Su estado de inanición les ha aflojado la lengua y al tratar de achacar la miseria en que sobreviven a su ex tesorero, levantaron sus naguas y mostraron tobillos muy desagradables…
Si han de meter a la cárcel a Alejandro Ávila, ex secretario de Finanzas del PRI, por entregar extemporáneamente las cuentas del partido, también deberían hacerlo con el ex delegado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Jorge Romero, quien ordenó a la entonces presidenta del CDE, Isela Sánchez, persuadir, negociar… vamos, convencer a como diera lugar a los consejeros del Instituto Electoral de Tlaxcala (IET) para que se hicieran de la vista gorda ante tal impuntualidad.
Además de que lo hicieron, y con ello evitaron una multa mayor en perjuicio de las finanzas tricolores, hoy intentan vendernos la idea de un PRI tan implacable, como en bancarrota.
La miseria que, por enésima vez campea en el partido, no es la parte más grave de este enredo, como sí en cambio es el reconocimiento implícito de la dirigencia estatal respecto al evidente acto de soborno a los consejeros para aguantar la entrega de sus informes financieros.
Han perdido la vergüenza… su inanición les soltó la lengua y reconocieron públicamente la abyecta orden del entonces delegado del CEN, e igual respuesta de los integrantes del IET, por cierto, también en inexplicable bancarrota si tomamos en cuenta, las propuestas extralegales de los priístas, cuya suerte les permitió librar un verdadero atentado a sus finanzas, como en cambio pasó con Nueva Alianza… y otros.
Todos perdieron
1.- Ese partido se despojó de su principal valor: la credibilidad, y ha quedado ante sus militantes como un sucio ente, incapaz de entregar cuentas claras. ¿Quién ha tocado el tema de la venta de las candidaturas a diputados y alcaldes, del tráfico de encuestas, de la no devolución de esa especie de fianza para poder sentarse a la mesa donde repartían aquellas candidaturas?, ¿Quién se ha referido a la tardía distribución de recursos a los seccionales, a los promotores del voto… a todo ese ejército electoral que pese a estos tratos, trabaja sin cobrar y solo puede limitarse a ver las grandes tranzas de sus líderes?
2.- A los consejeros del IET lo único que les asiste es su mala sombra. Con razón el Congreso les negó una ampliación de presupuesto. Con razón en su gestión estalló la crisis de los laudos pendientes. Se quedaron esperando el premio a su complicidad con aquél histórico retraso, que casi no se notó –bueno, eso lo expondría el dirigente-aspirante Ricardo García Portilla.
Un poco de historia
A ver cuándo organizan otra selección de aspirantes a integrar el Instituto Electoral (IET) como la encabezada por el zar perredista del transporte público, Gelacio Montiel, entonces presidente de la Comisión Electoral, responsable del más desaseado proceso de renovación de dicho organismo.
Con razón, cientos de propuestas fueron a dar al bote de la basura.
Y en cambio, defendieron contra viento y marea al grupito encabezado por Eunice Orta, de quienes hoy no saben cómo deshacerse.
La secundaria técnica 57 de Acuamanala
Quien haya sido el responsable de no entregar a tiempo los útiles escolares la va a pasar mal. Su jerarca, el gober, tuvo que hacer mutis ante los preguntones reporteros cuando se lo plantearon. Fiel a su costumbre de fingir una enfermedad como el Alz Heimer (¿de veras?), hizo el enésimo desplante a la prensa, le regaló una de esas miradas de desprecio, y dio la media vuelta.
Tal vez lo hizo para admirar el rótulo todavía fresco de la secundaria donde momentos antes había inaugurado el ciclo escolar. ¿Su nombre? ¡Mariano González!, ¿él?, no, su apá, un afamado ganadero que… ¡mucho ha hecho por el estado!… ¿qué hizo?… ¿les parece poco habernos legado al casi estadista?… hombre, eso es mucho, ¿no?
El profe
Pero, quién tuvo la extraña idea de llamar así a la Técnica. Se llama Julio Ángel Becerra Hernández, es el director, quien muy amablemente nos expuso sus razones para no haber llamado ‘Benito Juárez’ o ‘Emilio Sánchez Piedras’ a la institución:
Lleva el nombre del padre del actual gobernador… se presume, el objetivo es que el ejecutivo los apoye aún más debido a las carencias con las que se cuenta en el sector educativo, incluso al ser cuestionado sobre si no es la responsabilidad del gobierno de apoyar a las instituciones educativas, la respuesta del directivo fue “necesidades hay en todas y aquí el que no tiene más saliva no como más pinole”.
Becerra Hernández refirió que para la elección del nombre que llevaría la escuela enviaron tres propuestas como Benito Juárez, Emilio Sánchez Piedras y Mariano González González; el primero en alusión a un ex presidente de México, el segundo a un ex gobernador y el tercer y el que quedó es en culto al padre del gobernador actual, además de que al preguntarle de manera directa si el progenitor del ejecutivo fue un destacado en la educación contestó “es el papá del gobernador”.
Ni más, ni menos…
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