Grupos y partidos mueven sus piezas pero han procurado ser muy discretos, a excepción de Morena, donde sus prospectos incluyen un ex gobernador y una incansable activista
Salvo el caso del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), donde ya existe definición por candidatos a los que pudiéramos considerar competitivos para una elección federal –Ana Lilia Rivera y Alfonso Sánchez Anaya por el 3º y 1º), el resto de los partidos políticos acusa un grave retraso o de lleno, como el en el PRI, hay quien todavía ve viable a personajes tan vulnerables como Junior, Ricardo García Portilla y Anabell Alvarado.
En el PAN la tiene complicada cualquiera que piense participar en el proceso 2015 –que hoy comienza- sin hacer sombra a Adriana Dávila Fernández, para quien la renovación de la Cámara Baja viene siendo un mero trámite, pues ha vuelto la obsesión de contender por el gobierno de Tlaxcala en 2016.
Hasta pudiéramos pensar en el coqueteo de albiazules como el alcalde Adolfo Escobar Jardínez, con el marianismo y su versión personal del tricolor, al cual ha comenzado a sustituir por el Partido Verde y la señora Arzaluz, en una serie de jugadas que poco tienden a considerar a la real militancia del Revolucionario Institucional.
Ahí la jugada tiene que ver con el futuro de corto y mediano plazo de un Mariano que se ha vuelto a topar con la animadversión por causa de sus políticas social y económica, mediante las cuales optó por el beneficio propio y la cúpula más cercana de saqueadores, acerca de los cuales hoy viven su mejor momento comercializadoras de familiares y amigos, constructoras y otros negocios, negados en un contexto de la justicia social como bandera de un PRI prohibido a las clases populares, si no es nada más para obtener su voto.
Se avecinan renuncias
El huamantleco Alejandro Aguilar López, sería uno de los primeros en separarse de su cargo para buscar por el PAN la candidatura a diputado federal por el primer distrito. Ello retumba en el oriente y en el centro de Tlaxcala, donde alianzas, lealtades y demás proyectos se cocinan para un 2015, de vacas flacas, decepciones anticipadas. Aunque nuevos proyectos le han de aderezar la pimienta a lo que viene.
Sí, otra renuncia a la vista es la del alcalde Adolfo Escobar Jardínez, cuyo corto período al frente del municipio capitalino coronó con la tremenda jornada cultural donde siempre se percibió el aroma de culto personal y un futurismo viendo 2016, sin reparar en lo más próximo y no menos importante… 2015.
El ex rector de la UAT, Serafín Ortiz Ortiz, es otro de los políticos que genera expectativa y ha de comenzar a dar señales de movimiento, comenzando por su inminente licencia a diputado de la actual Legislatura.
El ajedrez de altura
Es la primera vez que dos ex gobernadores participarán –bueno no han dicho que no- buscando su intenso retorno a San Lázaro.
Alfonso Sánchez Anaya y Héctor Ortiz Ortiz, con una visión de Izquierda que lo mismo puede entreverarse que marcar límites, al parecer van con toda su enjundia para poner las peras a catorce a un ex compañero suyo, priísta, cenecista, vamos beatricista para acabar pronto: Mariano González Zarur.
Sabedores que no hay mejor oportunidad que esta elección, para definir quien ha de sustituir al hacendado en menos de veinte meses que restan a su administración, Ortiz y ASA no han dudado en organizar discretas reuniones para analizar con todo su colmillo por dónde han de ejecutar acciones.
¿Cambios en la UAT?
Creo que la renuncia adelantada del rector, Víctor Job Paredes Cuahquentzi, para participar en la elección de 2015, ha de generar el equilibrio de fuerzas entre orticismo y demás grupos a través de los cuales la institución se ha mantenido con logros de tal magnitud que, el ingreso al Consorcio de Universidades de México (Cumex), es una huella indeleble de la fortaleza y seriedad con las cuales los académicos tlaxcaltecas toman a la política.
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