Actuó con el ansia de quien desea destacar solucionando en horas temas tan delicados como un secuestro que resultó una improductiva cauda de improvisaciones.

Caricatura 1, Arturo Tecuatl, Procuradora, Alicia Fragoso Sanchez, Equivocacion, Corrupcion, Tlaxcala Online

Como en el juego de la perinola, todos perdieron, en aquél escándalo que llevó a las rejas acusados de secuestro, al ex regidor de Teolocholco, Rafael Hernández; al entonces director de seguridad pública municipal de Chiautempan, Antonio Solano Morales y al elemento de la policía municipal, David Lozano Ávila.

Siete de marzo de 2012. Acciones en complicidad de los tres mencionados los llevan a detener en una revisión al presunto proxeneta Hugo Texis Salazar –con un pasado tortuoso que incluso lo involucraría en actos de profanación de cadáveres.

Comandante, regidor y policía raso, creyeron fácil obtener 160 mil pesos de mordida, para no presentar al presunto lenón ante el ministerio público. Y lo tuvieron dos días en los separos de Chiautempan. Tiempo suficiente para hacer las negociaciones que, finalmente los hundirían, porque los familiares del retenido interpusieron ante la Procuraduría una denuncia por secuestro.

El tema, daría reflectores a la titular de la PGJET. Y lo apetitoso del mismo radicaba en el involucramiento de servidores públicos.

Así que la institución pidió a un juez una sentencia por secuestro. Al ingenuo policía le dieron 25 años. Dos al ex regidor de Teolocholoco, mientras que Solano Morales obtendría su libertad pagando una fianza de 450 mil pesos, revelaron en su momento fuentes de la procuraduría.

Hoy, por unanimidad de votos, los magistrados del Tribunal Superior de Justicia (TSJET) exoneraron a los tres involucrados en el secuestro que resultó balín.

Para empezar, descubrieron que el abogado de oficio de la PGJET carece de cédula para poder ejercer como licenciado en Derecho.

Y luego, encontraron los hechos descritos dentro de un ejercicio abusivo de autoridad, para ser claros, un vulgar y vergonzoso acto de corrupción. Pero no un secuestro.

Según los magistrados, la detención de Texis Salazar, no se dio en un marco violento a través de particulares (secuestradores), sino en una revisión donde al sujeto le hallaron cosas sospechosas en su camioneta, y luego lo relacionaron con el pasado tortuoso. La tranza prometía no oponer complicación alguna.

Es más, al regidor de Teolocholco lo detuvieron los ministeriales cuando negociaba la mordida, que no rescate de secuestro –así lo argumentan los magistrados- con la esposa del afectado.

Todos perdieron

Para empezar, el estado y su institución de la procuraduría fueron exhibidos como entes precipitados que, en unas horas resolvieron lo que llamaron un secuestro, ya que tenían grabadas las llamadas donde pedían el rescate, y mensajes telefónicos con ese mismo propósito.

También los señalaron de tener trabajando a picapleitos sin título, cuya chamba (porque son chambones), lógicamente se cayó.

Y perdió porque, teniendo a un pez gordo, a quien una investigación seria habría puesto tras las rejas, en otro contexto: la trata de personas, renunció a esa posibilidad, y al contrario, se alzó como protector de un presunto proxeneta.

Perdieron las familias de los involucrados.

Tener dos años a un ser querido en la cárcel es un calvario. Sobre todo por un delito que no cometieron, según este nuevo veredicto de los magistrados.

Pero la pérdida más dolorosa es la credibilidad dañada de una institución que causó un grave perjuicio a unos, defendió a los no indicados, y abonó en esa sensación de malestar social que, a partir de casos como este, molesta a la gente cuando llega a ver a los ministeriales en acción, pues pueden o no tener razón.

Triste el destino de quien caiga en sus manos.

Descomposición

Pues ese malestar no piensen ustedes que sea aislado. Cunde y resulta en una actitud explosiva que rebela a la gente aun sin percatarse de la causa de ese resentimiento.

Este fin de semana, en Chiautempan cayó en varios escenarios de caos cuando un agente municipal arrolló a una mujer, y según testimonios pretendía rematarla.

Aunque el edil Antonio Mendoza Romero, ofreció apoyo a la víctima y a sus familiares, tanto el enojo colectivo como la manipulación a través de vivales oportunistas, dañó gravemente la gobernabilidad.

En otra zona de la entidad, en Zacatelco, hay una sensación similar. El reciente decapitamiento de otra mujer en su propia casa tiene a la gente muy inquieta, sobre todo al ver la condición desventajosa de su policía.

Así que cobraron fuerza las acusaciones del controvertido alcalde Francisco Román, en el sentido de que la policía atrapa a delincuentes  de peso y la procuraduría los libera.

A río revuelto

Otros, bien enterados y con una causa superior no pierden el tiempo y refuerzan ese movimiento: para recuperar la gobernabilidad, conscientes que se hallan en una tierra visiblemente descompuesta por la actuación de intenta robustecer su mandato mediante un autoritarismo que ya se rechaza, en cualquier zona de la entidad.

Lo mismo en San Miguel del Milagro, que en Zacatelco, en Chiautempan o en Calpulalpan, el papel del responsable de esta descomposición tiene una reprobación colectiva y creciente. Y no promete buenas cosas, sobre todo porque detractores de su tamaño, o tal vez más grandes, han encontrado la hebra para desmenuzar su amorfa obra.