacicazgo académico.
Uno a uno van saliendo los planes. Primero, el apretado triunfo, aquél noviembre de 2004. El pasado cuatro de julio, cuatro contundentes triunfos, “aiga sido como aiga sido” que colocaron a Ortiz en la cúpula de gobernadores con interesante presencia en San Lázaro, con todo y que a las primeras de cambio, la legisladora Oralia López Hernández, “aiga” aprovechado para lanzar los primeros desplantes, porque ella también quiere se gobernadora, y despreció una gira de trabajo a la que asistiría el propio Ortiz, que por cierto, la hizo diputada federal.
Ahora, el estimulante triunfo en la distribución de las 44 comisiones. Una, sólo una estaba en su mira: Salud. Y la ganaron. Y con ello, Ortiz emula –guardando las proporciones – a Enrique Peña Nieto, en tanto factor de influencia para conseguir una serie de comisiones imprescindibles para el proyecto de aquél y más que claras para hacer por la continuidad en el ámbito local.
Hay que ver el cambio de imagen al cual fue sometido el diputado Velázquez Llorente, cuya cabeza cana luce ahora con un gris evocativo de mejores tiempos, acaso el princpio de la más cruenta lucha que habrá de lidiar en su muy propio proyecto de convertirse en gobernador: su edad.
Conste que imponerse a la juventud y dinámica de personajes como Minerva Hernández y Lorena Cuellar Cisneros, es un desafío en el que el culto personaje, deportista, vegetariano, ávido lector y pediatra obsesivo, tendrá que utilizar la magia del fotoshop para conseguir lo que el votox y el colágeno pudieron con otras cuyos lindos rostros (ajá) pueden apreciarse hoy por todos lados, sin que alguien lo haya pedido.
El añoso contra las jóvenes. El pletórico de experiencias contra las impetuosas.
Y sin embargo, aquí la paradoja es que pese a los sesenta y tantos años de Julián, su estrategia advierte las más modernas técnicas de posicionamiento, como no lo hicieron sus adversarias en tan singular propósito.
De la muerte digna que propuso y le valió ser hoy presidente de la comisión de Salud, hay que anotar el avance del país en la posibilidad de interrumpir la vida cuando esta se da en condiciones de sufrimiento. Más claro, la eutanasia será una realidad en México con la llegada de Julián.
El otro tema, la medicina con carácter social, previó meterse en la médula de priístas y perredistas mediante una propuesta con la rúbrica del PAN, nada sencillo eh, porque es el descendiente de españoles, republicano emocionado, quien ha podido combinar el matiz retardatario del PAN, que a muchos confunde y mete en bretes complejísimos con una apertura propia de los países más avanzados de Europa.
Por cuanto al orden propuesto para los laboratorios y la asquerosa explotación de los mexicanos a través de las patentes como minas de oro, habrá que esperar resultados contundentes para aminorar la antipatía lograda por el calderonismo y su muy incómodo dos por ciento en perjuicio del bolsillo de todos.
Pero lo más importante en este triunfo fue el cabildeo realizado por el personaje que no duerme repasando las estrategias que le pueden permitir una prolongación genético-política en el proyecto más importante. Fue el propio Ortiz quien no dejó de hacer llamadas, por aquí, por allá, hasta que uno de sus diputados se metió en las grandes ligas.
Y no quiere decir que los otros no lo estén, pero, no como presidentes y, no con una propuesta que retumbó en la conciencia quienes con su voto decidieron dar entrada al cano tlaxcalteca para que demuestre de la madera con que está ensamblado.
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