Cómo va el gobierno federal a dejar sueltos a los pobres del estado más pobre, si son valiosos votos para su plan transexenal.

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Son cifras las que busca el Gobierno Federal en Tlaxcala. La figura de Enrique Peña Nieto, dejó de ser un mito y comenzó a permear en el tejido social, como parte de esa estrategia en pos de la gobernabilidad utilizando métodos contrastantes al marianismo.

La balanza comienza a moverse ante la dilapidación mariana de un capital social que al principio generó expectativas, pero que con el tiempo y la desafortunada participación del gobernador, dejó a su suerte a una importante masa requirente de liderazgo.

Pareciera que día a día los instrumentos del gobierno de Peña destacados en Tlaxcala, trasladaron información de peso al centro de la República. Y sobrevino el diseño… no de un fuego amigo, sino de mecanismos eficientes de restañamiento de la confianza.

No lo esperaba el ejecutivo estatal. Habituado al ataque franco y a botepronto, sigue sin dar crédito a una realidad que lo desplaza del ánimo colectivo que, positiva o negativamente preservaba su imagen.

Así que el aparato de Peña hizo de Tlaxcala un estado atípico –todos jalan con su gobernador.

La construcción del ánimo paralelo observa un interesante adelanto. Unas 25 mil personas de municipios cuya densidad poblacional media (San Pablo del Monte, Zitlaltepec, Huamantla) es el punto de arranque.

Su agenda marca las zonas más densamente pobladas en un mediano plazo, en tanto que las más representativas (Tlaxcala, Apizaco, Chiautempan) estarían anotadas para cuando Peña consiga su mejor posicionamiento.

¿Por qué Peña Nieto y no el PRI?

El partido es un concepto común entre los gobiernos estatal y federal. El segundo busca parámetros claros de diferencia, y echa mano de su figura estrella: el Presidente.

1.- Porque a la rancia formación mariana ese término le infunde temor, y aunque en su frecuente verborrea ha llegado a decir que ni el Presidente tiene los arrestos para reconvenirlo, en el fondo su comportamiento es el del viejo espécimen que se cuadra en cuanto escucha un manotazo de su superioridad.

2.- Porque el Presidente, a pesar de sus frecuentes yerros expresivos, no deja de contar con elevado nivel de aprobación, gracias a programas como el de la Lucha contra el Hambre, propuesto por la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, una de sus colaboradoras que ha logrado perfeccionar el amplísimo padrón de pobres del país que al gobierno federal le significan votos para su plan transexenal.

3.- En consecuencia, el estado más pobre del país: Tlaxcala, ocupa un sitio preponderante en el ánimo de Peña, no por su reducido número de habitantes, sino para replicar la estrategia en otras demarcaciones, donde lo pernicioso de sus gobiernos locales puede superar al caso Tlaxcala y su mandatario.

Los medios justifican el fin

¿Qué pasa con los pobres que tienen un gobernador rico?

Acaban por despreciarlo. Por añadidura, lo hacen también con su proyecto.

Y eso, los estrategas del peñismo en Tlaxcala no lo van a permitir.

Es en ese creciente sector donde el proyecto tricolor tiene su principal apuesta.

Le es útil para paliar el malestar social debido al doble lenguaje con el que actúa, una de cuyas contundentes acciones: la reforma estructural, no tiene a los pobres como su prioridad. Al contrario, con ella avanza en el desmantelamiento de la estructura social, con el cual su partido se mantuvo más de setenta años en el poder.

Privarse del voto de los pobres en aras de combatir una política de Estado, sería dejar el camino libre a Andrés Manuel.

Por consiguiente, no conviene la conducta de mandatarios como el de Tlaxcala. Y ni siquiera es la corrupción y los negocios familiares lo que preocupa a Peña, sino el desprenderse de ese importante capital en que decantan los pobres.

El IET, los estertores

Desaprobar su ampliación de presupuesto y hoy, reprobar su cuenta pública, son acciones encaminadas al exterminio del organismo que en su momento rebosó de influencias y atropelló a especialistas de la cosa electoral.

Si los consejeros del Instituto Electoral de Tlaxcala no renuncian es porque les falta dignidad.

O por el pánico de enfrentar ya no en bola, las consecuencias de haberse amafiado, y de haber pensado que sus acciones recibirían el generoso pago a sus servicios, muchos de los cuales no fueron sino vulgares actos delictivos.

Fragoso, de dónde la fobia

Ha de ser por el desprecio que ha expresado para gremios como el de los abogados. Se nota a leguas que se ha ganado su desamor.

Una tras otra se la habrán de cobrar.