Ello ha desatado una verdadera guerra interna, ante el abandono del CEN y las sorpresas con que se encuentran los personajes del opaco marianismo tricolor.
¿Cuál sería la sorpresa de Marianito, Anabell Alvarado y Ricardo García Portilla, en la más reciente asamblea del Consejo Político de su partido (CPN) al descubrir a otra tlaxcalteca, mucho mejor ubicada y, reconocida por la plana mayor?
La que tenía que ser al descubrir a Aurora Villeda, sin pull de prensa –como ellos-, pero con la calidad moral necesaria para opacarlos en aquélla reunión, emotiva por la graciosa imagen de esos tres, boletinada con todo y la mazorca expuesta generosamente por el dirigente-aspirante, académico-escribano, receptor de zapes e insistente soñador en seguir con sus sueños de grandeza que se habrán de coronar cuando sea gobernador de Tlaxcala…
A lo mejor lo inquietante para esos tres y la bola de mañosos atrás de ellos es que días después, la creadora de la fundación Yo amo Tlaxcala, fue vista muy sonriente en la fiesta de cumpleaños del ex gobernador Héctor Ortiz, allá en la finca de Ocotlán, donde no cabía un alfiler
A la Villeda le asiste el derecho de buscar otros apoyos, ya que en su partido, bueno en la versión marianista del PRI, los obstáculos les son una constante… tanto, como la falta de respeto del regordete su primo, cuyo plan, por no dejar, es convertirse en diputado federal por el primer distrito.
El tricolor da de qué hablar
Era creciente el número de militantes con la idea que tras la imposición de Ricardo García Portilla, iban a acabar los días de miseria en el partido.
Salvo el reparto de miles de pollos, pagados quién sabe con qué lana, la crisis ha no solo ha sido la misma, sino ha empeorado.
El dinerito a los comités municipales bajó a la mitad. Los sueldos bajaron veinte por ciento, no hay gasolina y hasta el coche del presidente fue robado (¿?); pero como hoy se trata de ver el vaso medio lleno, con el dinero aportado por el seguro de ese auto, compraron otro más chiquito y… lo están rifando para sacar un poco más de centavitos, verdad… digo hay que guardar las apariencias, porque el dirigente-aspirante viaja en chica camionetota y, dudo que los gastos salgan de su bolsa.
En este contexto de austeridad tricolor, ha comenzado a descorrerse la cortina que cubría ciertas acciones que, vistas desde distintos ángulos podrían considerarse unas viles cochinadas.
Resulta, nos dicen nuestras fuentes, que los estados financieros del partido incluirían el pago de varias cirugías estéticas… chance y por eso se les hizo tarde para entregarlos al Instituto Electoral de Tlaxcala (IET).
¿Cirugías estéticas?, ¿Pero, qué dirigente o dirigenta del partido habrá gastado una fortuna, arreglándose la papada, o haciéndose una nariz como la de Michael Jackson… o levantaría sus glúteos como lady Gaga (sí la seño esa que ni canta, ni actúa)?
Pues la encargada interina de la presidencia era la seño Isela… los peritos recomiendan comparar fotos de antes con fotos de hoy para ver si hay algún cambio.
Porque pudo haber sido cualquier jefazo tricolor, verdad… con eso de que los magistrados del Tribunal Superior de Justicia (TSJET) comprueban gastos con el pago de sus dentaduras –neta, se ríen igualito que Lucía Méndez-, pues los priístas chance y se dijeron, si otros pueden, ¿nosotros por qué no?
Nulo contacto con el CEN
Y conste que estos detallitos del PRI suceden en el lapso este que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), de plano nos tiene a la deriva.
Desde el accidentado paso de Jorge Romero y del inolvidable tifón tamaulipeco, Manuelito Cavazos Lerma, el partido se hizo voluntarioso y descarriado… he ahí el ejemplo de las cirugías estéticas y el distanciamiento entre la seño Isela y Ricardo García Portilla, en el consejo donde la primera expuso los arreglos extra legales con el IET, ordenados por el delegado y cumplimentados por ella.
¿No será que ya ve venir el escándalo de las cirugías y lo quiere tapar con otro escándalo?
Bueno, pues los escándalos son al cuadrado, la conducción es azarosa y distanciada del PRI, los personajes del momento allá, no son los que se andan promoviendo acá y, la suerte del partido, de veras atraviesa por momentos de total incertidumbre.
Tapar el sol con un dedo
La procuraduría de Tlaxcala vive en un constante ocultamiento de la realidad de violencia que asuela a la entidad. Cada vez que se ha registrado una tragedia –como la dolorosa muerte de la ex esposa del ex alcalde Flores Guevara de Chiautempan- la institución destaca, pero no por ágil para informar, sino al contrario, por constituirse en un bloque infranqueable por voluntad de su titular.
Pareciera que hay dos versiones de procu; la que actúa por consigna, a lo que dedica tiempo y recursos para sembrar el terror entre los adversarios del ‘sistema’, y la obligada –por ser tan lerda- a aguantar vara ante sus sonados fracasos.
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